Las secundarias bahienses, entre la virtualidad, las deserciones y el regreso
Este año que ingresa en la recta final generó muchos desafíos para los establecimientos educativos.

Por Pablo Andrés Alvarez / [email protected]
Audionota: Malena Ruppel (LU2)
Mientras 2020 aún no terminó y deja coletazos de las problemáticas que se debieron afrontar, el 2021 será un año en el que las escuelas enfrentarán una diversidad de situaciones para recuperar la vida de sus comunidades y el papel del personal directivo será crucial para la efectiva gestión escolar, pedagógica y de inclusión.
Precisamente, directores de establecimientos educativos públicos de nuestra ciudad analizaron los aspectos positivos y negativos que dejó este particular año por la pandemia, señalaron que la cantidad de deserciones no fue superior a la media de temporadas pasadas y pronosticaron el retorno a la presencialidad en el próximo ciclo lectivo.
“Lo más importante de este año es que todo el sistema educativo le pudo hacer frente al desafío planteado de la virtualidad. No debemos olvidar que fue de un día para el otro. Y muchas de esas cosas llegaron para quedarse”, remarcó Guillermo Pierolivo, director de la Escuela Técnica 1 “ARA General Belgrano”, que cuenta con una matrícula de 1.015 alumnos, divididos en 35 secciones de primero a séptimo año y dicta cuatro tecnicaturas: químicos, electromecánicos, electrónicos y programación. Para ello, precisa un plantel de 160 profesores.
“Una de las cosas que rescato es que con la virtualidad, aunque parezca paradójico, pudimos estar más cerca de la familia, que en secundario no es tan natural”, agregó Fernando Roa, director de la Escuela Secundaria Nº5 “Ezequiel Martínez Estrada”, de Chaco y Chancay.
Y agregó: “En menos de 24 tuvimos que transformar el aula de la escuela en un espacio virtual. Eso es muy valedero, situación en la que quedó de manifiesto el rol del docente y las familias pudieron entender lo que es estar frente a un grupo de estudiantes”.
“Lo bueno de este año fue la rápida adaptación de toda la comunidad educativa a esta situación inédita que nos toca transitar y poder garantizar la educación. Las plataformas implementadas llegaron y pasarán a ser insumo permanente de aquí en adelante”, opinó Sebastián Ventura, director de la Escuela Técnica Nº2 “Ingeniero César Cipolletti”, ubicada en Azara 1250 y que tiene alrededor de 1.200 alumnos distribuidos en el Ciclo Básico y seis especialidades (Aeronáutica, Automotores --es la única que ofrece estas dos ramas en la región--, Electrónica, Electromecánica, Informática y Maestro Mayor de Obras).
La pandemia trajo aparejada la falta de contacto directo entre profesores y alumnos.
“A las escuelas técnicas nos afectó mucho en algo fundamental: la práctica en laboratorios o talleres. No es lo mismo trabajarlo en forma virtual, más allá que todos hicieron un gran esfuerzo para disimular esa carencia”, reconoció Pierolivo.
“Esa cuestión se traduce en algunas situaciones puntuales. Por ejemplo, en la Secundaria 5, todos los años hacemos muestras institucionales con lo que se trabaja durante el ciclo lectivo y este año lo hicimos a través de nuestro canal de Youtube y hubo una muy buena participación de los estudiantes”, dijo Roa.
Y añadió: “El no contacto es una dificultad en la educación. La virtualidad hace la relación más distante y aisla un poco las relaciones humanas. La incertidumbre de que cada 15 días la situación pudiera cambiar hizo que muchos proyectos no pudiesen llevarse adelante, por el temor a no terminarlos”.
“Indudablemente que lo malo fue el aspecto social-humano, ya que la falta de vínculos personales en forma presencial pilar fundamental en el rol de la escuela hacia la comunidad”, sumó, en esa misma línea, Ventura.
Los directivos señalaron que no sufrieron deserciones en sus establecimientos.
“Nosotros denominamos deserción a esos chicos que dejan de asistir al establecimiento y perdemos el contacto. Esto no sucedió. En contrapartida, y creo que fue algo que le sucedió a casi todos los establecimientos, sí notamos falta de vinculación a medida que fue avanzando la pandemia. ¿Qué quiere decir esto? Que no se conectaban a las clases o bien se demoraban con la entrega de trabajos. Muchos fue por falta de recursos para acceder a esa virtualidad, pero siempre demostraron interés por seguir con sus estudios”, esgrimió Pierolivo.
“La verdad que las deserciones fueron muchísimas menos de las que se suelen producir en un ciclo normal. Para ello hubo un gran trabajo del equipo de orientación y del plantel de docentes para hacer un seguimiento personalizado. Se apeló a todos los recursos para estar cerca de las familias y de los alumnos para incentivarlos y realizar esos puentes de contención tan necesarios en estas épocas. No tuvimos ningún alumno totalmente desconectado, o sea que no se conectara a ninguna materia”, informó Roa sobre la situación en la Secundaria 5.
“En la Técnica fueron prácticamente nulas las bajas. Considero que hubo un gran trabajo articulado entre toda la comunidad de la escuela para abordar las situaciones que fueron surgiendo a lo largo del ciclo lectivo tan particular”, opinó Ventura.
El regreso a las aulas es todo un desafío, sobre todo porque se necesitará logística, capacitación, infraestructura e insumos.
“El Ministerio está elaborando los protocolos para el retorno a la presencialidad en 2021, pero creo que va a depender de la situación de cada localidad en ese momento. Desde nuestro lugar intentamos estar preparados para esa situación, pero también para el caso de que debamos seguir con la virtualidad”, reconoció Pierolivo.
“La vuelta a la presencialidad es lo que todos estamos esperando. Estoy esperanzado en que la situación sanitaria mejore para poder retomar los ` rituales escolares'. Será todo un desafío, ya que nada volverá a hacer igual”, opinó Roa.
“En lo particular, nos encontramos en una etapa de mejora de los espacios áulicos, adecuándolos para implementar todos los protocolos que recibimos desde la supervisión y garantizar el cuidado de nuestros alumnos y alumnas”, cerró Ventura.