Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Escrache en Zurich: habrá consecuencias

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   No quedará en la anécdota, mala o buena según desde qué costado político o militante se la mire, el escrache que sufrió el domingo el presidente Mauricio Macri en Zurich, Suiza, cundo llegaba con su automóvil a la sede de la FIFA para entrevistarse con el titular del organismo del fútbol mundial, Gianni Infantino.

   No al menos hacia el interior del gobierno, donde hubo duras críticas puertas adentro del gabinete por el comportamiento del operativo de seguridad en el momento del escrache al presidente, y por los "riesgos potenciales" que sufrió en ese momento y que al parecer livianamente nadie de quienes debían velar por su seguridad previó.

   Fuentes gubernamentales confiables dijeron a este diario que hay en marcha un sumario, que será interno y que muy probablemente no tomará estado público, no solo para deslindar responsabilidades sino para evitar que hechos como el del domingo puedan volver a repetirse sea en el exterior como en territorio argentino.

   El incidente y posterior viene precedido de otros hechos de esas características que ya ha sufrido Macri en sus tres años y medio de gestión, como el apedreo de su automóvil durante recorridas oficiales o de campaña en territorio de la provincia de Buenos Aires como también en Villa Traful, Neuquén.

   La mira está puesta en la División Custodia Presidencial de la Policía Federal (DCP), que depende directamente de la Casa Militar de la Presidencia, que comanda el general de brigada José Luis Yofre, quien a su vez reporta orgánicamente a la secretaría General de la Presidencia a cargo de Fernando de Andreis.

   Hay un atenuante, dicen aquellas fuentes. Al momento del escrache frente al edificio de la FIFA, Macri se desplazaba prácticamente sin custodia "de a pie", que es la que ejerce un cordón alrededor del vehículo a baja velocidad, al más puro estilo del Servicio Secreto norteamericano. Además, aunque también esto será motivo del sumario, al parecer no había custodios argentinos ni del gobierno suizo, que debe proveer sus propios agentes a los mandatarios visitantes por una razón de protocolo escrito y establecido.

   Macri, en un gesto que no le jugará a favor frente al hecho del escrache consumado, decidió desde el inicio de su gestión prescindir de llevar custodia personal en los viajes al exterior, por una simple razón: achicar gastos de traslado, hoteles, comidas, etc. No hay información oficial sobre cuántos de sus custodios viajaron en esta gira por Indonesia, Japón y Suiza. Ni siquiera si en realidad viajaron algunos, al margen del jefe de su custodia, que es un comisario mayor de la UCP.

   Un veterano integrante de la DCP, ya retirado pero que ahora presta servicios en el control de ingreso y egreso de vehículos por la explanada de la calle Rivadavia, con acceso a detalles del sumario que se habría iniciado, dijo que durante el escrache de los cordobeses de origen suizo Iván y Sebastián Hossly, "la vida del presidente corrió peligro". Y que lo mismo ocurrió cuando un piedrazo impacto en la luneta trasera de la camioneta en la que se desplazaba Macri durante una visita a Mar del Plata, o el incidente similar ocurrido en Villa Traful.

   "¿Y si en lugar de hacerle el escrache el tipo que metió la mano en el auto tenía un revólver, o un cuchillo, o gas pimienta? Hoy estaríamos hablando de otra cosa", dijo el policía retirado. Sostuvo, con conocimiento de causa por haber sido custodio de otros presidentes, que lo que falló en Zurich "fue que no hicieron el 'blanco'". Se refiere al espacio limpio de acechanzas de cualquier tipo, de alrededor de dos metros de diámetro, que debe existir en el desplazamiento a baja velocidad del móvil presidencial. "Ahí nadie entra, y el que entra lo bajan", reflexionó sin dar precisiones.

   Un funcionario que estuvo en la comitiva por tareas de comunicación asegura no haber visto custodia alrededor del automóvil del presidente. No se sabe si porque no estaban los DCP, o porque no se brindó el servicio de custodia de parte del gobierno local. Es lo que se buscaría dilucidar, más allá del infaltable rédito político que buscan sacar algunos macristas puros por la filiación kirchnerista de los autores del escrache.