Bahía Blanca | Domingo, 06 de julio

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Oscar Ruiz, con la locura de ser el “canchero” más canchero

Lleva casi 20 años trabajando en el club de sus amores. Cuidar la cancha es su tesoro más preciado, pero aprendió todos los oficios. ¿Su especialidad? Los asados.

Oscar Ruiz y su esposa Bibiana (con "b") Beatriz, y la infaltable casaca aurivioleta. Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Javier Oscar Schwab / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa)

   Una carretilla, herramientas y la soldadora a full. Recién terminado el arreglo del alambrado en el sector visitante. Todo en orden porque se viene otro partido.

   Oscar Ruiz es, desde hace casi 20 años, el "canchero" del club Tiro Federal. Pero también una persona que hace esos trabajos tan invisibles como indispensables.

   "Siempre digo que ya basta para mí, pero después le meto y sigo (risas)", dice Oscar, quien tiene 64 años, pero que de muy pibe comenzó a frecuentar la cancha porque era una apasionado del automovilismo. El midget y el speedway le tiraban mucho, se hizo hincha de Juan Carlos Salaberry, Sergio Urretabiscaya y Fabián Colturi.

   "Sigo con Fabián porque todavía corre. La pista de Tiro era un hormiguero de gente. Vivía en calle Liniers al 300, a 8 casas del club", contó el nacido en Patagones, aunque afincado desde muy chico en Bahía.

   "Cuando conocí el barrio mi sangre se puso amarilla y violeta, ja, ja, ja".

   —¿Quién te apodó "Loco"?

   —Amigos. Por mi fanatismo hacia Juan Carlos Curzio. Y así quedó...

   —¿Jugaste al fútbol?

   —Hasta quinta división. Era delantero y luego arquero, pero bastante ojota. Luego pasé por el básquetbol y, de grande, a las bochas con "Cacho" Torres y Gumersindo Rodríguez.

   —¿Qué te genera vivir en el club?

   —El club es todo. Rezongo, me amargo, puteo... Pero si un día me tengo que ir me muero. Conozco cada rincón, desde los caños de agua hasta el último toma de corriente. Por eso Néstor (Alonso) no me deja ir.

En los pequeños detalles, el canchero siempre responde.

   —¿Y el transporte?

   —Trabajé 35 años y 10 meses. Y estoy jubilado.

   —¿Manejando el colectivo, si subía alguien con la casaca de Tiro no pagaba?

   —Y..., nobleza obliga. Era más fuerte que yo. En el transporte hice verdaderos amigos.

   —¿El fútbol te dio alegrías?

   —Los campeonatos ganados por Tiro y el conocer gran parte del país cuando jugaba los regionales.

"Soy un abuelo activo, me gusta jugar con Amparo, Jeremías, Eva y Santino (2 meses). Me llaman por teléfono, dejo todo y voy”.

   —¿Anécdotas?

   —Una colega tuyo (Pablo Leyton) me hizo comentar en San Luis. Creo que zafé, aunque en una jugada dije: "¡Qué mal momento de Abaca, no está bien y no le llega la pelota!" En eso la agarra y hace el gol. Me di cuenta que no era lo mío.

   —¿Estuviste en todas las vueltas de Tiro?

   —Sí. Soy el único canchero que se dio ese lujo. En 2004, 2013 y 2016; Promocional 2007 y el ascenso al Federal A (2015).

   —¿En Lincoln, ante Rivadavia, acompañaste a tu hijo?

   —Sí. Franco me dio un tremendo abrazo. Cuando llegamos al club y entramos con los bolsos vimos que tenían las mesas servidas para el festejo. Un muchacho nos decía: "Ustedes acá hoy ni figuran. La fiesta está preparada, les ganamos con paseo allá, acá no cobran".

   "¿Qué le dije? Qué lindo..., no vaya a ser cosa que les salga mal. Ganamos por penales y después de festejar no los vimos más. Cerraron con llave y desaparecieron (risas)".

De chico fue arquero, pero luego se amigó con la carretilla.

   —¿Otro momento emotivo?

   —Cuando debutó Hernán en Primera, le hizo un gol a Bella Vista. No soy muy expresivo y no tengo mucho contacto con los jugadores, pero los aprecio a todos.

   "En la semana me peleo por la cancha; después se me pasa. Si fuera por ellos están todo el día en la cancha".

   —Dicen que sos un gran asador.

   —Cocino para todas las disciplinas del club. Por suerte han salido bien; es un cable a tierra, lo disfruto.

   —¿Te vas a morir en el club?

   —Sí. Estoy buscando un lugar para que tiren mis cenizas (risas).

Los hijos, los amigos y los trabajos diarios

   
   La familia.
“Estoy solo con mi señora Bibiana (ambas con "b") Beatriz, y tengo 3 hijos: Hernán Horacio, Lucas Germán y Franco Ezequiel. Todos deportistas. El más grande y el más chico futboleros, y el del medio bochófilo”.

   Siempre están. “Oscar Luis Mambreani, que es una leyenda de Tiro, siempre me da una mano. Igual que Daniel Leobono. Somos los 3 mosqueteros, siempre en el club. Son mis patrones”.

En la tribuna, donde se siente feliz cuando observa a su Tiro Federal.

   La cancha. “A fin de año le vamos a hacer un trabajo especial. Resembrarla y cuando crecen los pelitos taparla en arena. Necesitamos pararla 2 o 3 meses”.

   El tractor. “Me hace renegar. Cuando los chicos me ven tirado debajo del tractor me dicen: ‘El único que lo entiende sos vos’. Pablo Recalde decía que no me fuera nunca porque al tractor no lo entiende nadie. Está en la mira comprar uno nuevo”.