Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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La cuarentena de Brian Scalco: “Soy un amo de casa full time”

El delantero de Huracán cumple con el aislamiento social, preventivo y obligatorio en su vivienda de Villa Delfina. Dice que todos los días son iguales, que está abocado a la lectura y a los quehaceres del hogar. El que lo conoce no cree nada de lo que cuenta. Una entrevista tan informal como anormal.

Fotos: Facebook Brian Scalco

Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected]

   “Si me llamás para hablar de fútbol olvídate, estoy hecho un amo de casa full time”.

   Sus mismos compañeros del club Huracán aclaran que Dan Brian Scalco también es un tremendo jugador fuera de la cancha, con su familia y haciendo todo lo que sea necesario para llevar adelante, con los pantalones bien puestos,  el hogar que ocupa junto a su señora Celeste Acosta y su hijo Bautista, de 6 años.

   Tanta “dulzura” de movida me sorprendió. Las notas con el “joven maravilla”, uno de los delanteros supremos de la Liga del Sur, no siempre son tan normales. Faltaba algo, eso distinto y especial que siempre “garpa” en una entrevista con él.

   “¿Qué estará haciendo Brian en plena cuarentena?”, fue mi primer interrogante.

   Él, como todo el plantel del “Globito” del bulevar, cumple el aislamiento social, preventivo y obligatorio a rajatabla, entrenando dos horas por días según el plan de trabajo físico que el “Profe” Freddy Sabadín le pasa semanalmente a todo el equipo por el grupo de WhatsApp.

   Pero había algo más, y no fue necesario que insista tanto para que el “Sordo” cuente como es eso del “circuito” que él mismo denomina como “social, cultural y deportivo”.

   Se lo anticipé, no todo es tan natural cuando de este Scalco se trata…

   “Todos los días hago la misma rutina, por eso los pibes del equipo me cargan. Me levanto tipo 10.30, desayuno y ayudo a mi hijo con las tareas virtuales del colegio. Bautista, que va a primer grado, está aprendiendo a leer; ya sabe los meses, los días de la semana y el abecedario completo”, manifestó Dan Brian, quien por momentos asegura sentirse “explotado” con todo lo que hay que hacer para mantener la casa en orden.  

   “Mis compañeros me dicen: `¿cómo ayudás a tu hijo si vos a gatas terminaste la primaria?’ Son terribles. Por suerte a Bauti no le cuesta aprender, es atento y no me hace renegar”, reconoció el ex Olimpo, Villa Mitre, Sansinena y Rosario.

   --Bien, sigamos, llega el almuerzo, ¿y después?

   --Hago la digestión leyendo algún libro, sentado al solcito en el patio, más o menos una horita y media. Ahora estoy siguiendo una historia impactante, “Cromañón: la tragedia contada por 19 sobrevivientes”. Es el tercer libro de esta cuarentena; ya leí “La Doce” (la verdadera historia de la barra brava de Boca) y “Los 12 Apóstoles” (canibalismo y venganza en el motín más sanguinario de la historia argentina).

   --¿Cómo continúa la tarde?

   --Con un entrenamiento físico de casi dos horas, al que le agrego algo de pelota porque tengo un patio de 20 metros de largo. En el fondo puse un arco de fútbol cinco, así que es imposible no patear un rato.

   “Cuando termina la práctica, ducha, otra ronda de mates y sesión de cine hasta las 2 o 3 de la mañana. Se bajan las persianas, se apagan las luces y nos sentamos frente a la tele del living a mirar alguna de las películas recomendadas de netflix. Mientras tanto comemos algo, pochoclos, tortas fritas o alfajores; es muy raro que cortemos para cenar”.

   --Una dieta poco recomendable para un futbolista…

   --(Interrumpiendo) Pero no engordo, peso 68 kilos, lo mismo que cuando debuté en Primera hace más de 10 años. Nunca me cuidé con las comidas, como lo que venga y no le hago asco a nada…(risas). Vengo de un fin de semana de mucho pescado, escabeches y frituras; la verdad,  tengo un estómago de fierro, nada me cae mal.

   --¿En qué momento te conectás vía WhatsApp con tus compañeros?

   --Cuando termino la rutina de ejercicios le mandó un video de lo que hice al “Profe” (Sabadín), y  ahí se produce alguna videollamada con los que envían el material casi al mismo tiempo que yo. Las charlas son un verdadero cago de risa.   

   --Me dijeron que te cargan mucho, ¿querés denunciar públicamente a alguien?

   --Ja, ja, todo el día me maltratan. En el frente de mi casa sembré césped, y el “Colo” Díaz Bender y Ezequiel Alonso dicen que las semillas las robé del club. Están todo el día con eso, y no te podés enojar porque te la hacen peor. Encima yo trato de dar las explicaciones del caso, que el utilero (Fiti Entraigas) me dio el ok para llevarme media bolsa que había sobrado de la última siembra en el estadio. No robé nada, solo pedí prestado… (risas).

   “¿A quién cargo yo? A Navarro (Leonel) lo tengo bastante de punto, realiza los ejercicios con botellas llenas de agua que no pesan ni un kilo. Se cree fisicoculturista y no hace ni fuerza; con él nos hacemos un show”.

   --A todo esto, ¿qué dice el técnico Gustavo Echaniz?

   --Si te digo que no sé nada de él desde hace rato no me vas a creer. No me escribe ni me manda audios, pero sé que está en Bahía. El único que permanece en contacto con el plantel es el “Profe”, quien aguanta, y hasta por ahí nomás, todas nuestras locuras.

 

Siempre “pintó” para más, pero…

   De principio a fin, Brian contó cómo transcurren sus días encerrado en su casa de Villa Delfina. Además de todo lo que hace, aclara que siempre encuentra algún tiempito para pintar las paredes de cada compartimiento de su vivienda. No es un experto en la materia, pero puntualiza: “es cuestión de darse maña”.  

   “De a ratos, cuando tengo ganas, agarro el pincel y el rodillo. Reconozco que soy muy caradura, pero el trabajo que vengo haciendo es de un verdadero profesional. Ya pinté las habitaciones, las puertas y las aberturas, pero me queda más de la mitad de la casa. Al ritmo que llevo voy a terminar el año que viene…”, indicó “el Brian”, quien deberá volver a su trabajo como estibador en el puerto local cuando esta pandemia del coronavirus pase a la historia.

   --Un compañero tuyo me dijo que algunas paredes quedaron “chorreadas” y que otras necesitan alguna “mano” más de pintura.

   --Decíle a ese “buchón” que el que vive acá soy yo, que se preocupe por sus cosas. Sé quien es el que te da letra, pero ese está “panza” arriba todo el día y va a vivir hasta los 200 años porque no se preocupa por nada.

   “También agarro la pala, ya emparejé el patio, que estaba como el piso del Lentini (estadio de Huracán), desparejo y con pozos. Saqué las matas y le puse unos parches que quedaron más que bien”.

   --Además del fútbol, ¿qué más extrañás?

   --Se extraña todo lo que rodea al fútbol. No sabés lo que daría hoy por ver en vivo y en directo un Atlanta-Flandria por TV. No me engancho con encuentros viejos de los mundiales, esos que pasan todos los días por TyC Sports.

   “A veces, en mi teléfono pongo algún video de partidos míos. Hace poco vi la final que con Rosario le ganamos a Tiro en cancha de Olimpo y se me piantó un lagrimón. Pero volviendo a la pregunta, extraño el vestuario, escuchar los retos del Profe Sabadín y los reproches de Echaniz. A veces nos quejamos, pero todo eso nos hace crecer”.  

   --De todos los equipos por los que pasaste en la Liga del Sur, ¿a cuál volverías y por qué?

   --De todos me llevé buenos recuerdos y excelentes experiencias. Tal vez volvería a Olimpo, porque en su momento tendría que haber aguantado y seguir esperando mi oportunidad, pero como todo pibe que quiere jugar decidí alejarme. Siempre pienso que por mis condiciones podría haber actuado en Primera o en la B Nacional.

   “Me fui por mi propia voluntad, después de no llegar a un acuerdo económico con el presidente Alfredo Dagna. Encima de ahí pasé a Villa Mitre, aunque no creo que en Olimpo haya alguien que me guarde rencor por eso”.

   --A los 30 años, ¿ya no podrías “picar” a otro nivel?

   --Por ahí sí, pero no en Olimpo, que es un equipo grande de Bahía que casi nunca se fija en los jugadores de la Liga, y menos que menos en uno de 30 años. Lo veo difícil, por no decirte imposible. Si vuelvo a algún equipo, ojalá pueda vivir algo similar o mejor. No me arrepiento de cada paso que di en mi carrera. De todos los clubes me fui bien, y creo que eso es lo más importante.

   El mensaje de Brian en plena cuarentena: