Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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"Tuve ganas de dejar el fútbol, pero decidí seguir luchando por mi salud"

Rodrigo Caballuci dijo que "la operación fue innecesaria", e inició un nuevo tratamiento para curarse la entesitis.

Foto: Sebastián Cortés.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

 

   "La primera etapa fue un éxito. El jugador ya regresó a nuestra ciudad y ahora deberá hacer reposo y una rehabilitación programada hasta la próxima sesión, que será dentro de 20 días”.

   La máxima responsable del cuerpo médico de Olimpo, Graciela González Prieto, no ocultó su felicidad cuando le confirmó a La Nueva. que Rodrigo Caballuci asimiló excelentemente el tratamiento “plasma rico en plaquetas” que, por etapas, está llevando a cabo en Rosario, donde es intervenido por el doctor Ezequiel Mailand, especialista en medicina regenerativa.

   Por si usted no está al tanto, el volante zurdo del aurinegro, quien arrastra una entesitis desde hace más de un año en el isquiotibial de pierna derecha, decidió probar un tratamiento distinto a los convencionales con tal de encontrarle la cura definitiva a una lesión que lo tiene a mal traer y que se le hizo crónica.

   “La parte inicial del proceso salió perfecta y tal como nos habían informado. Le extrajeron sangre, que fue centrifugada para separar el plasma, donde existen muchas plaquetas con células madres. Esas células, al ser inyectadas en un tejido lastimado, regeneran el tendón, en este caso en la inserción del isquiotibial con la pelvis, donde los estudios que se le hicieron a Caballuci seguían demostrando que el tendón no estaba sano ni entero", explicó González Prieto.

   Caballuci sólo podrá exigir el tren superior (las piernas y la pelvis deben estar en descanso para que las células prendan en la zona afectada) y tendrá que volver a Rosario para la segunda y última parte del tratamiento, por lo que su regreso a las canchas seguramente no será en esta Superliga. ¿Ni con la camiseta de Olimpo?

   “No, pará, antes de que termine este torneo quiero jugar. Tengo en la cabeza que en algunos partidos voy a estar. El tratamiento arrancó de la mejor manera”, señaló, con una risa forzada pero mucho menos preocupado que antes, el as de espadas olimpiense en el primer semestre de 2017, cuando el equipo orientado por Mario Sciacqua consiguió una salvación tan justa como milagrosa.

   --Por lo que averigué, el mismo tratamiento lo podrías haber realizado acá en Bahía ¿Por qué decidiste irte a Rosario?

   --Porque al médico (Mailand) de allá lo conozco y le tengo absoluta confianza. Antes de viajar hablé con él, me tranquilizó y me dio la plena seguridad de que me voy a recuperar totalmente para volver a ser un jugador profesional. Por eso elegí esa opción.

   --A ver... Te operaste en los primeros días de septiembre, hiciste la recuperación en los plazos establecidos, te fuiste de vacaciones y cuando volviste para la pretemporada, al momento de iniciar los primeros movimientos con pelota, sentiste dolor y molestias que se incrementaron con el paso del tiempo.

   --Los síntomas siempre fueron los mismos, ya sea después de la operación o cuando intenté entrenar y patear la pelota. Pasaban los días y me daba cuenta de que la operación no me había aportado ninguna cura. El dolor nunca calmó, la zona se me inflamaba y cuando intentaba trotar o esforzarme, me tiraba y me molestaba muchísimo. Hice lo que pude. Mi intención no era entrenar siempre diferenciado, pero llegó un momento donde ya no daba más y decidí buscar otra alternativa para encontrar la cura definitiva, si es que existe.

   --Algunos atribuyen esa lesión a una anomalía congénita, de nacimiento. ¿Puede ser?

   --No sé. Es una lesión mal curada que se hizo crónica. Pese al dolor, siempre quise seguir jugando, y eso me terminó pasando factura. Lo traigo desde hace mucho, ésto no me pasó en Olimpo, pero cuando llegué, el equipo estaba en una situación crítica y yo sentía que podía rendir. Le di para adelante, me masajeaba y jugaba, y ahora tengo la parte de atrás del isquiotibial como una piedra.

   "Tuve ganas de dejar el fútbol, pero seguí luchando por mi salud, que está antes que todo. Sé que voy a jugar, y en este torneo".

   --¿Te arrepentís de algo?

   --No, ya está; me operé y listo. No quiero pensar en eso, lo que pasó ya pasó. Sólo miro para adelante.

"Angel Tuma nunca me obligó a operarme"

   --Para vos, ¿la operación fue innecesaria?

   --Yyy... Ahora te puedo decir que sí, porque me siento peor que antes. Pero ya está, me operé, hice todo lo que me dijeron que haga y traté de recuperarme lo mejor posible, aunque fueron pasando los días y la evolución no era la esperada. Es más, sentía que involucionaba.

   --La operación, ¿fue por decisión propia o por insistencia de Angel Tuma, el médico del plantel en ese momento?

   --La decisión se tomó en forma conjunta, aunque yo tuve la última palabra. Tanto Tuma como yo creíamos que podía ser la solución. Antes de la operación había agotado un montón de instancias, porque mientras jugaba había realizado algunos tratamientos que no dieron resultados. La lesión seguía, por eso creí que la cirugía me iba a calmar semejante dolor.

   “Tuma no es responsable de nada; él me aconsejó a que me opere pero jamás me obligó. La operación salió bien, pero la lesión nunca desapareció. Incluso viajé con el plantel a la pretemporada de Santa Fe, pero casi no podía ni caminar. Pisaba y me pinchaba. La operación fue el último recurso; esperé dos meses y empecé a mover, pero ya pasaron casi seis y tengo más dolor que antes. Esto es una tortura, pero nada ni nadie me va a sacar la ilusión de volver a jugar".