Padres que contagian libertad, más allá de la pandemia
Cinco hombres pasarán hoy un día especial, en familia. Así sea el primero, el segundo o el tercero, ver nacer y crecer un hijo en cuarentena es una mezcla de incertidumbre… y paz.

Por Mauro Giovannini / mgiovannini@lanueva.com
Audionota: Malena Ruppel (LU2)
Justina, Bianca, Amadeo, Giovanni y Catalina llegaron al mundo en los últimos tres meses, cuando el coronavirus se adueñó de nuestras vidas o, al menos, alteró los planes.
En ese sentido, quienes hoy festejan el Día del Padre —como se pueda, dentro de los permisos existentes— fueron cambiando pañales a medida que recibían información, protocolos y consejos de todos los colores.
Damián Foulkes fue papá el 4 de marzo de Justina. Aún no estaba declarada la pandemia, pero se insinuaba un problema más allá de las fronteras chinas.
“Tengo amigos en España y con Ana Paula, la mamá, veníamos viendo el panorama. Al principio no tomamos dimensión de lo que iba a ser, pero por suerte los primeros 15 días fueron normales y la mayoría de la gente pudo conocer a la nena”, le contó a La Nueva.
Al ser el primer hijo, las inseguridades de multiplicaron. Y una vez decretado el aislamiento obligatorio, todo lo proyectado dio un giro.
“En su momento, algunos te decían que el coronavirus era riesgoso para los nenes y ahora te dicen que los más expuestos son las personas mayores, aunque uno siempre toma precauciones”, señaló el mecánico y jugador de básquet.
“Uno está contento —continuó— porque la nena está sin problemas y creciendo, pero hace tres meses que apenas sale a la calle, cuando yo pensaba llevarla a la cancha a los diez días. Vamos a tener que acostumbrarla a una vida distinta a la que tendrá en el futuro”.
Algo más curiosa es la historia de Eduardo Cuende.
“Por protocolo, no me dejaron entrar a presenciar el parto. Así que me quedé solo en la sala de espera hasta que me dijeron ‘fuiste papá’. Se me hizo largo, fueron minutos eternos hasta poder ver a la nena sana, porque no es lo mismo que vengan y te cuenten a verla; el miedo está”, relató el papá de Bianca.
Aquel 16 de mayo “no fue nadie a vernos, éramos Bianca, Paula (la mamá) y yo. Eso fue bueno porque se pudo disfrutar entre nosotros”.
En este caso, la familia está compuesta por un cuarto integrante, de tres años y medio.
“No estoy trabajando normalmente, por lo que pude disfrutarla de otra manera, veo a la nena todo el día. Hay momentos que con Bautista me perdí, así que algunas cosas buenas tuvo esto del coronavirus”, mencionó.
Asimismo, Eduardo se mostró algo apesadumbrado con el futuro.
“Día del Padre son todos los días, no solamente pasa por comer un asado en familia, aunque ahora no podemos hacer nada y eso se extraña. Yo creo que esto va a ser para largo y se va a convertir en rutina. Por lo menos hasta que haya vacunas”, puntualizó.
Gonzalo Campos tuvo su primer contacto con Amadeo el 29 de abril. Y si bien contaba con la experiencia que le dio Benjamín, hace tres años, nada fue igual.
"Fue todo muy particular, aunque en algún punto fue más piola porque estaba muy tranquilo el hospital, no andaba nadie. Eso sí, lo que extrañamos es que vaya la familia a conocer al gordo”, narró el esposo de Alejandra.
Como la mayoría, debió apegarse a las tecnologías para mantener el vínculo con familiares y amigos.
“Mis dos suegros son personas de riesgo, más allá de la edad, por problemas de salud. Están encerrados, pero por suerte se llevan bien con la tecnología. Mi suegra, un fenómeno, y mi suegro aprendió ahora, antes era antiteléfonos y ahora no se lo podés sacar de las manos (risas)”, señaló.
También pasará un domingo muy particular Gastón Tubaro junto al pequeño Giovanni.
“Cuando salimos del hospital, para mostrarle a Gio a mis viejos le golpeamos la ventana de la casa y se lo mostramos de afuera. Es más, ellos no salían para protegerse también. Lo conocieron a través de una ventana”, mencionó.
“Fue mucho más tranquilo. Tuvimos la habitación para nosotros y estaban prohibidas las visitas. No andaba nadie ni por los pasillos. Fue extraño y se sentía la ansiedad de los parientes (risas)”, agregó a propósito del último 9 de abril, muy distinto al nacimiento de Guadalupe —de 13 años— y la pequeña Jazmín —de 5—.
“Todo este lío arrancó el 19 de marzo, así que nos agarró a mi señora Belén y al futuro bebé con poca ropa preparada. Fue toda una movida, porque no se podía ir a comprar; ropa nos prestaron pero por ejemplo, Giovanni duerme con una mantita rosa que era de Jazmín. Como no viene visita, no hay problema”, bromeó.
La historia de Catalina tiene hoy apenas 11 días.
“Estamos con un poco de miedo y de incertidumbre, porque no sabés qué es lo que va a pasar. Y también algo de angustia porque estamos solitos, solitos, solitos; no podemos ver a nadie”, sostuvo Lucio Abdala, el flamante papá.
Cata nació el último miércoles 10 y antes de ayer fue al control. “Salió tan bien que, por todo esto, nos dijeron que volvamos en 15 días. Estamos chochos con Evelina”, dijo.
Quienes también sufren las prohibiciones son los abuelos. Y si están lejos, peor.
“No solo es nuestro primer hijo, sino que es el primer nieto, así que los abuelos caminan por las paredes. De yapa, mis padres viven en Coronel Dorrego y los de mi señora, en Dufaur. Así que ni siquiera podemos mostrarles a la nieta desde lejos…”, relató.
“Nosotros estamos bien y la nena nos salió buenita, nos permite dormir bastante. Y además, con la suerte que nadie viene a romper las b…. Los presentes vinieron todos por Mercado Libre y los saludos por WathsApp”, puntualizó.
Como se pueda, a festejar.