La historia detrás de la foto de un cardiólogo bahiense con Maradona
Walter Zuckerman concurrió en 1994 al predio de la AFA en Ezeiza como miembro de la Fundación Favaloro.
Por Mario Minervino / [email protected]
Walter Zuckerman es bahiense, médico consultor en cardiología y ex residente de la Fundación Favaloro, especialista en Imágenes Cardiovasculares no Invasivas.
Pero es, sobre cualquiera de esos títulos y especialidades, un apasionado por el fútbol, “un futbolista frustrado”, según menciona. En su juventud probó suerte en Liniers, pero no pasó de las categorías menores. Era hábil, creativo y algo desordenado. Una suerte de Burrito Ortega.
Por ese amor por el fútbol que siempre tuvo es que hay una historia de su vida que no tiene reservas en recrear una y otra vez, que lo vuelve a emocionar y lo lleva a recordar cada detalle.
Data de 1994, cuando concurrió al predio de la AFA en Ezeiza como parte del cuerpo médico de la Fundación Favaloro contratado para controlar al plantel de la selección argentina que se disponía a viajar a Estados Unidos a jugar el mundial. Entre todas las megas estrellas estaba Diego Armando Maradona.
Un colado
“Yo era residente de cardiología en la Fundación y Roberto Peiró el deportólogo a cargo de la parte médica de la selección que estaba concentrada para viajar al mundial cuando contrataron para evaluar a los jugadores. Como residente no me correspondía ir, pero fue tanta la insistencia ante mis compañeros, como amante del futbol que soy, que logré que me lleven”, cuenta hoy Walter, que tenía por entonces 30 años.
Su primera sensación apenas ingresó a un gran hall fue única. Allí estaban todos los jugadores saludándolo con un respetuoso “buen día doctor”.
“Para mí era algo sobrenatural, estaba fascinado. Los que me saludaban eran Caniggia, Balbo, Batistuta, Redondo, Maradona. Me moría por decirles háganme un lugar así puedo jugar con ustedes”, menciona.
Ese primer día Walter examinó a los arqueros, Sergio Goicochea, Luis Islas y Norberto Scoponi.
“Apenas terminé el control me escapé como si fuera un nene y me fui donde estaban los jugadores haciendo un loco con pelota rápida. Me puse a un costado y cada vez que la pelota se iba lejos yo corría a alcanzarla. Me retaban para que saliera”, señaló.
Maradona y su salvación
Apenas terminado el entrenamiento, a los órdenes de Alfio Basile, Walter se acercó al grupo de descansaba, todos sentados, distendidos, y a pesar que le habían mencionado que Maradona no tenía un buen día (le habían negado la entrada a Japón donde se iba a jugar un amistoso), se acercó y le pidió hacer una foto.
“El estaba en el centro y sus palabras fueron: “muchachos, una foto con el tordo, vamos que estos son los que nos salvan en el futuro”. Una paradoja del destino si se lo piensa ahora. En ese momento lo primero que hice fue abrazarlo para la foto. Después me enteré que no le gustaba que lo abrazaran, pero yo estaba en otro mundo”, señaló el médico.
Otro detalle que recuerda es que quien sacó las primeras fotos era el chofer de la ambulancia, con lo cual él no salía en ninguna.
“Fue entonces que se levantó Oscar Ruggeri y le dijo, andá ponete vos también que yo les saco a todos”.
Walter recuerda la tristeza que sintió cuando se fue del predio, tristeza que incluso se tradujo en lágrimas.
“Los que aman el fútbol van a entenderme. Porque además se los veía como un grupo hermoso de jugadores. A Maradona estaba muy bien, aunque era el único jugador que nosotros no evaluamos: él tenía su propio cuerpo técnico y médico”, indicó.
Tres toques
--“La muerte de Maradona me afectó como un genio único del fútbol. Creo que nunca vamos a ver otro igual. Pero sus últimos años, aún sin conocer datos de su salud, se lo veía endeble. No fue una muerte tan súbita como si hubiese sido cuando estaba en plenitud. Fue un gran talento al que pienso le costó muchísimo adaptarse a demasiada fama y estructura, con gente no lo ayudó en la forma que lo necesitaba”.
--“René Favaloro era un amante del fútbol, hincha de Gimnasia y Esgrima. Sin dudas la decisión de que la Fundación intervenga en el control de los jugadores en 1994 fue resultado de su gestión personal por la pasión que René tenía en esa época”.
--“A mis amigos futboleros siempre les hago el chiste de que la historia podría haber cambiado aquellos días de 1994. Si Diego me elegía como cardiólogo y sí Basile me llevaba como jugador”.