Bahía Blanca | Martes, 15 de julio

Bahía Blanca | Martes, 15 de julio

Bahía Blanca | Martes, 15 de julio

“A veces pienso que soy parte de una película”, dijo un bahiense radicado en Italia

El relato de Albano Chiarastella y también el de Dante Richotti sobre la cuarentena. La desconfianza de la gente y la importancia de circular con un papel firmado.

Albano Chiarastella. Foto: scrivolibero.it

   Aislamiento, miradas furtivas, notas firmadas para poder circular por la calle. Son las constantes de una Italia que atraviesa el período de cuarentena para poder controlar el coronavirus.

   Desde ese país los basquetbolistas bahienses Albano Chiarastella y Dante Richotti contaron cómo sobrellevan la disposición oficial para proteger la salud y evitar la propagación del virus. Y no ocultaron su asombro sobre algunos aspectos que se observan a diario.

   “Estamos en cuarentena hace cuatro días. La situación es crítica. El país está completamente parado. El lunes fue el primer mensaje del ministro y dijo que todo el país es considerado zona roja, no sólo el norte, que es la parte más afectada. El martes hubo otro comunicado en el que se dijo que el país se cerraba por completo, ya que hasta ese momento estaban abiertos bares y restaurantes. Hoy sólo quedan abiertos farmacias, supermercados y trabajos. Por suerte los supermercados están muy bien abastecidos, por más que después del primer comunicado la gente hizo cola hasta las 3 de la mañana para comprar”, agregó el jugador de Agrigento de Sicilia, equipo de la Serie A2.

Foto: npr.org.

   El alero bahiense admitió que la paranoia, no es una sensación.

   “Luego de estar tres días sin salir fui al supermercado a hacer unas compras porque tenía la heladera vacía. Todos, incluyendo empleados, con barbijos y guantes. Y te soy sincero: cuando mirás a los ojos a las personas que hacen las compras, te miran como si tuvieras una enfermedad. La gente está muy paranoica en este momento. Gracias Dios yo no lo soy, pero lo sentís. Hay que mantener un metro de distancia con el otro y no te pasan cerca ni loco. Es muy feo... A veces pienso que estoy soñando, que soy parte de una película... Hablando con amigos y compañeros de que nunca pensamos que iríamos a vivir algo así”, afirmó.

   En Italia no sólo se paralizó la actividad deportiva por completo sino que también se cancelaron los entrenamientos.

   “El lunes (pasado) nos habían mandado un programa de entrenamiento para la semana, pero después nos comunicaron que la sociedad (gerencia del equipo) decidió que no entrenáramos. El programa era para trabajar en grupos de dos personas, en horarios diferentes y cada uno en un aro. Sin contacto y lo más distante posible. Yo, al tener una terraza grande, el lunes a la tarde me fui a buscar unas pesas y me traje algo para hacer en casa. Como para no perder forma física porque no se sabe cuándo se va reanudar. Vivimos el día a día. No se sabe si termina el campeonato o si se volverá a jugar”, agregó.

Foto: aljazeera.com

   “Acá tardaron demasiado en tomar las medidas. Lo digo ahora, después de 2 semanas. Ojalá se solucione lo antes posible. Soy optimista. Por suerte las personas tomaron conciencia de la situación y están respetando las normas”, concluyó.

Richotti: “Situación muy crítica”

   Dante Richotti vive en una ciudad llamada Scauri, en la región de Lazio, hacia el centro oeste de la península.

   “Se declaró alerta nacional, por lo tanto toda Italia se comporta de la misma manera. No se puede salir de casa. Solamente te permiten por tres motivos: trabajo, necesidades básicas como ir al supermercado, comprar y volver, y por motivos de salud, sea porque haya que ir a un hospital o por algún familiar que por ejemplo necesitara diálisis y hubiera que acompañarlo”, dijo el base, quien se desempeña en el Serapo Gaeta 85 Gaeta (Serie C).

Dante Richotti. Foto: sportlaziale.it.

   “De todos modos para cumplir con cualquiera de estas tres cosas hay que circular con una auto certificación. Un papel firmado por uno mismo, donde dice que yo de tal hora a tal hora salgo de mi casa porque voy, por ejemplo, a trabajar. Me casé hace cuatro años y me fui alejando un poco del básquet para pensar en la familia. Sigo jugando, pero además tengo un trabajo desde las 6.30 hasta las 13.30 y llevo mi certificación en la que dice que voy de Scauri hacia la ciudad donde trabajo a 15 kilómetros, en tal horario. Si me frenan, debo mostrar la certificación. Si no la tengo, me hacen una multa”, explicó Richotti.

   “Algunos trabajos permanecen abiertos y se puede concurrir. Otros, según estableció el gobierno, cerraron. Esto comenzó el 10 de marzo y continuará hasta el 3 de abril. Esto destruyó la economía. Yo trabajo en una empresa que hace cultivos de pescado y no puede quedar cerrada por tanto tiempo, sería un desastre. No se puede salir a caminar, a dar una vuelta, nada”, dijo.

   “Es una situación muy crítica. Está difícil, todo el país en cuarentena. Pero es el único modo de combatir el virus. Hoy en Italia hay cerca de 15 mil personas infectadas y no sé cuántas personas murieron. También hay muchísima gente que se curó”, concluyó.