Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Algunas de las "paradas", en el largo recorrido de Alejandro Ramallo como árbitro

Uno de los mejores exponentes que dio la ciudad, sufrió situaciones que hoy ya son parte del recuerdo.

Por Fernando Rodríguez / @rodriguezefe

 

   Ser árbitro de básquetbol no es sencillo, aunque un apasionado como Alejandro Ramallo (cordobés de nacimiento y bahiense por adopción), antes de llegar a trascender aprendió lo bueno y lo malo durante el recorrido.

   “En el 81 empecé a dirigir con ‘Panchito’ Commegna, por el club (Alem). El siempre me decía que iba a enseñarme. Entonces, los últimos tres o cuatro minutos se guardaba el silbato, dirigía saltando y se reía; me largaba solo y yo corría intentando entender de qué se trataba eso de dirigir”, recordó el Negro.

   Así comenzó, se fue curtiendo y reaccionando, muchas veces, sin medir las consecuencias.

   “En una oportunidad, con 18 o 19 años, en un partido estaba el Ñato Solís (padre del jugador de Napostá). Me puteaba y me apretaba hasta que en un momento se me salió la cadena: ‘no te vayás, ¿a quién te comiste?’, le dije. Inmediatamente vino Javier (el hijo) con el hermano y me aseguraron que tuviera cuidado, que era medio loco. Cuando me contaron lo peleador que era, esperé un rato largo para salir, je. Después de un tiempo, me lo encontré en la cancha: ‘mierda que eras loco de chico ¡eh! Te querías hacer golpear al pedo’, me dijo. Enfrentarlo, era como pelar con Tyson más o menos”, je.

   Afuera de la ciudad, Ramallo también vivió situaciones límite. Aunque en algunas tuvo guardaespaldas.

   “Fuimos a un Provincial a Junín y jugaba Rodrigo Torre. Había viajado el Koki (Oscar Torre, el padre), a quien yo adoraba. Había un viejo, físicamente más grande que él, y me decía de todo. Entonces, Koki se cruzó la cancha y le advirtió: ‘con el pibe no te metás, que lo trajimos nosotros de Bahía. Si veo que le decís algo vuelvo y te arranco la cabeza’. Fue al aro contrario, se apoyó en la baranda y me dijo: ‘Negrito, dirigí tranquilo que aquél no te dice más nada’, je, je”.

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