Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Informe especial: ¿De qué se trata la bronca de los artistas callejeros?

La propuesta de reforma al código contravencional de la Capital Federal generó rechazo en artistas de todo el país. Denuncian un avance del Estado sobre la cultura. La opinión de referentes.

Foto: Rodrigo García-La Nueva.

Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

Franco Pignol / fpignol@lanueva.com

   El debate le pega directo en el corazón. En Bahía Blanca hay cientos de artistas callejeros, pero hay uno que gracias a actuar en las inmediaciones de la Plaza Rivadavia durante su adolescencia hoy es uno de los comediantes más famosos del país: Radagast.

   El sentimiento es el mismo para todos sus colegas, pero elegimos su experiencia a modo de representación: su sensación al enterarse de la reforma no fue para nada agradable.

   "La calle me dio gran parte de la pasión que tengo por mi trabajo. En la calle te curtís, te hacés, formás amigos entrañables. Creo que este debate es absurdo. Demasiado mal está el país como para que los gobernantes se ocupen de esto", aclaró Radagast.

De qué trata la reforma

   La propuesta de reforma al código contravencional de la ciudad de Buenos Aires despertó críticas y temores mucho más allá de la Capital Federal. Entre otras cosas, la Ley 1664-J-18 presentada por el Poder Ejecutivo busca prohibir trapitos, limpiavidrios y cambia el método de denuncia de los ruidos molestos, lo que provocó la respuesta de músicos y artistas callejeros en general, quienes ven a estas medidas como un avasallamiento por parte del Gobierno.

   Bajo el lema “el arte no es delito”, un colectivo de artistas se manifestó en decenas de ciudades de todo el país en apoyo a sus colegas.

   El proyecto de reforma, en su artículo 85, habla de ruidos molestos que "excedan la normal tolerancia", multas de hasta 10.000 pesos y arrestos de hasta 5 días para quienes los produjeran. Además, lo más polémico: el cambio que establece que ya no será necesario denunciar dichos ruidos con nombre y apellido, sino que podrá hacerse de forma anónima para que las autoridades competentes puedan actuar de oficio.

La opinión de los artistas

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¿Ciudad aburrida o ruidosa?

   Consultado por la posibilidad de que prosperen las reformas al código contravencional de la Capital Federal y en el futuro algo similar suceda en Bahía Blanca, el titular del Instituto Cultural de la Municipalidad, Ricardo Margo, opinó que en nuestra ciudad lo principal sería “consensuar, reglamentar y uniformar un poco el discurso”.

   “Hay vecinos que a veces se quejan por ruidos que a priori uno no podía considerar molestos, y hay otros que creen que Bahía es una ciudad aburrida, sin artistas callejeros, y que vienen embobados de sus viajes al exterior en los que descubren que en tal ciudad o pueblo uno encuentra músicos en la calle”, opinó Margo.

   “Entonces me parece que hay que uniformar un poco los criterios. Seguramente tener una banda sinfónica al pie de tu casa todos los días, si tenés que trabajar al día siguiente, no está bueno. Pero no es lo mismo eso a las dos de la mañana que escuchar un violín en una esquina en horas de la tarde”, agregó.

   “Pero hay que tener cuidado con demonizar a unos y santificar a otros, se habla de la libertad que tendría la Policía para actuar de oficio pero hay ámbitos en los que no necesariamente tiene injerencia, acá estamos hablando de medioambiente. Es un tema a debatir”, analizó.

   Por último, el responsable de Cultura recordó un episodio que ocurrió en el pasado.

   “Hace muchos años se embelleció el sector del parque de Mayo de la manzana de Córdoba y 12 de Octubre, se generó un espacio para que los domingos pudiera haber una música simpática, muy audible. Pero resultó que esa música generó quejas de estudiantes, que decían que los domingos a la tarde aprovechaban para estudiar y eso les molestaba. Entonces es muy difícil cuando querés reglamentar lo general y después tenés que hacerte eco de las quejas individuales”, finalizó Margo.

¿Qué sociedad queremos?

   Desde la Unión de Músicos del Sur repudiaron el proyecto de reforma del código contravencional porteño e hicieron hincapié en el peligro que conlleva el nuevo formato de denuncias anónimas.

   “Como toda norma, depende de la voluntad política. Se puede tener dos miradas sobre el tipo de sociedad que querés construir: una abierta, con características comunitarias, donde la gente comparte cosas, y otra más silenciosa, reprimida, sin expresiones comunitarias. Esta última es lo que buscan algunos sectores, evidentemente”, expresó el secretario general de Umsur, Ástor Vitali.

   “La novedad de la denuncia anónima atraviesa a todos los artículos de la reforma, y la veo útil para casos como la violencia de género, pero no para los ruidos molestos. Se les da a las fuerzas de seguridad la posibilidad de actuar según un criterio totalmente subjetivo, arbitrario”, comentó Nicolás Fernández Vicente, secretario de prensa y difusión.

   “El código actual también tiene cosas cuestionables, pero evidentemente cuando alguien plantea esta reforma es porque quiere avanzar hacia una sociedad más reprimida. Hay que ver cómo reacciona la sociedad, a mucha gente le hace muy bien que haya un artista callejero en una esquina”, dijo Vitali.

   “Después está la cuestión económica, porque en una sociedad de pleno empleo no habría tantos artistas en la calle. Los que defienden la filosofía del arte callejero van a seguir en la calle siempre, pero también están los que se la rebuscan. Igual no hay  de qué asombrarse, los que están legislando esto son los mismos que llevan un nivel de ajuste, cierran orquestas escuela, etc.”, agregó Astor Vitali.

   Sobre la cuestión puramente legal, Vitali recordó que hay normativas internacionales incorporadas a la Constitución Nacional en 1994 que van en contra del código contravencional que quieren instalar. “Las expresiones de cultura y arte popular están más que protegidas, no solo por Nación, sino también por la Unesco y otros organismos internacionales. Quieren legislar contra la propia cultura del pueblo, ¿qué va a pasar con las murgas, van a depender de que a un vecino anónimo le parezcan una molestia?”, lamentó el secretario de Umsur.

   Ambos dirigentes de la Unión de Músicos también consideraron que “hasta las cámaras empresarias deberían reaccionar, porque imaginate si mañana hay competencia entre dos boliches, qué va a pasar, se va a dar una oleada de denuncias falsas y anónimas por ruidos molestos para ganarle al otro”.

   También alertaron sobre el efecto que puede tener, no solo en la vía pública, sino en el ámbito privado. “La reforma sobre los ruidos molestos no está restringida ni a la calle ni al artista callejero. En la actualidad tenés un denunciante con nombre y apellido y un funcionario que va al lugar a medir con un aparato que mide los decibeles”.

   “Pero la reforma introduce el elemento de la subjetividad, ya sea del policía o del vecino al que le molesta que estés estudiando saxo en tu casa. Acustizar un espacio es muy caro, no cualquiera lo puede hacer. Una medida así va en contra hasta del estudio de la música. Salas de ensayo y centros culturales no quedarían exentos de la arbitrariedad”.