Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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La casa propia del Club Midgistas del Sur: un largo camino de 20 años de vida

“Mucha gente decía que no se iba a poder cumplir el proyecto”, recordó Carlos Saldamando, presidente de la entidad midgista por aquellos años.

Fotos: Archivo- La Nueva.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

   El sueño de la casa propia es una historia que el Club Midgistas del Sur comenzó a escribir hacia fines de los 80' y que recién logró plasmar estructuralmente a principio del nuevo milenio, hace exactamente 20 años y 5 días...

   “Si esos intentos se cristalizan, si alguna vez se levantan algunas tribunas y columnas que puedan iluminar la actividad, entonces habremos asistido al paso más trascendente que el Midget habrá registrado en Bahía”, avizoraba con buenos ojos Roberto Silvani, cronista de este medio por aquellos años.

   Pero aquella tentativa de octubre de 1987, a través de una competencia invernal, recién comenzó a tomar forma a principios de 1999, gracias a la iniciativa y voluntad del presidente de entonces, Carlos Saldamando.

   "Mientras se corría el campeonato 1998/99, vino un señor y me dijo: 'Te voy a dar una mala y buena noticia a la vez.' Esa noticia fue que, por ordenanza municipal, nos clausuraban la pista (NdR: Dublin), medida que nos incentivó a crear nuestra propia casa", contó Saldamando.

   "Mucha gente decía que no se iba a poder cumplir el proyecto y que no se iba a correr más Midget. Pero la mayoría lo hacía desde el desconocimiento, y sin saber que antes se había trabajado y corrido en ese terreno. Por eso, no era algo descabellado lo que queríamos hacer", agregó.

   Día, tarde y noche, dirigentes, pilotos y allegados no cesaron en los trabajos. Entre todos, haciendo cada uno un poco de todo, se logró dar forma a lo que muchos consideraban algo imposible en tan poco tiempo.

   Hasta que llegó el anhelado momento: el 7 de enero de 2000 (aunque Saldamando insistía con abrir el fuego el primer día del año), jornada que inició un largo y fructífero camino de 20 años de carreras.

   "Hacía muchos años que no se me caían las lágrimas. Me abracé fuerte con mi amigo Dante Pérez, el que más me ayudó con los trabajos sin pedir nada a cambio durante seis meses. Él vio cómo me deslomaba trabajando, por eso nunca se despegó de mí. Cuando se cortó la cinta en la inauguración nos dimos un abrazo interminable", recordó el ex piloto Daniel Altamirano, por entonces vicepresidente del CMS.

   "Nos conformábamos con tener un promedio de 1600 personas por fecha, algo que en Dublin era difícil de lograr. Pero ya de movida se superó ese número ampliamente. Así que ese sueño de tener casa propia, y todo el esfuerzo hecho por tanta gente, valió la pena", agregó el dos veces campeón (temporadas 2001/02 y 2012/13) en el óvalo de aldea.

   Como por obra del destino, el certamen veraniego inaugural del hoy denominado “Estadio Héctor Evaristo Plano”, marcó el comienzo de una era deportiva en la historia de la divisional del derrape.

   Por supuesto, el primer acontecimiento saliente ocurrió al término de aquella velada, ya en la madrugada del 8 de enero, con el bautismo triunfal de Walter Omar Renero, encargado de estampar su nombre como primer vencedor de la nueva casa.

   “Fue algo hermoso sentir que se estaba corriendo en la casa propia, dado que se logró después de muchos años de trabajo. Y la frutilla del postre, haber podido ganar esa primera carrera, que además fue mi primera final ganada”, rememoró Walter.

   “Recuerdo un comentario radial que me hizo emocionar. A falta de 2 vueltas empezó a llover y un periodista expresó que era el llanto mi viejo (Omar) desde el cielo. Fue un combo de emociones”, agregó.

   Pero el suceso de mayor trascendencia de ese campeonato fue obra de otro piloto, aún en actividad y con gran suceso: Fernando Saldamando.

   La Cotorra cambió la concepción del Midget a través de un récord que hoy, dado el equilibrio conductivo y mecánico existente, difícilmente pueda quebrarse: ganar 11 finales en una temporada (7 consecutivas).

   “Pude ganar mi primera final rápido y tener una racha bárbara, con distintas pistas y mucho trabajo en el auto para asimilar los cambios de piso. Creo que fui uno de los primeros que metió mano en los amortiguadores en una noche y haciendo cosas en el mismo circuito”, destacó Fer.

   “Lo más importante fue que se trató del primer año en Aldea. Lástima no haber podido festejar ninguna carrera ganada con mi viejo (Carlos) que era el presidente, porque siempre quisimos respetar a los demás”, reconoció.

   El ciclo estival posterior fue un contraste absoluto con el recién descripto, aunque no menos espectacular. El distintivo para ganarse esa condición, no fue justamente el arrasar en pista, sino la perfecta demostración de regularidad puntera.

   Aquella temporada coronó por cuarta vez en un verano al dorreguense Fabián Rubén Colturi, quien, si bien animó las 18 pruebas finales de la temporada, no logró subir a lo más alto del podio en ninguna.

   “Después de las primeras cinco fechas la teníamos muy difícil para poder hacer el campeonato entero. Pero andábamos bien, estábamos en todas las finales y así fuimos respirando”, contó Fabián.

   “Hubo tres fechas que venía ganando y se pararon, y en aquel momento el reglamento no era como hoy que termina con el 50% de las vueltas. Nunca fuimos a buscar el campeonato, pero nos llevamos el “1”. Y eso fue mérito que el auto nunca se paró”, enfatizó.

   Luego del Petiso golpeó el Potro Altamirano (2001/02), posteriormente repitió la Cotorra en dos temporadas consecutivas (2002/03 y 2003/04), y a continuación llegó el turno consagratorio de una veloz y experimentada camada: Diego Andrade (2004/05), Claudio Roth (2005/06) y Mariano Pérez (2006/07).

   Matías Salaberry (2007/08) y Martín Saldamando (2009/10 y 2010/11), precedieron otro suceso deportivo revolucionario: la implementación del playoff para la definición del campeón, donde irrumpieron nuevos nombres como Sebastián Burgos, Julio Monteros, Esteban Mancini y Fernando Caputo.

   En 20 años, el Midget cosechó más de 20 campeonatos, 12 monarcas, otros tantos vencedores de carreras y una popularidad inconmensurable.

"Se pudo hacer mucho"

   El segundo mandato presidencial en el óvalo de Aldea Romana le correspondió a Norberto García, quien en los 80' ya había integrado la comisión directiva del CMS, aquella que tuvo que ver con la adquisición de las tierras donde se compite actualmente (ver foto).

   La gestión de García fue artífice de la concepción de estadio lograda hoy en día, con tribunas, plateas y boxes de concreto, salón de usos múltiples, baños, etc.

   "Los inicios fueron complicados, pero por suerte se pudo hacer mucho. Sobre todo, destaco que pudimos completar casi todo el estadio con tribunas de hormigón, además de las nuevas plateas. Creo que fue lo más importante que se hizo en mi gestión", remarcó Norberto.

   Luego llegaron las novedosas pantallas LED, que desde hace 6 temporadas animan al público a través de música e imágenes.

   "No es que teníamos mucho dinero, pero todo se hizo con sacrificio. Como la locura de las pantallas, que las adquirimos con un plan de pago a 5 años. No todos toman dimensión de lo que se hizo", cerró García.

   La dinastía García continúa actualmente con Facundo, hijo de Norberto, tercer presidente del CMS en el Héctor Evaristo Plano.

   "No es un lugar sencillo de ocupar, porque no cualquiera puede estar a cargo de un club con las dimensiones que ha logrado a la actualidad", sostuvo.

   "Creo que lo más difícil fue mantener el orden y trabajar en la infraestructura. Hablamos de un estadio casi completo con tribunas de cemento, lo cual hoy tiene un costo inalcanzable. Pero, por sobre todo, el club está ordenado", cerró Facundo.