Rubén Gallucci, el hincha fanático, el dirigente y el hijo de una gloria
No jugó al fútbol, pero aún así no puede despegarse de su querido Villa Mitre, donde fue un destacado dirigente por muchos años. “Parte de mi vida está en el club”, dijo.
Por Javier Oscar Schwab / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa)
Queda poco menos de una semana para la presentación de Villa Mitre en una nueva instancia de la Copa Argentina y en la “Ciudad” todavía repiquetean los ecos del resonante triunfo ante Newell's, en Santa Fe.
El equipo de Carlos Mungo dejó en el camino a un grande de Primera y mientras lo espera un nuevo desafío, los hinchas ya empezaron a reservar entradas para el que consideran será otro trascendental partido que podría significar una nueva hazaña.
Entre los más caracterizados hay un apellido ilustre para la historia tricolor: “Gallucci”.
Rubén es hijo de una de las glorias de las institución cuyo recuerdo, aún hoy, perdura más por su apodo que por su nombre.
Se trata del inolvidable Armando, a quien todos conocían como “La Bordadora”.
De fina estampa y lujoso andar con el balón, el crack brillaba en la cancha, pero mantenía un perfil muy bajo fuera de ella, algo que Rubén recuerda con muchísima nostalgia.
“Mi papá fue un malabarista, un '10' exquisito. Y yo un '10' mentiroso, era malo (risas). Todos me hablaban maravillas de papá. Me lo decía la gente, porque él nunca dijo nada”, recordó Rubén.
“La escuelita del club lleva su nombre. Decían que era como Maradona. Se lo querían llevar grandes equipos, pero nunca se fue. Jugó 20 años al fútbol, jamás lo echaron de una cancha. Era muy humilde”, señaló.
“Papá jugaba con una pelota pequeña, abría las canillas, la elevaba y le sacaba el sombrero a la gente. Me perdí todas esas cosas lindas porque cuando yo empecé a ir a la cancha él no jugaba más”.
La fama trascendió fronteras.
“Tengo el recorte del diario 'El País' de España, donde se habla de Pelé, Maradona y mi papá. El 'Negro' Cappa era técnico, mi viejo ya había dejado de jugar, pero vivía a la vuelta del potrero donde se juntaban los chicos del barrio. Para Ángel, mi papá era su ídolo”, aseveró.
“Cappa iba a ver los partidos, porque se armaban unos picados bárbaros. Y mi viejo se mezclaba con los pibes, pero la seguía rompiendo”.
—¿Te mandaron el recorte del diario de España?
—Me mandaron una fotocopia de ese recorte. Escribe Jorge Valdano. Habla de Pelé, de Maradona y dice: 'Y en Bahía Blanca hay un tal Gallucci que abre las canillas con una pelotita, le sacaba el sombrero a la gente'. Y en los últimos párrafos, Valdano me lo dedica a mí. Esa nota debe tener casi 10 años.
—¿En ese entonces se jugaba por la camiseta?
—Jajajaja. Sí, no les daban un mango. Capaz que ligaba algún sándwich. Era una época muy sana, donde el respeto por el club y los colores significaba mucho.
“A mi viejo lo querían mucho. Me contaban que era muy callado; los cracks de ese momento hablaban de él, porque la verdad que a mí nunca me contaba nada”.
—Una persona querida.
—Querido por todo Bahía. Nunca encontré a alguien que dijera lo contrario.
Rubén Gallucci (en el medio), con su característica sonrisa.
—¿Qué te genera este Villa Mitre?
—Muchas cosas lindas. Yo siempre estuve cerca de Villa Mitre, no hubo viaje que me perdiera ya sea como dirigente o como hincha. Estuve presente cuando perdimos ante Rosario Central (1-0); sólo falté contra Newell's en Santa Fe porque estaba engripado, pero ya tengo reserva en el colectivo para ir a Cutral Có.
“Ahora veo un club consolidado y un equipo que invita a soñar”.
—¿Cuántos años estuviste como dirigente?
—Uhh... Estuve 20 años en la comisión directiva. Viajé en los torneos de la B Nacional con los jugadores y también estuve muy ligado al básquetbol. En el Museo de mi hijo (Martín) logramos revivir esa historia.
—¿Cómo imaginás el partido ante San Martín de San Juan?
—Del rival no sé nada, porque perdió la categoría. Villa Mitre está bien, con jugadores de muy buen nivel para la categoría (Federal A). Además tiene un técnico que a mi me encanta, es bárbaro el estilo que le impone al equipo.
“Para mí tenemos un equipo superior al de años anteriores, con jugadores importante que llegaron como refuerzos. Ojalá se pueda plasmar en la cancha”.
—No pudiste jugar al fútbol, pero te diste el lujo de ser un gran dirigente.
—La verdad que lo disfruté mucho. Empecé a trabajar con el Capitán Martínez. A los 16 años hacía los mandados (risas). Y luego me hice dirigente. Durante 47 años viví momentos hermosos en el club, viajando por todo el país con el básquetbol y el fútbol (torneos regionales y B Nacional).
“Como deportista era tan malo que un día me dijeron 'no vengas más...'. Cumplí al pie de la letra. Ahora como dirigente todos me quisieron, porque pasaron un montón de mandatos y siempre me llevaron, jamás tuve un problema con nadie”.
—Siempre te rodeaste de gente honesta.
—Muchísimos. Puedo nombrar a mucha gente, pero no me quiero olvidar del queridísimo Oscar Morán, una persona extraordinaria. Ya estamos quedando pocos, los amigos se están yendo. Tengo 72 años, aunque el 2 de septiembre voy a cumplir uno más (risas).