Bahía Blanca | Domingo, 13 de julio

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Se abre un debate en Bahía por consultas médicas vía chat y videollamadas

“Los médicos reciben cada día consultas insólitas y no reconocen días ni horarios. Los más acosados son los pediatras y obstetras”, manifestó Carlos Deguer, de la Asociación Médica.

Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Cecilia Corradetti / [email protected]

   La tecnología cada vez avanza más rápido y las consultas médicas, y vía whatsapp no son la excepción, admitió el doctor Carlos Deguer, titular de la Asociación Médica de Bahía Blanca, a propósito de la nota publicada ayer en la que se señala que el uso de estas nuevas formas revolucionó la relación médico-paciente y, al parecer, llegaron para quedarse.

   El dirigente médico, de especialidad neonatólogo y jefe de ese servicio en el Hospital Penna, expresó que las razones por las que el paciente utiliza whatsapp resultan diversas: practicidad, comodidad, dificultades para desplazarse y también intentar no molestar al médico, que responderá cuando esté desocupado.

   “No obstante, es común que los pacientes esperen una respuesta inmediata, incluso suelen reenviar un signo de interrogación cuando el médico no contesta sabiendo que ya leyó su mensaje”, dijo.

   Aseguró Deguer que prevalecen vía whatsapp imágenes de pañales sucios, vómitos, deposiciones y brotes, hasta audios con explicaciones --con lujo de detalle-- de cada síntoma.

   “Los médicos reciben cada día consultas que en muchos casos resultan insólitas y no reconocen días ni horarios. Los más acosados son los pediatras y obstetras”, manifestó.

   De hecho, agregó, ya es tema en los congresos el mal uso de la tecnología y la exigencia por un contacto inmediato.

   “Contestar en el acto no es tan sencillo, ya que implica encontrar el momento para hacerlo. No olvidemos que muchas veces están atendiendo a pacientes o bien tienen momentos de privacidad”, amplió, para añadir que las consultas que reciben por fuera del consultorio no son sólo a través de mensajes de wp, sino correos electrónicos, Facebook y Twitter.

   “Este tipo de consultas deben contemplarse dentro de un marco regulatorio que todavía no existe por los riesgos que pueden suponer desde lo legal. No debemos perder de vista que lo que circula es información médica. Por eso, entre otras cosas, nunca se recomienda dar diagnósticos por esa vía”, sostuvo Deguer.

   El dirigente de la AMBB reconoció que las comunicaciones instantáneas representan una gran ayuda para médicos y pacientes porque sirven para resolver cuestiones más básicas y descomprimir guardias y consultorios.

   “Pero también hay abusos”, sostuvo.

Aplicaciones y facturación

   Manifestó que existen varias aplicaciones para celulares que  permiten a los médicos formalizar las consultas de sus pacientes a través de whatsapp y cobrarlas por sesión de chat.

   “Varias  empresas de medicina privada lanzaron programas que le permiten a sus afiliados acceder a consultas médicas desde un celular o una computadora. Mediante una videollamada, el paciente se conecta con una suerte de guardia virtual, entre los que puede elegir un médico por especialidad y tipo de diagnóstico, que esté conectado en ese momento y enviarle su consulta”, comentó.

   Las Naciones Unidas, a través del Comité Internacional de Bioética, ha elaborado durante 2017 un reporte sobre big data y salud, en donde se advierte la contribución del uso de big data para la salud, y al mismo tiempo la necesidad de evitar que el avance y las investigaciones puedan violar los derechos humanos consagrados en los instrumentos internacionales y en particular en la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos.

   “Encontramos muchos aspectos negativos cuanto al uso del whatsapp en la consulta médica”, dijo, para enumerar:

1) Limita el encuentro personal en la relación, aspecto esencial y necesario para un proceso de escucha activa y comunicación efectiva.

2)   No se brinda una receta que el paciente pueda usar en la farmacia.

3)  No se tiene la historia clínica a la mano en muchas ocasiones, o no se ha entrevistado al paciente para conocer más detalles de su situación.

4) Falta de verificación personal de los datos en base a los que se diagnóstica.

5) Si cobra sus servicios médicos, está fuera de la ley ya que esta actividad no está normada.

6) Uso de fotografías de un paciente está estrictamente prohibido por diversas leyes, bajo diferentes fórmulas, salvo en casos muy específicos.

7) Puede generar riesgos por comprensión equívoca de indicaciones por errores de tipeo o de autocorrección de los dispositivos.

8) No está claro cuál sería el ámbito o la jurisdicción que determine la responsabilidad de los actores.

   Claro que también existen beneficios, según dijo. Por ejemplo, constituye una forma de comunicación rápida, efectiva y económica; se utiliza a través de dispositivos accesibles; existen en el mercado plataformas digitales que permiten tener disponible la historia clínica y estudios complementarios de cada paciente en el celular del médico tratante.

   También mejora algunos estándares de seguridad y atención (alertas, seguimiento, adherencia a tratamientos, etcétera); ofrece respuestas efectivas para cuestiones administrativas (turnos) y en lectura de resultados de exámenes complementarios.

   “Por lo pronto –concluyó-- lo que debemos saber es que no hay hasta el momento estudios científicos que avalen las mejoras en la atención de salud. Sí los hay sobre el beneficio de la telemedicina informática para el establecimiento de interconsultas de hospital a hospital, como lo hace el Garrahan, o de médico a médico”.

   Finalizó: “No existe un marco legal a través del cual un médico pueda diagnosticar, prescribir, recomendar o realizar su praxis médica con seguridad a través de una plataforma de comunicación instantánea”.

   Asimismo, sostuvo que muchos autores sostienen que en la relación médico-paciente “es deseable que la comunicación sea presencial y no limitada en el tiempo, pues el acto médico es un arte complejo que se despliega en distintos niveles de comunicación: biomédico, emocional y sociocultural”.

    Deguer mencionó al doctor Miguel Angel Sánchez, presidente del Colegio de Médicos de Madrid, quien sostuvo: “La gente entiende por telemedicina ponerse en contacto con un doctor y obtener un diagnóstico. Esto es una teleconsulta y raya lo deontológicamente reprobable. Puede ser un recurso, pero jamás sustituirá al profesional”.

   Distinto, diferenció, es cuando toca hacer un seguimiento o se habla de enfermos crónicos.

   “Aquí, según sus propias palabras, es donde la verdadera telemedicina cobra sentido. Tal como lo explica, a partir de datos objetivos concretos, evaluables y cuantificables, puede comprobarse la evolución en el teléfono o una aplicación”.