Bahía Blanca | Lunes, 14 de julio

Bahía Blanca | Lunes, 14 de julio

Bahía Blanca | Lunes, 14 de julio

“Que ningún chico duerma en piso de tierra este invierno”

Un programa vecinal apunta a dotar de suelo de hormigón a casas de un barrio muy necesitado. Los propios beneficiarios compran los materiales. Las empresas pueden dar una gran mano.
El fin de semana hubo manos a la obra en una de las viviendas del sector. La meta es ambiciosa pero posible.

Maximiliano Allica / [email protected]

“La gente está contenta porque paga con su propia plata los arreglos en sus casas. Los vecinos sienten que eso los dignifica, le dan mucho valor”, dice Patricio Pañepi, uno de los trabajadores sociales que para este año se planteó un importante desafío: “Que ningún chico de Villa Caracol duerma en piso de tierra este invierno”.

En el barrio, ubicado entre las vías del ferrocarril, la ruta 3, Belisario Roldán y Blandengues, se mezclan las casas de material con las de chapa. En muchas hace falta el suelo de hormigón.

“Es importante que los pibes no duerman sobre la tierra para evitar enfermedades como neumonía, pulmonía y otras. Ya construimos las plateas de 3 casas y nos faltan otras 10”, agrega Pañepi.

Su compañero Ezequiel Antonelli explica que los beneficiarios son trabajadores de los programas municipales de recicladores (ex cartoneros que ahora trabajan en la Ecoplanta de General Cerri) y Barrio Limpio. La Municipalidad les da préstamos de alrededor de 5.000 pesos que devuelven con su propio sueldo, en cuotas sin interés.

“Y nosotros supervisamos la compra de materiales, para que estén las facturas y todo en orden”, dice Antonelli.

Una platea de las que se necesitan en Caracol cuesta de 6 a 8 mil pesos. La mano de obra la ponen los vecinos.

Pañepi y Antonelli remarcan que sería muy valioso el apoyo de empresas, para conseguir los materiales al mejor precio posible. Insisten en la importancia de que la gente se esfuerce y pague, pero obtener descuentos permitiría sumar elementos y avanzar en las obras.

“Otra necesidad es que las casas tengan divisiones. Que los adultos duerman en una habitación, los nenes en otra y, las nenas, en una diferente. Que haya privacidad. Y tengan baño”, dice Pañepi.

Todas estas mejoras contribuirán a cumplir el logro más significativo: un avance hacia el cambio cultural. “Un chico que se cría en una casa de material, cuando sea adulto no va a querer vivir en una de chapa. Se va a esforzar por tener una casa igual o mejor”, afirma Antonelli.

Pañepi asegura que en los últimos meses se viene observando una actitud diferente entre muchos vecinos. La gente ya no está tan pendiente de pedir subsidios, sino que reclama trabajo.

Agrega que uno de los objetivos siguientes es llevar los servicios públicos de manera legal. “Creo que cada uno se pagaría su cuotita de luz, agua, etcétera”.

Existen varios movimientos sociales en la ciudad que trabajan para dignificar las condiciones habitacionales en los sectores más desfavorecidos. Otros son, por ejemplo, Los Pibes de Don Bosco y el Movimiento El Grito.