La UNS se renueva
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La Universidad Nacional del Sur vivió tiempo de elecciones.
En ajustada definición, la coalición entre Línea Phi y la Lista Acción Universitaria puso punto final a 24 años ininterrumpidos de gobierno de la Lista Blanca.
La primera vuelta terminó con un empate entre las fórmulas candidatas, lo cual obligó a una segunda votación donde la propuesta de Daniel Vega y Javier Orozco terminó por imponerse por 39 votos a 33.
Al momento de la votación, el salón de actos de la avenida Colón 80 era una verdadera caldera.
Por la paridad que se sabía habría en la cantidad de votos, pero también por la pasión que genera este tipo de situaciones, donde además la lista finalmente ganadora quebró unos días antes su histórica alianza con el oficialismo, modificando inesperadamente la situación.
Si bien se puede pensar que en un ámbito académico estas cosas no suceden, no es nuevo que los actos eleccionarios enciendan pasiones y generen discusiones, intercambio de comentarios subidos de tono y algunas que otras acusaciones.
Por supuesto que también hay operaciones políticas, charlas, acercamientos, propuestas.
Es parte del proceso político que define el futuro de la universidad por los próximos cuatro años y que se repite, con similares características, cada cuatro años.
El final de la votación acaso no fue el mejor. El oficialismo se retiró del salón al advertir que el resultado no los favorecía, anticipó una posible una presentación ante la justicia por lo que consideró ciertas anormalidades, sugirieron manejos inadecuados y hasta hablaron de “sobres marcados”.
Es posible que, calmados los ánimos, termine por asumir el resultado y esté a la altura de las circunstancias, respetuoso de un sistema de elección que les ha permitido imponerse desde 1994, a partir de alianzas y acuerdos con las listas opositoras.
Para el nuevo rector, licenciado en Física, de 52 años de edad, se abre un camino en el cual administrará un centro académico de relevancia para la ciudad y la región, que espera seguir mejorando y creciendo en su oferta educativa, en calidad e infraestructura, donde, superado el momento político, el bien de la casa sea el principal y casi exclusivo interés de los dirigentes.