“Conexión África”, una variante de la sextorsión que también llegó a Bahía
Publicado la semana pasada un informe especial en “La Nueva.”, se conocieron otras modalidades de un delito que crece y preocupa. En qué consisten.
Redacción La Nueva./[email protected]
Las redes sociales son un espacio donde los delincuentes encuentran el amparo necesario para actuar con una careta que les permite engañar a las víctimas, para luego condicionarlas y obtener réditos económicos.
En los últimos tiempos, como revelara la semana pasada “La Nueva.” en un informe especial, en nuestra ciudad y la región se han multiplicado los casos de sextorsión.
Desde la Fiscalía General bahiense señalaron que cada vez son más las denuncias que se reciben para investigar la difusión no consentida de imágenes íntimas, que en el medio incluye un proceso de extorsión.
La investigación de estos hechos no es sencilla, debido a que muchas veces el autor de las maniobras opera desde el anonimato o con perfiles falsos.
Y la situación es aún más complicada cuando esa persona está fuera del país y hasta en otro continente.
Informarse, actuar con precaución y, sobre todas las cosas, no ser confiado, son conductas recomendables para evitar caer en las redes de estos delincuentes.
Al menos dos causas se tramitan en la fiscalía local en las cuales se detectó que el extorsionador tiene domicilio en África.
Una de ellas -de la otra no se conocieron detalles pero tendría la misma mecánica- fue denunciada, a fines de 2017, por una mujer que vive en Carmen de Patagones.
Una fachada que termina por convencer
Durante poco más de un mes, intercambió mensajes con un hombre al que “conoció” mediante Facebook y le dijo vivir en los Estados Unidos, tener una profesión y viajar en forma sostenida por cuestiones de trabajo.
La víctima admitió que creyó su historia y que, incluso, este hombre tenía en su perfil fotos en las cuales se lo observaba en situaciones rutinarias. Nada para sospechar.
La mujer relató que llegaron a hacer videollamadas -solamente ella se exponía delante de la cámara de su dispositivo-, con lo cual fue ganando su confianza.
En un momento, el desconocido le pidió el préstamo de 20 mil pesos, a lo que ella accedió mediante una transferencia por una empresa de servicios financieros y de comunicación que opera a nivel mundial.
Unos días después, el interlocutor le refirió a la mujer que había sufrido un accidente y le envió algunas imágenes de lo que supuestamente le había sucedido.
Pero esa situación llegó acompañada de un nuevo pedido de dinero.
Esta vez el sujeto le solicitó 45 mil pesos, con la excusa de utilizarlos para afrontar gastos de las lesiones padecidas, debido a un inconveniente con su tarjeta de crédito.
La víctima le manifestó que no contaba con esa plata y que no realizaría la transferencia. Esa respuesta modificó la relación que hasta allí tenían.
El hombre pasó de la cordialidad a la tensión y comenzó a enviar mensajes extorsivos, reenviándole a la mujer algunas fotos que ella le había proporcionado, como una forma de intimidarla, y manifestándole que haría públicas otras de carácter íntimo que tenía en su poder.
Ese fue el último contacto. No volvieron a hablar, la mujer realizó la denuncia y también comprobó que a las pocas horas el usuario de Facebook había sido eliminado.
El “timo nigeriano”, pero de Abidjan
Los investigadores pudieron establecer que el dinero transferido por la mujer inicialmente había sido retirado en una oficina de la ciudad de Abidjan -también conocida como Abiyán-, en Costa de Marfil.
“Es una maniobra que se ha dado en otras partes y que tiene diferentes variantes. En algunos casos se la conoce como 'timo nigeriano'”, dijo una fuente de la fiscalía.
Resulta dificultoso -según reconoció- poder establecer quién fue el autor de la maniobra, debido a que fue llevada adelante mediante un perfil “evidentemente falso”.
De la misma forma, admitió complicaciones para avanzar con la causa.
“Para poder hacerlo en un país extranjero, por ejemplo Costa de Marfil, hay que enviar una suerte de exhorto donde tiene que intervenir el Ministerio de Asuntos Exteriores y traducirlo al idioma de ese país. No es tan sencillo como en el contexto del Mercosur”, informó.
“Por otro lado, si bien hay convenios internacionales para perseguir el delito, están referidos a hechos como trata de personas, narcotráfico o lavado de dinero”, continuó.
Hay más casos
La Asociación Argentina de Lucha Contra el Cibercrimen publicó en su sitio web que, de acuerdo a las estadísticas, la cantidad de casos mediante modalidad delictiva denominada sextorsión creció en el primer semestre del año un 30% con respecto a 2018.
En el informe se indicó, casualmente, que la maniobra más utilizada fue la denominada como “Costa de Marfil”.
Refirieron que es un delito que comienza con la seducción a través de perfiles falsos en redes sociales con el objetivo de realizar sexting y luego extorsionar.
Señalaron que, generalmente, piden dinero para no difundir el video o fotos del sexting que toma el criminal de la victima , ordenando transferirlo a una cuenta en ese país africano.
Esta situación también alcanza a nuestra región y la prevención es fundamental para evitar que los números sigan subiendo.
“Los casos de sextorsión que llegan a la fiscalía van en aumento, de acuerdo a lo que hemos visto en los últimos tiempos. Esto demuestra también que las víctimas se animan a denunciar y permiten que estos delitos sean investigados”, sostuvo Santiago Garrido, secretario de la Fiscalía General.
El abogado describió que las conductas de estos delincuentes pueden llegar a ser enmarcadas dentro de diferentes delitos.
Mencionó que si una persona en obligada a entregar algo (generalmente dinero) con la amenaza de sufrir alguna acción perjudicial en caso de no hacerlo, el hecho puede ser caratulado como una extorsión, que está castigada con una pena de entre 3 y 8 años de cárcel.
Garrido dijo que otro delito que se configura en estas acciones es el de la coacción, que es cuando se obliga a alguien a realizar algo o dejar de hacerlo contra su voluntad.
Para esa figura, el Código Penal establece una sanción de 2 a 4 años de prisión.
En tanto, la denominada pornovenganza, que es la publicación no consentida de este tipo de material íntimo, aún no se encuentra tipificada y es uno de los delitos informáticos propuestos en la reforma del Código Penal que aún no está vigente.
Modalidades y consejos
El fiscal federal Horacio Azzolin, responsable de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECi), consideró que la modalidad utilizada para extorsionar a la mujer de Patagones se repite cada vez con mayor frecuencia.
“Es una maniobra que se está dando bastante. Lo único que cambia es la plataforma, pero la modalidad no varía. Antes se daba mucho más en Facebook, ahora también es Twitter. Antes se pasaban a WhatsApp y después a Hangout, que es el chat de gmail. Existe también alguna otra variante en otra plataforma”, comentó el especialista a La Nueva.
Agregó que “la modalidad es generalmente la misma. Varones que conocen a mujeres o lo que piensan que son mujeres, que se desnudan ante ellas y después reciben extorsión, pidiéndoles plata a cambio de no divulgar ese video. Por lo general las personas están en Costa de Marfil y el dinero se transfiere a ese país”.
Azzolin indicó que recientemente advirtieron una variante en el proceso extorsivo.
“La última variante que vimos es que en el proceso de negociación entre la víctima y el agresor aparece una tercera persona que se hace pasar por policía, diciendo que detectaron que el video que mandó la víctima había sido publicado en una red social y que lo iban a procesar por pornografía, salvo que desposite el dinero que le habían pedido”.
El representante del Ministerio Público refirió que el número de denuncias aumentó, aunque resaltó que existe “una gran cifra negra”, compuesta por aquellas personas que por temor no exponen lo que les sucedió.
“Los reportes informales que tenemos dan cuenta de que es una modalidad que crece. La persona que quiere denunciar necesita, además de contar lo que pasó, aportar toda la evidencia que tiene que ver con el intercambio de mensajes, con la persona que lo extorsiona y, en el caso de haber entregado dinero, todos los datos del pago”.
Azzolin también brindó una serie de consejos a tener en cuenta para facilitar la investigación del delito.
“Lo que se recomienda es que la víctima no borre las conversaciones y no bloqueé a las personas de las redes sociales, de forma tal que le permita a los investigadores visualizar el perfil, tomar capturas de pantalla y hacer las descargas que necesiten de los chats y el perfil. La víctima puede hacer además capturas de pantalla, porque es posible que, por más que no lo bloqueé, el agresor sí borre su cuenta”.
También admitió que están realizando gestiones para agilizar el proceso judicial.
“La investigación tiene el problema de encontrarse con los agresores del otro lado del mundo; sin embargo, lo que estamos tratando de hacer son estrategias con Interpol para que desde Costa de Marfil inicien su propia investigación y poder localizar a las personas que cobraron el dinero, que no necesariamente son las mismas que realizaron la extorsión. A veces son simplemente mulas, es decir, gente que solamente la contratan para cobrar”.
El especialista consideró que “la única forma de evitar este tipo de casos es teniendo mucho cuidado respecto de quiénes agregamos y frente a quién nos desnudamos ante una cámara”.
“Estos hechos no sucederían si las personas estuviesen un poco más atentas respecto de quiénes son sus contactos y con quiénes se muestran en intimidad. No digo que un adulto no agregue a un desconocido en una red social, lo que sí podemos recomendar es que esa persona podría no desnudarse ante ese individuo, por la posibilidad de que le pueda llegar a pasar esto”.
El letrado detalló algunas características de los perfiles que suelen tener los sujetos dedicados a estas maniobras delictivas.
“Tienen detalles que son bastante claros. Siguen a muchas personas y tienen muy pocos seguidores; las fotos de perfil son extremadamente provocativas y eróticas, y resultan casi profesionales, bastante incompatibles con un perfil que podríamos denominar casero”, sostuvo.
Azzolin, por último, remarcó que este tipo de personas “son extremadamente comunicativas con la víctima, lo que no parece una situación de conocimiento con personas del sexo opuesto dentro de los carriles normales. Van muy rápido, enseguida quieren desnudarse frente a la víctima, y eso debería darnos la pauta de que algo raro hay”.