Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Hambre y copón con sangre

No me sumo al coro de los que declaman que capaz hubo errores. No. Fueron fieles ejecutores de un plan fríamente calculado.

Dicen que se fue con su viejo odio la oligarquía portuaria y ese olor a bosta y a soja  al que le agregaron el humo financiero del más grande saqueo del tesoro nacional: en noviembre el BCRA remitió $ 300.000 millones al Tesoro del poder Ejecutivo. Se están yendo dejando pueblo durmiendo en las calles, o sin trabajo, millones de chicos sin comida con dolor de panza comiendo cartón mojado para calmar el hambre, viejos sin remedios, una juventud sin futuro. 
¿Se fueron realmente? Asoman buenos modales, la “transición civilizada” de la hipocresía y de la falsedad, a los pies de un Santuario en el que no creen. Mandando a Roma a su compañera con un copón y aquí hay miles llenos de sangre inocente de abortos con pasaporte irrestricto. Verdadera exposición de llagas que a los  instigadores como a los firmantes del Protocolo, el Derecho Canónico ya excomulgó. ¿Y el obispo de Roma Peronista? Lo recibió mutis. Hipocresía de la Bestia asentada en la Ciudad de las siete colinas. Reitero: con la indignación no basta aunque se estén yendo. Porque no es justo callar tanto desamparo, tanta muerte, hambre y silencio de viejos suicidados o desesperados por no poder llevar el pan a la mesa, o de  empresarios con persianas bajas. Nada de buenos modales: a eso, que jueguen los que gustan jugar a “las visitas”. Solo queda retomar el áspero camino de la revolución pendiente. No me conforman los discursos citando a Perón por compromiso. No hay derecho a pedir borrón y cuenta nueva, porque  aquí tiene domicilio legal constituido y ganado mucha  hambre con memoria. 
El 10 de diciembre “parece” que salimos de la franja de Gaza Argentina bombardeada día y noche, saqueada, violada, ocupada, provocada, robada, perseguida y suicidada.  Aquí  se restaura la justicia para todos, o para nadie. No me sumo al coro de los que declaman que capaz hubo errores. No. Fueron fieles ejecutores de un plan fríamente calculado. Parece que se fueron, pero ya amenazan cortar rutas si el gobierno de los pobres, de los jubilados, de los hambrientos, de los desocupados se animara a la osadía de redistribuir la riqueza y renta de las agroexportadoras o de los fabricantes de agroquímicos transformadores en estéril  de la tierra, invasores  impunes del cancerígeno glifosato circa pueblitos, escuelas y peonada. Que el ajuste de aquí en mas caiga sobre los poderosos y nunca más sobre los hambrientos. La consigna es “en paz, pero movilizados”. ¿Alberto cumple  sus promesas de campaña? El golpe de guerra híbrida se lo darán los EE.UU. a la boliviana como hicieron con Evo Morales. Cuidado, porque se quedaron habitando el mismo territorio: mansos pero fragoteando desde ya mismo, para volver, preparándose para el zarpazo si no nos concientizamos, si no estamos junto al dolor, junto a la rabia y la tristeza infinita que habita el alma de tantos humildes despojados. No pudieron completar la infamia de primarizar toda la economía y llevarnos a los empujones al país-estancia del siglo XIX. 
Pero cuidado. Trump está acorralado, como  Duque en Colombia; la intrusa de Bolivia pidió ayuda a Israel y Piñera ahora se humaniza con lejía. Todos a punto para generar una guerra externa distractiva, una intervención militar para apaciguar los pueblos: segundo plan Cóndor como el de los 7O. Demostrar ser mejores el santo y seña. Y que el insomnio es el motor de nuestra memoria.