Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Corazón de rata

Por María Florencia Daneri.

Por María Florencia Daneri / Especial para La Nueva.

 

   Ser tratado de rata no tiene nada de lindo, las ratas tienen mala reputación. La mayoría de las personas las asocian con la peste, suciedad y no las quieren cerca. Con sus ojos grandes y prominentes orejas, les gusta la noche. Han conquistado el campo y nuestras ciudades, capaces de comer casi cualquier cosa son los seres más adaptables del mundo. Pero parece que las ratas no son tan ratas como nosotros pensamos después de todo. De hecho, las ratas presentan comportamientos que acostumbramos pensar como exclusivamente humanos, veamos un poco. 

    Hace un tiempo se publicó el resultado de un experimento donde se ponían a dos ratas en una jaula: una libre y la otra encerrada en una pequeña caja que solo se abría desde afuera. La caja era transparente y la rata libre podía escuchar y ver los intentos de escape de la que estaba encerrada. 
Rápidamente aprendió a abrir la jaula de su compañera, sin que esto le generara beneficio propio aparente. Estaba la rata sintiendo empatía por su compañera? por que la liberaba? quizás solo le divertía abrir la puerta o no quería estar sola... Para intentar entender un poco más lo que estaba pasando los investigadores reemplazaron a la rata encerrada por una de peluche, la rata libre ni se acercó a la puerta. Modificaron la caja de manera que al abrirla la rata liberada pase a otro sector, la rata siguió abriendo la puerta aunque no quedaran juntas. Los investigadores coincidieron en que la empatía (capacidad de percibir los sentimientos del otro) era la explicación más simple de la conducta. Las ratas mostraban estar interesadas en terminar con el sufrimiento ajeno. 

   La idea de que los animales son capaces de detectar emociones en los demás ha ido ganando terreno con los años. Se han observado comportamientos empáticos en monos, y muchos dueños de mascotas (especialmente de perros) también los han observado. Se cree que la empatía en los mamíferos es una conducta valiosa que surgió en la evolución para ayudar a establecer vínculos sociales, que ayudan a la supervivencia de individuos y grupos. 

   Muchas veces nos quedamos con la idea errónea de que ayudar es un hecho cultural, pero las ratas nos enseñan que es parte de nuestra herencia biológica como mamíferos. Quizás la próxima vez que nos crucemos con una rata la miremos con otros ojos...