Historias sin vuelta: el año que se entubó el Napostá
Mario Minervino / [email protected]
En 1978 comenzó una de las obras hidráulicas-sanitarias más reclamadas de la ciudad: el entubado del arroyo Napostá, colocarlo dentro de un conducto de hormigón, en el tramo comprendido entre calles Estados Unidos y Casanova, poco más de 3 kilómetros de recorrido.
El primer planteo formal por realizar esa intervención data de 1958, cuando la sociedad de fomento del barrio Napostá presentó a la municipalidad la necesidad de ocultar al arroyo, atento a que su curso resultaba "un vaciadero de basuras y un foco infeccioso para los pobladores vecinos y de toda la ciudad, con desperdicios propicios para la procreación de ratas, moscas y otras plagas".
Además de ser un sitio donde los vecinos arrojaban todo tipo de desperdicio, había industrias que utilizaban el curso de agua como desagote de sus efluentes.
La obra se inició durante 1978, mandato del intendente Víctor J.M. Puente, con fondos provinciales, y se completó en la década del 80, con el tramo entre Sarmiento y Casanova, uno de los pocos que posteriormente se convirtió en espacio público, ocupado desde 1994 con el Paseo de las Esculturas.
La idea original de la obra era convertir la totalidad del entubado en una avenida que permitiese una rápida vinculación entre distintos sectores, intención de se cumplió a medias, con tramos que hasta hoy se mantienen sin uso alguno.
Cielo
Dos tramos urbanos del arroyo han quedado a cielo abierto.
El que ingresa a la altura del parque de Mayo opera como apoyo de uno de los espacios públicos más concurridos de la ciudad, funcionando como nexo entre la Paseo de las Esculturas y el mencionado parque. El otro es el que corre desde la ex terminal de ómnibus y la desembocadura en la ría.