Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Ricardo Juncos: "La clave de todo está en la clase de personas que conforman el equipo"

El titular del Juncos Racing habló de la hazaña lograda la semana pasada, tras conseguir una épica clasificación a la edición N°103 de las 500 Millas de Indianápolis. 

Fotos: Twitter Juncos Racing.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com

   Al parecer, la aventura del argentino Ricardo Juncos aún tiene varios capítulos por escribir en las grandes ligas del automovilismo estadounidense.

   Su modesta estructura, "Juncos Racing", quedó en boca de todos días atrás, tras la hazaña lograda en la prueba de clasificación rumbo a la edición N° 103 de las 500 Millas de Indianápolis, a disputarse mañana desde las 16.

   Que el hecho en cuestión haya recibido el catálogo de heroico, no tiene relación directa con la clasificación propiamente dicha, sino con todo lo que envolvió a esos escasos pero maravillosos 4 minutos en que el Dallara/Chevrolet N°32 circulaba a más de 350 km/h.

   "Haber logrado la clasificación a la carrera de esa forma (NdR: obteniendo la última plaza), fue algo histórico realmente. Todavía no dejamos de sorprendernos ni de creerlo. El punto no es haber dejado afuera a McLaren, a Fernando Alonso, o a quien sea, sino haber ingresado a ese grupo con lo difícil que es lograrlo y con todas las cosas que nos pasaron. De hecho, en el '95, Penske (Roger) quedó afuera con sus dos autos, con lo cual eso le puede pasar a cualquiera", argumentó Ricardo, quien emigró hacia los Estados Unidos en 2002, a probar suerte con apenas 400 dólares en el bolsillo.

   "Nos llena de orgullo haber logrado nuevamente el objetivo. Más después del accidente del viernes, donde pensábamos que todo estaba acabado y que tendríamos que volver a casa sin correr. Pero bueno, trabajamos sin parar todos los integrantes del equipo hasta altas horas de la madrugada y dimos vuelta la situación. No tengo dudas que hicimos historia", agregó el titular del team, en relación a lo ocurrido el día previo, cuando el estadounidense Kyle Kaiser, por segundo año consecutivo piloto encargado de largar, perdió el control del monoplaza y lo estrelló contra el muro de la curva N° 3.

   —Teniendo en cuenta todo lo ocurrido, y que es la tercera vez que forman parte de este circo, ¿a qué pueden aspirar en competencia?

   —Nuestras expectativas eran muy grandes con el auto chocado, porque siempre en entrenamientos nos mostramos contundentes. En el momento que giraron todos, el miércoles previo a la clasificación, llegamos a estar primeros. Con ese auto sí estábamos ilusionados con poder clasificar mejor que el año pasado (NdR: Kaiser quedó 17° en la tanda), con lo que pensábamos en ingresar al top 9. Hoy, después del accidente, habiendo girado con el muleto, y sabiendo que lo que nos falta es imposible recuperarlo en tres días, es complicado aspirar a algo. Largamos últimos y con un auto que no está como deseamos. Pero son las 500 millas, donde todo puede pasar. La suerte y la estrategia tienen mucho valor en estos casos. Ya estar en la carrera es un hecho increíble. Hay que tratar de terminarla.

   “Para buscar algo mejor habrá que esperar al año que viene. Pero, sin dudas, al ser la tercera vez uno puede aplicar cosas que salieron mal anteriormente de manera distinta; por caso, el manejo del sistema de radio, la parada en los boxes y demás. En fin, cositas que teóricamente harán un mejor funcionamiento”, enfatizó.

   —¿En qué momento está el equipo? ¿Por qué considerás que ha logrado ese privilegiado estatus?

   —La clave de todo está en la clase de personas que conforman el equipo, porque el factor humano es algo que, en lo personal, valoro mucho. Siempre le doy prioridad a eso, las personas que me acompañen en esta aventura tienen que ser buenas personas por sobre todo. Después, la parte técnica uno la va aprendiendo, desarrollando y mejorando. Por ejemplo, el año pasado competimos con un piloto debutante en las 500 millas, un solo auto y clasificamos 17°. Es decir, que más allá de todo, de la inexperiencia y de tener un piloto novato, evidentemente mostramos cierta capacidad técnica. El equipo está pasando por un momento fantástico. Por supuesto que siempre hay cosas por mejorar, porque aún estamos muy lejos de lo que yo pretendo. Hay muchas áreas en las cuales trabajar, especialmente en lo económico, nuestra principal limitación. Todo lleva tiempo, hay que programar, diagramar, delinear, cometer errores y aprender de ellos.

No olvida los orígenes 

   Para quien conoce los orígenes del laborioso camino que, a paso de hormiga, Juncos fue construyendo en norteamérica, tal vez le suene reiterativo. Pero ante la magnitud de un suceso semejante, bien vale la pena viajar en el tiempo y desempolvar los comienzos. Ello contribuirá en dimensionar en su justa medida el grandioso presente.

   “A veces es difícil mirar para atrás y ver todo lo que uno ha hecho, porque en la vorágine del día a día se quiere seguir mejorando y creciendo. Además, el horizonte también se presta interesante, porque van surgiendo nuevas metas y objetivos. Entonces, cuando querés acordarte, ya pasaron 15 años y a uno le parece que fueron dos días. Si en aquel momento me preguntabas si pensaba lograr todo lo que hice hoy, te hubiese dicho que estabas loco.”, confesó Juncos, quien en la semana cerró un acuerdo con River Plate, para llevar el logo del Millonario en el monoplaza.

   “Represento a mi país--agregó--de una forma honesta y leal; siempre con pasión, luchando y sin bajar los brazos. Uno se tuvo que ir por razones de fuerza mayor, me quedé sin opciones y tuve que buscar un nuevo rumbo. Pero nunca dejé de ser quien soy, de tratar a mis amigos de la forma que siempre la hice y de mantener mis costumbres”.

   Por supuesto, el propietario argentino, quien por segundo año consecutivo deposita la confianza en Kyle Kaiser para intentar curzar la meta por primera vez (en la edición 2017 compitió Spencer Pigot), se refirió al futuro, con ideas y conceptos bastante claros...

   “El objetivo es seguir disfrutando el día a día y lo que uno hace. La vida te pone en situaciones inesperadas, por lo que hay que ir viviendo el juego. En mi caso, no me pongo muchas metas, porque, una vez que lo hacés, tenés la presión de cumplir y así corrés el riesgo de frustrarte. Es importante mantenerse e ir disfrutando. Cuando las oportunidades se presentan, hay que dar el paso justo”, cerró.