Bahía Blanca | Lunes, 07 de julio

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Para el “Chiqui” Bouzat, el fútbol va mucho más allá de la cancha y la pelota

El bahiense se convirtió en pilar del Vélez de Heinze y atraviesa su mejor momento en Primera. Una charla sobre su pasado, presente y futuro, la ayuda del psicólogo, el curso de DT, la lectura, Liniers y más.

Fotos: Archivo-La Nueva y Prensa Vélez

   Por Mikel Iñurrategui / [email protected]
   (Nota publicada en la edición impresa)

   “Estaba viendo al City, cuando quieras estoy disponible”.

   Con la pelota de su primer hat-trick en la mano y ni bien terminó la tarde Champions, el bahiense Agustín Bouzat atendió el llamado de “La Nueva.” para describir su maravilloso presente, recorrer su pasado e imaginar lo que viene.

   “Me siento un privilegiado de estar donde estoy, con el entrenador con el que estoy, con los compañeros con los que estoy, en el club en el que estoy. Estoy disfrutando mucho el momento”, admite Bouzat.

   Agustín es y será siempre “El Chiqui”. Y "El Chiqui" es y será siempre sinónimo de fútbol.

"Lo del otro día fue increíble. ¿La pelota? la tengo acá, la estoy tocando, le tengo que encontrar un lugar porque sino mi novia (Fiorella) me mata ja, ja", le contó Chiqui a La Nueva.

 

   No sólo por las infinitas anécdotas de sus comienzos en Liniers, ni por su habilidad para jugar a la pelota con cualquier cosa. Sino porque además, respira fútbol.

   El actual jugador de Vélez admite que se considera un obsesivo y que puede organizar su día para poder ver un partido, con 25 años está haciendo el curso de entrenador, mira sus partidos pero cuando jugó mal, lee mucho sobre el fútbol y lo que rodea al mismo, y se muere por venir a jugar un ratito (y ascender) con Liniers. Admite que le costó adaptarse y llegar a Vélez con la 10 y el cartel de Boca, que tuvo que cerrar las redes sociales y que aunque lo sigue disfrutando como cuando jugaba en Bahía con amigos, se siente un privilegiado de lo que vive.

   -¿Volviste a ver tus tres goles contra Lanús (NdR: los marcó en 26 minutos, en la victoria por 4-0)?

   -Soy más de mirar cuando tuve un mal partido, o cuando el resultado fue negativo. Porque intento corregir sobre eso, no me focalizo tanto en las cosas positivas; que, igualmente, creo que está mal porque uno tiene que asimilar y disfrutar las cosas que hace bien. Pero soy más de tomarme el tiempo y revisar cuando siento que no he tenido un buen partido, o que le faltó algo al equipo. Analizo un poco más a la derrota.

89 partidos jugados lleva Bouzat entre la Primera y Copas, en Defensa y Justicia (45), Boca (5) y Vélez (39) y 9 goles anotados (6 en Vélez y 3 en Defensa).

   -¿Esa autocrítica te pudo jugar en contra en algún momento?

   -Sí, creo que sí. Me sobre exigía a mí por sobre mis compañeros. He tenido charlas con el psicólogo que me decía que no medía con la misma vara las cosas que me pasaban a mí o las cosas que le pasaban a un compañero. Igualmente siento que esa exigencia que me pongo es, en un grado, positiva porque hace que no me conforme y quiera estar siempre mejorando y puliendo detalles. Dependiendo de como se lo tome cada uno, puede ser positivo o no.

   -¿En algún momento paraste y dijiste “llegué”?

   -La verdad que yo lo voy viviendo día a día, lo tomé natural. Nunca me puse a pensar “llegué”. Se fue dando todo de esa manera, primero en Liniers, después llegando a Boca, el paso por Defensa y al presente de hoy. En ningún momento me paré a pensar y dije hoy me siento un profesional, o un jugador de Primera, porque dentro mío sigo sintiendo lo mismo que sentía cuando me tocaba jugar en Liniers o en inferiores. A mí me gusta ir a entrenar porque me gusta jugar a la pelota, competir, mejorar... y lo mismo los fines de semana. Lo tomo como algo natural, como la esencia del deporte.

El 7 de febrero de 2016 Chiqui debutó en Primera con un gol, en el empate de Defensa y Justicia ante Unión (2-2).

 

   Alma de DT y chau redes

   Pese a su corta edad, Bouzat está haciendo el curso de entrenador online en ATFA (Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino).

   -Estabas viendo al City, siempre fuiste muy futbolero, ¿te considerás un obsesivo en cierto punto?

   -La verdad que sí... yo cada mañana que me levanto entro a la aplicación a ver que partido hay. A la tarde veo que dan, y en que momento puedo sentarme a ver algún partido. A veces hasta me programo el día pensando en el partido que se va a jugar. Además, por gusto, empecé a hacer el curso de entrenador. Así que sí, considero que me gusta y no sé si obsesivo, pero me gusta entender el deporte un poco más y creo que eso me ayuda adentro de la cancha. Trato de hacer el lugar para cuidarme, para hacer cosas con la familia, ser ordenado y darle importancia a cada cosa y, obviamente, que al fútbol también. 

   -No es normal que un jugador de tu edad haga el curso de DT, es algo más común en los que están cerca del retiro...

   -Me está empezando a gustar la táctica, la psicología deportiva, la nutrición... son cosas que me interesan y que creo que van totalmente relacionadas con el rendimiento en campo. Creo que hoy en día si uno está bien mentalmente, con la alimentación, y psicológicamente, saca un plus por encima del resto. Lo hago más que nada para seguir informándome de lo que es el deporte.

Bouzat a pura risa en un entrenamiento de Vélez.

 

   -El otro día dijiste que Heinze (Gabriel, el DT de Vélez) “les pasaba la pasión por esta profesión”, imagino que tiene que ver mucho con esto...

   -Sí, la verdad que sí. Él siempre nos dice todo lo lindo que tiene el fútbol, pero atrás también tiene la parte fea. La parte de dejar la familia de lado, de no poder estar en eventos, cumpleaños o salir con un amigo; lo que sea. Pero que también es la profesión más linda que uno puede tener, porque es lo que a uno le gusta y hay que respetarla. Mientras más cosas positivas uno haga, más la va a disfrutar después.

Bouzat jugó 23 partidos y marcó 4 goles en la Superliga 2018-19, en la que Vélez culminó 6º (no lo hacía desde 2014) y se clasificó a la Sudamericana.

“Para cada situación de partido Heinze tiene una solución, no sé cómo hace pero tiene movimientos predeterminados para todo”, contó Chiqui.

 

   Entre esas cosas malas que tiene el mundo del fútbol profesional, Chiqui se cruzó con una: las críticas impunes en las redes sociales, aunque también encontró la solución.

   "Dejé de usar redes sociales, de tomarme el tiempo de mirar lo que la gente decía y focalizarme solamente en el entrenamiento, lo que me pedía el entrenador o lo que el equipo necesitaba de mí en ciertos momentos. La verdad que todo eso me ayudó bastante, porque cuando las cosas van bien los elogios son lindos, pero intento abstraerme totalmente de eso y creo que a uno le genera un equilibrio que es muy importante. Considero que el furor de las redes sociales tuvo su momento, hoy está más normalizado. El futbolista también creo que entiende eso, que el elogio lo lleva a un lugar que es una realidad distinta y que las críticas no son tan reales, en cierto punto", explicó.

   De Boca a la 10 de Vélez

   Chiqui llegó al velezano en enero de 2018 y luego de  que el club comprara el 50% de su pase a Boca (fue parte del plantel campeón de la Superliga 2017-18). Ni bien arribó a Liniers le dieron la Nº 10, pese a llegar en el mismo momento que Mauro Zárate, por ejemplo.

   "Cuando me llegó la oferta de Vélez no lo dudé, pero se me vino todo muy del golpe. Venir de Boca, con lo que eso implicaba, que me den la 10, era un poco de presión. Capaz eso hizo que me lleve seis meses adaptarme a los compañeros, al club, al nuevo sistema que el entrenador proponía. Por ahí me fue cargando de presiones o de situaciones que no me favorecían y yo soy muy autocrítico. Considero que hace cinco o seis meses que se está viendo lo que yo sentía que podía dar", contó.

¡Tuya! Desde su llegada a Vélez, a Agustín le dieron la 10, con todo lo que eso implica.

 

   ¿El presente es soñado, y en el futuro qué hay?

   "La verdad que no pienso más allá que el próximo entrenamiento. Lo disfruto tanto que sería un error para mí pensar en junio o en diciembre", cerró.

   En la élite nacional, Chiqui se reencontró con todo su fútbol. El nuevo Chiqui; el de siempre...

“Me gustaría ponerme un rato la camiseta de Liniers”

   Antes de que la charla decantara en Liniers, fue el propio Bouzat el que sacó el tema. Como era de esperar...

   -¿De a ratos te gustaría volver ser el Chiqui de Bahía o es tan lindo todo esto que ni lo pensás?

   -Yo hablo mucho con Walter (Carrio, su tío, y el DT de Liniers), que están jugando el Regional, y le digo que me gustaría ponerme un rato la camiseta de Liniers y jugar. Al tener eso de hincha, de querer tanto al club, me dan ganas: “Vamos, juego, vemos si ascendemos...”. A mí me encanta... todo lo que sea competir o jugar, dámelo.

Agustín y Walter Carrio en un producción fotográfica para La Nueva., en mayo de 2011.

 

   Chiqui debutó en Liniers en 2010, con 16 años, 3 meses y 17 días y llegó a disputar 39 partidos (cinco goles) y consiguió un título (en 2011), gracias a su ingreso en la final ante Bella Vista, cuando el Chivo perdía y jugaba con nueve. Histórico...

 Derechazo y a la red: Chiqui entró y a los 60 segundos marcó su primer tanto en Primera, en el 2-1 contra Tiro, en Mayo de 2011. El resto es historia...

   -¿Y que estén haciendo un gimnasio que va a llevar tu nombre que te genera?

   -Cuando Ezequiel Miralles me lo comentó no lo podía creer, porque considero que para lo que es el club hay jugadores que han hecho muchísimas más cosas que yo, a nivel deportivo e institucional. Que una parte del club lleve mi nombre es un orgullo tremendo.

Un bahiense suelto en el “Mundo Boca”

   ¿Qué te dejó Boca?

   “Mucho, aprendí un montón. Tuve compañeros de una jerarquía tremenda, la verdad que me enseñó a lo que es el mundo exterior del fútbol: el periodismo, la gente, saber manejarse, saber cómo hacerlo, cuando... El club tiene una repercusión enorme a nivel mundial y uno aprende de esas cosas", contó Bouzat, quien llegó al Xeneize en 2012 con edad de Quinta y luego jugó dos años en Cuarta y uno en Reserva, donde fue capitán.

Chiqui intenta ganar la posición entre Maidana y Nacho Fernández, en un superclásico amistoso disputado en San Juan, en 2017.