Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Incomodidad de la “sucesión”

Vidal tiene los pies sobre la tierra. Lo mejor que le puede pasar a los bonaerenses es que María Eugenia sea reelecta y siga cuatro años más en la Provincia”. Ese análisis recorre algunos despachos gubernamentales ante la reiteración de rumores que vinculan la posibilidad de que la gobernadora se transforme finalmente en la candidata presidencial de Cambiemos ante nuevas turbulencias por la escalada del dólar de una economía “atada con alambres”, entre otras dificultades electorales que las encuestas proyectan sobre la figura del presidente Mauricio Macri.
La mandamás bonaerense sigue siendo una de las mejores candidatas “posibles” de cara a las elecciones presidenciales en términos de imagen positiva, ante la pérdida de competitividad del propio Macri, según se desprende de estudios privados que sobrevuelan no pocos despachos oficiales en la sede gubernamental de calle 6.
El mensaje mediático del jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, fue contundente: se mostró seguro de la candidatura a la reelección de Macri, independientemente de las variables a las que podría apostar el peronismo, con o sin Cristina de Kirchner como candidata presidencial.
Casi de lleno en campaña, María Eugenia Vidal, junto a la primera dama Juliana Awada, y la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, salió a recorrer Moreno, pago chico del kirchnerismo en el Conurbano.
El dato político es que es la tercera vez en pocos días que Vidal volvió a mostrarse con su amiga Stanley – la ministra social más amigable de la administración Macri -- en distritos del Gran Buenos Aires. La funcionaria macrista y hábil negociadora con movimientos sociales, es la esposa de Federico Salvai, fiel jefe de Gabinete de Ministros de Vidal.
El rol político de Stanley podría tener algún correlato electoral. En las diagonales especulan con una variante. Sí Vidal es convocada finalmente para competir por la Rosada, la “ministra estrella” del PRO podría instalarse como su eventual sucesora en la Provincia en función de la relación que cultivó con los intendentes – incluidos los peronistas K -- para fortalecer las políticas alimentarias, atender la situación de cooperativas y programas sociales en el Conurbano.
En campamentos oficialistas aseguran que Cambiemos tiene en Vidal “a la mejor candidata, la mejor dirigente y vamos a ganar las elecciones si así lo decide la sociedad”. De todos modos, el entorno PRO de la gobernadora bajó una consigna clara: no descuidar la gestión bonaerense por asuntos de coyuntura partidaria.
Se sabe, dentro de la coalición gubernamental, no pocos radicales reclaman un mayor grado de participación en la toma de “decisiones”.
De alguna manera, lo que pretenden es mayor presencia en el Gobierno. Le reprochan a los “amarillos” del Pro concretamente -o al propio presidente Macri- tomar decisiones que los "boina blanca" después se enteran por los diarios.
Quieren “fortalecer” la alianza oficialista, dicen, para evitar una contienda electoral interna que puede terminar debilitando el proyecto político de Cambiemos.
Ataquen al paro
Ministros, funcionarios y actores de la comunidad legislativa de Cambiemos salieron a “militar” el nuevo ciclo lectivo en la Provincia durante las 72 horas de huelga docente.
La estrategia política fue deslucir el paro dispuesto por el arco sindical.
Mañana, el dictado de clases en las escuelas públicas volverían a la normalidad prometió el gremialismo docente no sin antes reclamar públicamente a la gobernadora Vidal, la urgente convocatoria a negociación paritaria para discutir un aumento salarial que debe incluir la chance de recuperar el poder adquisitivo perdido durante el 2018, que es de aproximadamente un 15%.
“No debería ser noticia que empiecen las clases, debería ser algo normal. La gobernación encontró respuesta (ante el pedido gremial) con un “buen ofrecimiento” como la actualización del salario por inflación y un monto del 5% adicional”, dice el diputado de Cambiemos, Marcelo Daletto.
Para los legisladores del oficialismo la decisión de los dirigentes gremiales de forzar el no comienzo de clases fue un “capricho”. Desde 2016, la PBA lleva invertidos más de 21 mil millones de pesos provenientes de los fondos del gobierno nacional y provincial en educación.
“Para fines de este año habremos finalizado 6 mil obras e intervenciones en escuelas”, repiten en calle 6.
“Sabemos que nos falta y estamos trabajando en dar respuesta a un área que fue olvidada durante décadas”, apuntó el jefe del bloque de senadores de Cambiemos, Roberto Costa.
El repetido conflicto educativo ya es parte de una crónica que se repite año a año. Convocatoria a paritarias salariales, propuesta del Gobierno, insatisfacción de los gremios y docentes, paro. La secuencia es la misma, al menos, en los últimos diez años. Y las consecuencias también: alumnos pierden cientos de días de clases por huelgas docentes tanto en la gestión peronista de Daniel Scioli como en lo que va del Gobierno de Vidal.
“La Provincia duele más o peor que hace 3 o 4 años: la gente pierde trabajo, hubo caída del poder adquisitivo, más pobreza, producto del aumento demencial de los servicios públicos y de los alimentos de la canasta básica”, aseguran desde la góndola opositora.