Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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“Senté cabeza, ya no vivo de noche ni me acuesto a cualquier hora”

Después de jugar su mejor partido con la casaca de Olimpo, de ser clave en el 2-0 ante Desamparados, Braian Guille se confesó con La Nueva. Habló de fútbol, de su vida y esa fama fuera de la cancha que quiere cambiar para siempre.

 

Fotos: Jano Rueda-La Nueva.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

   “Necesitábamos ganar para reaccionar, para empezar a pensar distinto, para involucrarnos de lleno en esta categoría que es más dura de lo que muchos de nosotros creíamos”.

   Más allá de la victoria 2-0 sobre Desamparados, que descomprimió la tensión y revivió los ánimos, en Olimpo le dieron especial valor a la cautivadora actuación de Braian Guille, un volante o delantero que tiene que empezar a demostrar que su nivel es muy superior a este Federal A.

   “El Braian” jugó su mejor partido con la casaca aurinegra y nadie pone en duda sus condiciones. Sin embargo, este “personaje” que debutó en la Primera de Racing en 2017 y que en un momento formó dupla de ataque con el bahiense Lautaro Martínez, tiene más fama fuera que dentro del rectángulo de juego.

   El mismo explicó porqué...

   “Cuando estoy lesionado o no juego por disposición táctica, enseguida dicen `este pibe vive de joda'. Aunque ya me acostumbré a esos comentarios maliciosos, debo reconocer que di motivos para que piensen así. Mis antecedentes, antes de llegar a Olimpo, no eran buenos. En Brown de Adrogué (2018) tuve una excelente temporada, estaba bárbaro en lo físico y en lo futbolístico, pero no me porté bien y muchos me bajaron el pulgar a la hora de recomendarme”, sostuvo el titiritero olavarriense.

   “En Olimpo algunos me siguen mirando de reojo, pero les voy a demostrar que estoy cambiando, que quiero ser un ejemplo como persona y futbolista profesional. Que sospechen sobre mi forma de vivir no hay drama, pero que inventen y digan que me había peleado con Lippi porque él sabía que yo vivía de noche y me acostaba a altas horas de la madrugada, es demasiado. Te puedo jurar que nada de eso sucedió”, señaló quien antes de recalar en Olimpo pasó por Santamarina de Tandil, Brown de Adrogué y Defensores de Belgrano.

   —¿Cambiaste o estás en pleno proceso de replanteamientos?

   —Cambié hace cinco meses, con el nacimiento de mi hijo (Dionisio) y la ayuda permanente de mi señora (Ana Paula). Ella me encarriló y quiere que el fútbol me de una segunda oportunidad. Senté cabeza, ya no vivo de noche ni me acuesto a cualquier hora.

   “Antes tenía fama de pícaro, de salidor, pero era solo la fama... Ahora soy el cura Braian...(risas). Estoy tranquilo y espero seguir por este camino, que me hace ver la vida desde un lugar mejor, valorándome a mi y a los que están a mi lado”.

   —Es decir que no conocés la noche bahiense.

   —Nooo, y no la voy a conocer. Salgo a pasear, voy a cenar a algún restaurante, pero en familia. Disfruto de este momento en Olimpo, es una nueva oportunidad que me da el fútbol para resurgir y desmostrar quien soy.

   —¿Y quién sos?

   —A los 22 años tengo el sueño latente de volver a Primera; se lo prometí a mi papá (Claudio), que está esperando verme otra vez con la camiseta de algún equipo grande de la Argentina.

   —¿De acá a la B Nacional o del Federal A directamente a Primera?

   —Primero lo primero: pienso en Olimpo, en reinventarme como jugador, llegar a mi máximo nivel y aportarle todo lo que más pueda al equipo.

 

Con fuerza interior y otra mentalidad

   “Después de los triunfos que conseguimos ante Cipolletti y Ferro de General Pico dijimos `ya está, nos acomodamos' Pero no, la realidad nos dio un sopapo terrible: perdimos la brújula, nos relajamos y se nos vino el mundo abajo con 6 derrotas consecutivas. Nos autopresionamos, estábamos decepcionando a los hinchas, nos sentíamos los peores jugadores del mundo”, reconoció Braian.

   —Pero encontraron la salida antes de fin de año.

   —¡Menos mal! La victoria ante Desamparados nos vino bárbaro para descomprimir la tensión, para poder entrenar más tranquilos, para pensar en lo que hacemos bien y darnos cuenta de que tenemos un potencial muy grande.

   —En la semana previa al choque con Desamparados tuvieron la visita de algunos “barras” en el estadio. Algunos futbolistas sintieron temor, ¿qué hablaron entre ustedes?

   —Los hinchas vinieron a hablar en forma pacífica, no necesitábamos que nos vengan a alertar sobre nuestra floja campaña. Sacamos los miedos que cada uno tenía adentro, afrontamos la situación y salimos con otro ímpetu y otra actitud a enfrentar a Desamparados.

   “Lo que sí molestó fueron las pintadas a los autos antes del viaje a Viedma. Este plantel está formado por gente laburante, que se rompe el culo por sacar a Olimpo adelante, y mandar el auto al chapista no es nada barato. Nosotros no cobramos fortunas, y las cosas que tenemos nos cuesta conseguirlas”.

   —¿Por qué cayeron tan abajo?

   —Todo pasa por el factor mental. Si estás preparado para jugar a este nivel, ante una derrota te tenés que recuperar, y nosotros no reaccionábamos. El triunfo ante Desamparados nos abrió la cabeza, nos permite ver todo con mayor optimismo.

   —¿Qué te falta para explotar en Olimpo?

   —Jugar como jugué ante Desamparados, teniendo más contacto con el balón y asistiendo a mis compañeros. Me falta el gol, que ya va a venir. Si logro mantener el ritmo durante más minutos, voy a volver a mi mejor nivel.

   —Por izquierda, por derecha, libre... ¿cuál es tu verdadera posición?

   —Me gusta jugar de extremo por izquierda, aunque no reniego si me tengo que mover por el medio. Mientras me pueda fabricar el espacio para recibir y girar no tengo problemas en ubicarme donde me pida el entrenador.

   —¿Para qué está Olimpo en este Federal A?

   —Para pelear por el ascenso. Frente a Desamparados demostramos carácter y personalidad, aunque podemos dar más.