Emergencia alimentaria: cómo impacta la crisis en comedores y merenderos
Referentes barriales coincidieron: hubo un aumento en la cantidad de gente que pide comida.
Mientras oficialistas y opositores debaten sobre la necesidad de contar con la emergencia alimentaria en Bahía referentes de comedores y merenderos que funcionan en diferentes sectores dieron sus puntos de vista sobre el tema y lo que su vive diariamente en los barrios más necesitados.
Gabriela González, una de las encargadas del Merendero Maldonado contó que tienen un cupo cerrado y asisten a 75 familias de los barrios Vista Alegre, Puertas al Sur, Villa Nocito y Costa Blanca
“Veo como algo muy notorio que la gente ya no falta y viene a retirar puntualmente la vianda de merienda reforzada que entregamos. Además se acercan muchas personas que se inscriben para empezar a recibir ayuda”, explicó.
Al mismo tiempo agregó que cuando los alimentos no alcanzan muchos se enojan y hasta tratan mal a quienes colaboran con el merendero.
"No hacemos almuerzos o cenas: solo tortas fritas y panes caseros para dar con la leche o café en botella", explicó.
Recibimos ayuda del Municipio mediante un vale de mercadería y tratamos de hacer lo que se puede", explicó.
Soledad Acosta, a cargo del comedor/merendero "Una ilusión", que funciona en Charlone al 1600 contó que cada lunes, miércoles y viernes asisten a 250 chicos.
"En 2018 venían entre 150 y 170 chicos", contó.
Toda la mercadería la reciben del Municipio y "no hemos tenido problemas con la ayuda", dijo.
Además hacen una feria para vender ropa a 5 o 10 pesos y ese dinero lo usan para sustentar gastos de garrafas que se utilizan para cocinar.
Paola Vergara maneja el comedor Corazones Solidarios en el barrio Villa Nocito y confiesa que el mes pasado se asustó al ver la hilera de vecinos que se acercaron hasta el lugar a pedir ayuda.
“En agosto entregamos 400 bolsones de comida y la verdad es que fue récord. Cuando salimos y vimos la fila sentí miedo de no llegar a darle a todos”, confesó.
El comedor recibe 230 bolsones del Municipio:cada uno tiene una botella de aceite, un paquete de harina, uno de polenta, uno de arroz, una bolsa con fideos, una leche en polvo una mermelada y un dulce de membrillo.
“Para completarle la entrega a esa gente tuvimos que abrir nuestro depósito y usar una reserva de mondongo e hígado que nos habían donado”, contó.
Por el lugar pasan unos 50 chicos que meriendan los lunes, miércoles y viernes y otros 150 niños cada jueves para recibir la única cena que se sirve en la semana.
Stella Maris Correa maneja Juntos por los Necesitados y la gente va a buscar desde ropa o calzados a alimentos.
"Al merendero vienen unos 70 chicos a los que les cocinamos. La Municipalidad nos da 80 bolsones de comida y la mayoría de las veces no alcanza para todas las familias", contó.
"Hay mucha falta de trabajo y eso se nota. Me vivo preguntando quién va a sostener esto de la emergencia alimentaria: no sabemos para que sirve la ley porque en definitiva el dinero lo va a seguir poniendo la gente".
Por último contó que muchas madres van a su institución llorando porque ni siquiera tienen un pedazo de pan duro para comer.
"Estaría bueno que en este marco de la emergencia en alimentos todos los políticos que hablan y prometen soluciones saquen dinero de sus sueldos y hagan aportes", opinó