Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Trata de personas: la conexión Bahía de una red internacional

Gendarmería desmembró una organización que trasladaba jóvenes paraguayas hacia Chile, para la explotación sexual. Una mujer que vive en nuestra ciudad está detenida en Chubut. La trama de la investigación.

El operativo que desarticuló la organización se produjo cerca de Trelew. Foto: Gendarmería

Gerardo Monforte / gmonforte@lanueva.com

   La justicia federal de la provincia de Chubut investiga conexiones entre una presunta red de trata de personas internacional y una mujer con doble nacionalidad domiciliada en Bahía Blanca, a quien Gendarmería detuvo en los últimos días en Trelew, cuando aparentemente “custodiaba” a 4 jóvenes paraguayas durante un viaje a Chile, adonde las iban a explotar sexualmente.

   Los investigadores además vinculan a la acusada -paraguaya/chilena y de 30 años- con posibles ramificaciones de la organización delictiva en Punta Alta, donde vivió antes de radicarse en nuestra ciudad, según pudo averiguar "La Nueva."

   Por el resultado del operativo, el juez federal de Rawson, Guillermo Lleral, procesó con prisión preventiva a Liliana Alcaraz, quien desde hace aproximadamente 3 años tiene domicilio en las cercanías de la terminal de ómnibus San Francisco de Asís.

   La maniobra se descubrió -casi de casualidad- el 12 de enero pasado, cuando un grupo de gendarmes chequeó la documentación de los pasajeros de un colectivo que tenía por destino Comodoro Rivadavia, en un control en el kilómetro 1448 de la ruta nacional 3, a la altura de Trelew.

   Al ver a los uniformados, una de las cuatro víctimas se quebró. En medio de llanto y una tensa situación, les aseguró que estaban siendo trasladadas contra su voluntad desde hacía 3 días “por una red de trata con destino final incierto” pero seguramente en Chile.

   Las otras 3 chicas rescatadas declararon encontrarse en la misma situación y también señalaron a Alcaraz como la encargada de conducirlas a tierras trasandinas. Por ese motivo el magistrado actuante dispuso la detención de la mujer.

   El comandante general Manuel Caraballo, a cargo de la región V de Gendarmería, con asiento en nuestra ciudad y jurisdicción en gran parte de la Patagonia, precisó que las 4 víctimas tienen entre 25 y 28 años y se las incluyó en el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Víctimas Damnificadas por el Delito de Trata.

   A opinión de Caraballo -con responsabilidad en Neuquén, Río Negro, Chubut, sur de la provincia de Buenos Aires y La Pampa-, la banda opera de manera “organizada” y estaría compuesta por numerosos integrantes.

   “Reclutan a ciudadanas paraguayas en el departamento Caaguazú, Paraguay, las hacen ingresar en la Argentina, las retienen un tiempo en Buenos Aires y después las envían hacia el sur del país para cruzarlas a Chile, donde las explotan sexualmente en locales nocturnos de Punta Arenas”, confirmó el jefe de Gendarmería.

   “Una vez que están en Buenos Aires, las embarcan a Bahía Blanca, donde una persona de sexo femenino (por Alcaraz) aborda el colectivo y hace las veces de custodia o guía de las víctimas”, agregó.

   Personal de la citada fuerza identificó a otras víctimas de trata durante el procedimiento en la ruta 3.

   “Se detuvo a Alcaraz por formar parte de esta red de trata de personas y en Chile se investiga a otra mujer de nacionalidad paraguaya. Está confirmado que las mujeres rescatadas iban a ser explotadas sexualmente, porque una de ellas se quebró, se acogió a la figura de testigo protegido y relató lo que sucedía”, sostuvo.

Operan con un sistema de posta

   Las 4 víctimas llegaron a nuestra ciudad en un colectivo de larga distancia procedente de la estación Retiro, en compañía de otro supuesto tratante que al parecer regresó a Buenos Aires luego de “entregarlas” a Alcaraz.

   “Bahía Blanca sería el lugar propicio para hacer un sistema de posta en el traslado de las víctimas desde el norte de Argentina y países vecinos, como Bolivia y Paraguay, previo a la explotación de las mujeres”, explicaron desde la sede central de Gendarmería, a través de un comunicado de prensa.

   Mediante las imágenes grabadas por las cámaras de la terminal de ómnibus local se estableció que Alcaraz recibió a las chicas en esas instalaciones, donde hicieron un trasbordo y juntas continuaron el viaje hacia el sur argentino, con Chile como destino final.

   A partir de ese dato se descarta que las jóvenes foráneas hayan trabajado bajo coacción en Bahía Blanca.

   La captación de las mujeres en Caaguazú se concretó mediante ofertas laborales falsas para trabajar como servicio doméstico, costureras, meseras u otros empleos en el sur de Argentina y Chile.

   Hasta ahora, de acuerdo con la información suministrada por la policía de Investigaciones chilena a Gendarmería, no se rescataron mujeres víctimas de trata en Punta Arenas.

   “La mayoría de las víctimas de trata de personas internacional es captada por alguien de su comunidad, generalmente una mujer”, señaló Caraballo.

   “En Buenos Aires tienen a las mujeres en asentamientos y las hacen trabajar. Después las traen a Bahía para que otra persona tome la posta y las cruce a Chile, por tener doble nacionalidad”, como es el caso de Alcaraz.

   Por distintos pasos fronterizos, Gendarmería registró traslados de Alcaraz entre Paraguay y Argentina, Argentina y Chile y Chile y Argentina.

   “Se registraron movimientos de la imputada en el paso fronterizo internacional Cardenal Samoré, y tuvo estadías en la zona de Neuquén y Bariloche. Estamos investigando para determinar los posibles contactos (vinculados con la trata) que Alcaraz tendría en esos lugares”, informó el vocero.

   Para tal fin la justicia ordenó peritar dos celulares que portaba la mujer domiciliada en Bahía. Fueron enviados a Gendarmería Bariloche, donde trabajan con el sistema Ufed-Touch, que permite un análisis profundo sobre los teléfonos.

   El resultado de ese estudio, según se cree, se conocerá en el transcurso de la semana próxima, con lo cual los investigadores podrían avanzar hacia otros eslabones de la organización.

En Chubut y con prisión preventiva 

   Alcaraz, según confirmó Gendarmería, está detenida en una cárcel de la provincia de Chubut y no tiene antecedentes penales en Argentina, Paraguay ni Chile. De todas maneras trascendió que en 2004, la Fiscalía Nº 1 de nuestra ciudad le había iniciado una causa por lesiones y amenazas.

   La mujer, que también tuvo domicilio en Ingeniero White, se presenta como “ama de casa” y hasta antes de su arresto convivía con un hombre que por el momento -según afirmó Caraballo- no está siendo investigado en la causa. 

   Otras fuentes judiciales le informaron a "La Nueva." que Alcaraz trabajó “en la noche”, tanto en un local de nuestra ciudad como en otro de Punta Alta.

Liliana Alcaraz -de espaldas- al momento de cumplimentar el trámite de la detención ante Gendarmería.

   A partir de este descubrimiento y que tiene su domicilio en Bahía, gendarmes locales investigan cómo es la situación en nuestro medio con relación a este delito, aunque por el momento no se ordenaron allanamientos.

   Cuando el juez Lleral requirió la localización de la vivienda de Alcaraz en Bahía, Gendarmería exploró páginas web de damas de compañía locales y “surgieron conexiones con ciudadanas paraguayas a quienes traen a esta zona para prostituirlas”.

   “Son víctimas de trata y se las publica en estas páginas de escorts con nombres ficticios”, dijo Caraballo.

   La maniobra configura una infracción a la ley 26.364, que tipifica el delito de trata de personas, lo incorpora al Código Penal (artículos 145 bis y ter) y establece la competencia de la justicia federal en su investigación y persecución.

   Se entiende por trata el ofrecimiento, captación, traslado, recepción o acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional como desde o hacia otros países.

   La norma define la trata destacando acciones, medios y fines, e incluye diversos propósitos de explotación: sexual, laboral o extracción ilícita de órganos o tejidos humanos.

   En el caso de personas menores de 18 años, los medios (engaño, fraude, violencia, amenaza, intimidación o coerción) no deben ser probados.

   El consentimiento de la víctima no constituirá en ningún caso causal de eximición de responsabilidad penal, civil o administrativa de los autores, partícipes, cooperadores o instigadores.

Cuando Bahía fue “capital” de una polémica

   A mediados de 2016, un informe especial de La Nueva. desató una polémica. Para algunos especialistas en criminología ajenos a la ciudad, Bahía Blanca podía ser sindicada como "la capital de la trata de personas".

   Esa afirmación no tardó en recibir respuestas y críticas desde distintos sectores locales, como organizaciones intermedias y fiscales del medio, que entendían exagerada la afirmación.

   En el marco de aquella nota, la abogada mediática Raquel Hermida Leyenda -especialista en la materia y presidente de la Red de Contención contra la violencia de género y los delitos contra la integridad sexual y menores- posicionó a Bahía de esa manera por su "ubicación geográfica determinante y su larga historia".

   "Es como Tandil con el abuso. En el caso de Bahía, el puerto y el ingreso a la Patagonia son determinantes", sostenía.

   Y agregaba que distintos organismos internacionales, como Missing Children, con sus estadísticas anuales ubicaban a nuestra ciudad en la ruta de ese delito.

   "Estudié la problemática de trata en el exterior y siempre aparece el nombre de Bahía. En distintos congresos, como en Londres o España, siempre figura Bahía. Está identificado por los organismos internacionales. Cuando uno hace un estudio de trata, lo hace con un globo terráqueo y usted sabe qué ciudades de Italia, de España, Francia y hasta Estados Unidos tienen la organización. Y dentro de ese globo están marcadas Bahía y la Patagonia. Son el centro de mayor trata del país", ratificaba Leyenda.

   En el mismo sentido se había manifestado la licenciada Zaida Gatti, titular del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, quien describía a Bahía como “una zona roja”, al punto que para esa fecha evaluaba crear en estas tierras una oficina de esa dependencia del Ministerio de Justicia de la Nación, medida que, finalmente, no prosperó.

   Quienes no compartían ese mote de "la capital de la trata" explicaban que otras ciudades -por caso Mar del Plata- más complejas y populares y también con puerto, inevitablemente tendrían un mayor tráfico de mujeres con fines de explotación sexual, aunque posiblemente con una menor trascendencia pública.

   Sin embargo -según decían- en Bahía la situación se tornaba más "visible" por la existencia de un mayor ataque a este flagelo, no solo con operativos de distintas fuerzas -provinciales y federales- en casas de cita o prostíbulos sino con condenas a proxenetas y "tratantes" en el ámbito judicial.