¿Y tus uebos?
El día de hoy trae consigo una fiesta “móvil”, cada año se celebra aunque varía en el calendario. “Domingo de Pascua” es la celebración más importante para los/as católicos/as. Quienes no profesan la religión seguramente le revisten otros significados.
¡Infaltables son los huevos! Con gran marketing a merced del producto, proliferan huevos de todo tipo, color y tamaño, también de precios.
Huevos con sorpresas, con confites, fallados, huecos, macizos, algunos “sin nada”, son una incitación para romperlos; queda en vos pensar si es en un sentido literal o figurado.
En un esfuerzo por vincular la Psicología “con los huevos”, me lanzo a investigar. Como un huevo que contiene una sorpresa, y por esos laberintos veloces que ofrece Internet, doy con otros “huevos”.
¡Uebos! ¡Si! ¡Uebos! ¡Sin hache y con “b”! ¡No es un error ortográfico!
Entonces, ¡hay huevos y uebos!
¡Pocas veces una palabra tuvo tanta relación con la Psicología!
Uebos es un arcaísmo, se lo encuentra en el castellano antiguo, y su origen se debe a una evolución del latín “opus”. Si bien uebos no se emplea frecuentemente, es una expresión habitual en el ámbito judicial. Uebos, según el diccionario, corresponde a “una necesidad o una cosa que es necesaria”.
Ya estamos en condiciones de formular las preguntas habituales de este espacio. ¿Cuáles son las necesidades/uebos del ser humano? ¿Necesidad/uebos y deseo van de la mano?
La necesidad es biológica, instintiva, desaparece una vez satisfecha, y la imposibilidad de satisfacerla o cubrirla nos arroja a la muerte. Descansar, dormir, comer, beber, son básicas y junto a otras tienen como función mantenernos vivos/as.
El deseo es de carácter psíquico, y el objetivo único es la obtención de placer. Si no se logran satisfacer los deseos, a diferencia de los uebos/necesidades, no existe posibilidad de muerte, sí de malestar psicológico.
Necesidad y deseos son dos caras de una moneda. Bebemos por necesidad y por deseo; están tan imbricados que es difícil distinguir cuál precede a cuál. Se bebe por sed, también sin ella, por ansiedad, por angustia, por goce.
La gran diferencia entre necesidad y deseo es que solo un objeto real satisface las necesidades (agua ante la sed), en cambio el deseo puede ser “saciado” por objetos no reales; a tal punto que los sueños son una fuente de realización de deseos: dime tus sueños y te diré lo que deseas”.
Para la Gestalt, satisfacer necesidades implica una serie de pasos: sensación, es decir registrar esa necesidad; tomar conciencia y decodificarla; luego preparase para la acción pensando en lo qué quiero y cómo conseguirlo. La acción que satisface la necesidad es el otro paso. Contacto con lo que va a producir la calma; la consumación en sí y por último el repliegue por haber concluido el proceso.
Ciclo fisiológico y psicológico a veces se ve obstaculizado, interrumpido de forma inconsciente y también por mandatos familiares, el resultado: terminamos haciendo aquello que no deseamos.
Domingo, día de huevos; también de reflexionar y registrar “uebos”. ¡Felices Pascuas!