Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Un presente con muchas más dudas que certezas

La columna semanal de Ricardo Salas, corresponsal de La Nueva. en La Plata.

Archivo La Nueva.

   Estamos ingresando a etapas de definiciones políticas en medio de una Provincia que atraviesa los efectos de la inflación. La economía es hoy la principal preocupación social al margen de eventuales coyunturas electorales.

   “Buenos Aires es una de las provincias más afectadas por el plan económico de Cambiemos, que repercutió en la vida de sus habitantes con despidos masivos, un ahogamiento de las PyMEs, una inflación incontrolable y un ajuste insensible sobre los que menos tienen, que no hizo más que aumentar la pobreza”. Ese diagnóstico es compartido por legisladores bonaerenses del espacio renovador que lidera el tigrense Sergio Massa.

   En términos electorales, la principal preocupación dentro del esquema oficialista es que la “imagen negativa” del presidente Mauricio Macri termine contaminando el operativo reelección de la gobernadora María Eugenia Vidal. Básicamente, en el Gran Buenos Aires donde el peronismo K suma significativamente en intención de voto producto de la crisis económica. En el Conurbano es donde Cambiemos recoge el mayor porcentaje de malhumor social.

   A Vidal no la sorprendió la fórmula del peronismo entre el exministro de Economía, Axel Kicillof (es el candidato que retiene el voto duro de Cristina) y la intendenta matancera Verónica Magario, la dirigente peronista que más la enfrentó con sus críticas permanentes.

   Probablemente Vidal siga agitando como táctica política el escenario de confrontación. En la Provincia creen que la candidatura del economista es funcional en la estrategia de polarización. Kicillof es el que mejor representa la “pesada herencia” cuestionada por Cambiemos y quien, además, permite continuar la estrategia de denuncia permanente a la pasada gestión kirchnerista.

   La otra cara de la moneda. El peronismo imagina empujar a Vidal al terreno de discusión de cuestiones nacionales como defensora del modelo económico deMacri justificando además el acuerdo con el FMI. El antes y el después.

   La mandamás de Cambiemos replica que ahora la obra pública se hace, “sin carteles ni discursos, con seriedad y mucho trabajo”. Es que en calle 6 no ocultan esfuerzos por demostrar a la coalición oficialista como un espacio que está focalizado en gobernar y seguir construyendo una Provincia “cada vez más fuerte”. 

   Aseguran cerca del jefe de Gabinete, Federico Salvai, que la administración bonaerense ”está gestionando de manera coherente y con sus prioridades bien ordenadas”.

   El equipo comunicacional de la Gobernación apeló a spots propagandísticos para resaltar los logros de la gestión Vidal, en medio de los síntomas de debilidad que viene atravesando Cambiemos. La gobernadora apuesta a la “cercanía con la gente” como operativo de seducción al electorado del Conurbano y ciudades como Mar del Plata, La Plata y Bahía Blanca.

   Con Cambiemos “agotada” como pronóstico inicial, finalmente, pasó la temida convención radical en Parque Norte, donde primó la posición de continuidad en la coalición gobernante, con una amplia mayoría sobre el sector rupturista. Incluso la diferencia fue muy superior al resultado de 2015 en Gualeguaychú, momento fundacional de la alianza gobernante: tan solo 14 voces se alzaron en contra de la continuidad sobre más de 250 a favor.

   La Convención logró de esa manera mantener al radicalismo dentro del esquema oficial, junto al Pro y la Coalición Cívica, aliviando al Gobierno del presidente Macri que siguió atentamente el meeting. Y en gran medida esto sucedió gracias al aporte de la UCR bonaerense, liderada por el actual vicegobernador, Daniel Salvador.

   Salvador llegó al cónclave no solamente con un claro mensaje de acompañamiento al Presidente y a la gobernadora, sino con la casi totalidad de los convencionales de su distrito respaldándolo, y con la propia convención provincial ya resuelta a su favor por aclamación.

   Ese dato político le sirvió al vice para pararse firme frente a los embates, no sólo de los rupturistas encabezados por históricos dirigentes como Federico Storani o Juan Manuel Casella, sino al propio Alfredo Cornejo, titular del partido a nivel nacional, que hasta último momento presionó para que el radicalismo aprobara explorar otras alternativas electorales, incluso fuera de Cambiemos.

   Salvador fue el hombre clave para la continuidad de Cambiemos –resaltan- y su posición logró además que, dentro del universo boina blanca, la provincia vuelva a tener peso en las decisiones nacionales, status que había perdido en la última década.