Bahía Blanca | Miércoles, 02 de julio

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Hogares de Belén necesita una mano de la comunidad

El servicio dependiente del Movimiento Familiar Cristiano lanzó una convocatoria para sumar familias que estén dispuestas a cobijar en forma transitoria a niños, de hasta tres años, de casos judicializados.

Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

Por Pablo Andrés Alvarez / [email protected]

   Tras más de veinte años de solidaria labor en nuestra ciudad y la zona, en los que abrigó a más de 180 pequeños en situación de riesgo, el voluntariado Hogares de Belén precisa de la ayuda de la comunidad para continuar con su valiosa labor.

   Por ello, el servicio dependiente del Movimiento Familiar Cristiano lanzó una convocatoria para sumar familias que estén dispuestas a cobijar en forma transitoria a niños, de hasta tres años, de casos judicializados.

   “Somos un dispositivo más cuando hay una situación de vulneración de derechos, llamémosle abandono, episodios de violencia o de cualquier tipo de riesgo para el niño, y en el que intervienen las autoridades. Cuando se trata de bebés o niños pequeños acuden a nosotros”, señaló Paula Cuadrado, quien hace 20 años se sumó al grupo y actualmente es su coordinadora.

   Y agregó: “Tenemos un grupo de 15-20 familias que ayudan permanentemente, pero no nos alcanza porque cada vez nos requieren más”.

   Los pequeños son asignados por los servicios locales de Promoción y Protección de Bahía Blanca, tanto del municipio como de la provincia, que trabajan en forma conjunta con los Juzgados de Familia.

   “Nosotros estamos dentro del programa de Familia Solidaria del Municipio y el año pasado también formalizamos un convenio con el Organismo de Niñez de la provincia. Cuando una situación amerita un abrigo, las autoridades nos consultan si tenemos a disposición a una familia para recibir al bebé. Nosotros recibimos a pequeños de hasta tres años, pero normalmente el mayor porcentaje son bebés. Es una tarea poco convencional, pero es una experiencia maravillosa”, añadió Cuadrado.

   Aunque el tiempo de permanencia no es establecido, en la gran mayoría de los casos no supera el año.

   “Pueden ser días, meses o un año. Lo máximo fue un año y medio. Intentamos que sea lo menos posible, pero no hay un plazo estipulado”, aclaró Cuadrado.
   Como es sabido, durante el primer año de vida se forma la personalidad y aquí radica la  importancia de este trabajo.

   “Tenemos bajo nuestra responsabilidad una esponja que aprenderá de nosotros. Ellos precisan amor, contención. Es un momento muy emocionante cuando hay alguna familia con la posibilidad de decir que sí. Es maravilloso tener a personas que se quieran comprometer teniendo en su casa a un bebé, y cuidarlo como un hijo más por el tiempo que lo necesiten”, señaló la actual coordinadora, quien ya tuvo 9 niños bajo su cargo desde que integra el grupo.

   --¿Las familias no suelen temer el sufrimiento que supone el final del abrigo?

   --Es imposible no encariñarse, porque sino estás dispuesto a brindar amor, no lo podés hacer. En lo personal, el momento más difícil es cuando llegan, no cuando se van. Cuando lo traen a tu casa ves el desamparo y lo desprotegido que están. En cambio, cuando se van, indudablemente lo hacen de mejor manera. Y generalmente, los espera una familia que hace mucho tiempo está esperando la adopción o bien porque la situación en su hogar biológico mejoró de alguna manera.

   Hogares de Belén cuenta con una trabajadora social y una psicóloga, quienes ayudan en la elección de la familia y en el seguimiento del caso una vez que es asignado el caso.

   “Percibimos realidades de mayor violencia, con problemáticas sociales graves. Y estos niños están en ese ambiente. Por eso nosotros nos consideramos un puente sanador hasta que salen de esa situación”.

   El abrigo compromete a todo el grupo familiar, por lo que la posibilidad de realizarlo es consensuada previamente.

   “Decir que no te modifica la vida diaria sería mentir. Tener un bebé o un chiquito en una casa, siempre cambia las cosas y el andamiaje familiar. Toda la familia tiene que estar de acuerdo. Es complicado tomar la decisión, pero después la experiencia es maravillosa. Siempre es más lo que te deja y lo que te enseña, que lo que se lleva al irse”.

   Son muy pocos los requisitos que existen para poder sumarse a esta convocatoria.

   “Lo principal es tener hijos propios. No es necesario que vivan en el hogar actualmente, pero sí haberlos tenido. Sobre todo porque no son buenas las experiencias con familias que no tuvieron la oportunidad de ser padres, ya que sufrieron mucho la ida de ese niño. Tampoco se deben tener antecedentes penales”.

   Otro impedimento es estar inscriptos en el Registro de Adoptantes.

   “No se puede ilusionar a aquellos que están esperando ser padres adoptivos. Estos chicos sólo van a estar un tiempo en nuestro hogar, nunca va a ser para siempre”.

   No es indispensable que el hogar esté conformado por mamá y papá.

   “Hay muchas mujeres y hombres divorciados que se suman a esta iniciativa. Actualmente se sumó un grupo de jubilados que nos ayudan en la confección de ropa. Son las abuelas postizas de los chicos”, aclaró Cuadrado.

   --¿A las familias se les asigna un ingreso monetario?

   --No. La provincia nos da un subsidio para solventar pañales y leche, pero no tenemos un salario para la familia que lo recibe. Esto es ad honorem. Podría decir que lo hacemos sin pedir nada a cambio, pero la realidad es que se recibe mucho de esa criatura, al verlo feliz. Eso no nos cuesta nada y es muy importante para ellos. Es sólo animarnos.

Contacto

   “No contamos con una oficina propia. Se pueden contactar conmigo, al 2916491573, o con Belén Gulacci, que me ayuda en la coordinación, al 2914265033. También nos pueden encontrar en Facebook (Hogares de Belén -Bahía Blanca-) o escribirnos al email [email protected]”, señaló Cuadrado.