Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Mauro Sabatini: “Si hoy soy futbolista es porque me enseñó mi mamá”

Increíble historia del goleador de Sporting. Su ídola es su mamá Viviana, quien le cambió la mamadera por una pelota.

Cabeza a cabeza. ¿Quién ganó? Viviana, la mamá de Mauro. Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Por Javier Oscar Schwab / jschwab@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa)

   "Mi mamá jugaba al fútbol en un potrero que estaba en el barrio. Mi tío la veía e iba enojado hasta la casa para decirle a mi abuela: 'Mamá..., tu hija está jugando al fútbol con los pibes, en la esquina'. Y dicen que jugaba bien”.

   Mauro Sabatini tiene bien en claro de dónde provienen los genes de su pasión por el fútbol. Ni bien empezó a caminar, la pelota y su mamá Viviana fueron los principales protagonistas de su infancia.

   "Aprendí a jugar con mi vieja en el garaje de casa. Me hacía patear con las dos piernas, gambetearla y tirarme al piso a atajar la pelota. Le debo mucho a mamá", contó.

   El potrero, con el correr de los años, se transformó en una plaza. Y el pequeño guerrero en un goleador infalible, que llegó a los 100 festejos en 202 partidos de la Liga del Sur.

   “Si hoy soy futbolista es porque me enseñó mi mamá”.

   —¿Tus primeros pasos?

   —En primer grado de la Escuela Nº 22 (calle Almafuerte). Mi papá me llevaba a una escuelita de fútbol que se había armado durante las horas de gimnasia. Era muy patadura.

   "A los 8 años nos fuimos a vivir a White y en la esquina de mi casa estaban los scouts, un grupo de futbolistas conducidos por Carlos Magno, quien me ayudó mucho. Luego pasó a llamarse Alianza Whitense, donde arranqué jugando la LIBAFI.

   "A los 12 años mi papá (Guillermo) me llevó a Olimpo. Estuve un año y medio y pasé a Tiro Federal, y luego a Comercial. Hice 2 años en menores y luego debuté en Reserva".

Mauro, la pelota y el escudo del club donde debutó.

   —¿Quién te subió a Reserva?

   —Marcelo Cela. Salimos campeones y después me subió a Primera. Fue en 2010, en cancha de La Armonía (3-3). Jugué en Reserva todo el partido e hice el gol del empate (1-1). Integré el banco de Primera y entré faltando 15 minutos.

   "A la pelota apenas la toqué una vez (risas)".

   —¿Siempre delantero?

   —No. Cela y Pablo Recalde me hicieron jugar de volante, pero se ve que no andaba, ja ja ja.

   —En Comercial metiste 46 goles en 112 partidos.

   —El primero, por el Federal C, contra Jorge Newbery de Laprida. Sin probarlos estrené los botines que me había comprado mi abuela Inés. Me dio suerte.

   "Otro lindo recuerdo fue en 2011, cuando ascendimos a Primera. Le ganamos a Huracán la Promoción. Recalde había prometido que si ganábamos se venía caminando del Carminatti a la cancha de Comercial. ¿Nosotros? En colectivo (risas) porque White estaba revolucionado".

   —De Comercial pasaste a Tiro.

   —Sí. Jugué algunos partidos en el Federal B. Quedamos afuera y terminé jugando en la Liga (2016), donde salimos campeones. 

   "En el Federal estaba Marcelo Messina como DT, pero no le ganábamos a nadie. Lo echaron, agarró Bonjour y nos tocaba ir a Bella Vista. Estábamos haciendo fútbol y en eso el 'Queso' (utilero) agarró el reloj del vestuario para cambiar la pila. Lo bajó y atrás había una cinta roja, una tijera y un muñeco".

   "Nos habían hecho una brujería. Enseguida la prendieron fuego. Fuimos a La Loma, donde era imposible ganar; ellos tenían un equipazo. Se ve que el gualicho se terminó porque le ganamos 2-1. Arrancó una racha a favor y no clasificamos por un punto".

   —¿Los clásicos con Huracán siempre fueron picantes? 

   —Siempre hubo pica. Nunca pude jugar tranquilo, partidos ásperos, con pierna fuerte.

   "Recuerdo el último clásico que jugué para Comercial. Perdíamos 1 a 0, después hice 2 goles, pero faltando 10 minutos nos empataron. Un jugador de mi equipo quedó tirado, por lo que pateamos la pelota afuera. Antes de reponer el 'Turco' Apud le dijo a un compañero mío: 'Yo te la doy, quedate tranquilo...'".

   "Sacaron el lateral, mi compañero se corrió y Apud tiró un bochazo al área que se transformó en gol de Huracán. Se armó un candombe (risas). Apud, Kessler y no sé quiénes más vieron la roja. Un quilombo...".

   —¿Jugaste en Puan?

   —En 2012 y la mitad de 2013. Conocí a la familia Rausch (Tito, Sandra, Danilo y Maxi); una maravilla. Paraba con ellos. Salimos campeones invictos de la primera parte e hice 20 goles en ese 2012. En Suárez las canchas son un billar.

   "En 2013 llevaba 6 goles en pocos partidos, pero luego me volví a Comercial".

   —Llegás a Sporting y convertís 45 goles en 69 cotejos.

   —En el primer partido no pude entrenar y el "Pocho" Ortiz, quien fue quien me llamó junto con el 'Choclo' (Emanuel Basich), me mandó al banco. Después arranqué con todo (risas).

   —En 2017 pierden la final.

   —Perdimos la final con Villa Mitre. Salí goleador de ese torneo y luego repetí en el Apertura 2018 cuando ganamos el campeonato. Luego perdimos el Clausura con Rosario.

   "Ahí agarraron 'Fito' Cuello y 'Pelusa' (Pérez), el ayudante, quienes me dieron una enorme confianza. Repetimos el título en el Apertura de este año y ahora arrancamos bárbaro".

   —¿La rivalidad de Sporting-Rosario es igual a la de Comercial-Huracán?

   —Es similar. El clásico de Punta Alta convoca más gente, pero la pasión es parecida. Sporting lleva muchísima gente.

   —¿El gol más lindo con la casaca de Sporting?

   —Contra Bella Vista, en el Mendizábal. Un pase de Otero, la enganché con el taco por encima de mi cuerpo y cuando me salió Luján le pegué con el empeine contra un palo. Hermoso.

   "El hincha de Sporting es pasional. Me pide sacar fotos, te brinda un gran cariño. Eso nunca me había pasado; una locura de gente cuando salimos campeones".

En 2011, Mauro gana de cabeza entre Leandro Schwab y Marcos Davicino.

“Patealo vos, yo estoy c... hasta las patas”

   "Venía metiendo goles en Comercial, pero peleábamos el descenso. Perdíamos 3-1 contra Olimpo y había anotado yo. Metí el segundo y necesitábamos empatar".

   "En el último minuto nos dieron un penal, se acercó Kessler y me dijo: 'Pateo yo...'. Le dije: 'Bueno, suerte'".

   "Pero se quedó dudando: '¿No lo querés patear vos?'. Reaccioné y le dije: 'Patealo vos, yo estoy c... hasta las patas, me tiembla el cuerpo'".

   “Fer” dudó: “Patealo vos, porque si lo errás nadie te va a decir nada. A mí me van a putear”.

   "Seguía con la pelota. Le dije: 'Yo pateo, pero fuerte al medio, si lo erro va a ser culpa tuya'".

   “Lo metí, nos abrazamos y lloramos. Re locos...".

"Las cosas que siento". El mensaje en el paredón de Comercial parece dedicado a su mamá.

El trabajo, la familia y los amigos del “Topo”

   Ingeniero White. "Desde hace 3 años trabajo en Oleaginosa Moreno, en Puerto Galván. Salgo del laburo y viajo a Punta Alta a entrenar, pero lo hago con ganas porque me encanta el fútbol".

   Ofertas. "Siempre tuve ofertas de niveles superiores, como un Federal A. Pero nunca superaron lo que gano con mi trabajo. A los 28 años (20/05/91) no estoy para arriesgar, salvo que sea algo superador".

   Abuelos. "Los amo. Tomás (papá de Viviana), fanático de Tiro; Inés y Beto, que son los padres de mi viejo. El abuelo Tomás y mi mamá siempre van a la cancha".

   Amigos. "Roque Armario y Fernando Kessler son dos grandes amigos. El ascenso con Comercial en 2011 nos unió mucho, aunque tengo amigos en todos los clubes".