Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Zona de boliches, ¿y de indefensión?

A los robos hay que sumarles incidentes que muchas veces no trascienden.
Fotos: Emmanuel Briane/Pablo Presti-LN.

Redacción de La Nueva. / info@lanueva.com

CASO I

   -Mami, queremos ir a El Reino con mis amigos. Hace rato que no salimos.

   -Bueno, está bien Facu. Acordate de mandarme mensajitos a cada rato. ¡No te olvides!

   Claro que la reapertura del boliche, cerrado por orden judicial, finalmente no se produciría como lo preanunciaban las redes sociales.

   “¿Y ahora qué hacemos?”, pregunta Facu, con un dejo de incredulidad.

   A la hora, el chico de 16 años se desprendió de sus amigos para ir a charlar con una jovencita de su misma edad. Ambos decidieron apartarse, pasaron por Chocolate, donde no pudieron ingresar, y se dirigieron a una esquina próxima a ese boliche. Hasta que de pronto...

   -Dame el celu o te clavo un tiro. Dale!!!

   -Está bien, está bien, tomá...

   -Pará, antes desbloquealo. Dale o te hacemos mierda las piernas!!!

   Se trata de tres delincuentes de alrededor de 20 años cada uno, encapuchados. Y parecen no andar con medias tintas.

   El chico, aún perplejo por la situación, acudió al minuto al policía más cercano. Y, francamente, no encontró demasiado compromiso en el uniformado.

   -Señor, me acaban de robar el celular. Estaba con ella (señala a su parejita) en aquella esquina y se me vinieron tres chabones.

   -Ah, si… hace 20 minutos robaron otro.

CASO II

   El “otro” al que hacía 20 minutos le habían robado es Lucas. Estaba en la puerta de Chocolate, sobre las 3. Se le acercaron 4 pibes como él, pero no con las mismas intenciones que él, de divertirse.

   Lo amenazaron con una navaja y le sacaron el celular y la billetera. En el apuro de la acción, alcanzó a rescatar el DNI .

   “Me amenazaron y después del robo corrieron hacia el interior del Parque, por las vías. Mi celu, a través de Google, lo pude restaurar y borré mis datos”, relata.

   Lucas hoy está bien, aunque no se conforma.

   “Sigo muy embroncado y siento ganas de justicia”, sostiene.

CASO III

   Tiene 20 años y jamás había sido víctima de un hecho traumático de inseguridad. Ni tampoco presagiaba que iba a ser parte, esa noche, de un robo con características violentas. Y, obviamente, impensadas.

   Juan es bahiense, pero estudia en Buenos Aires. Y durante una visita a sus pagos, fue atacado por tres jóvenes a la salida del boliche, a dos cuadras de la concentración principal. El problema menos grave fue que le robaron el teléfono y la billetera. Lo peor resultó haber recibido golpes a mansalva. Y ya tirado en el piso, patadas que le helaron la sangre.

***

   Estas historias reales -aunque con nombres de fantasía- son, apenas, tres de las muchas que padecen jóvenes a los que se les transforma una noche de diversión en pesadilla.

   A los robos más recientes en la zona de boliches de Fuerte Argentino hay que sumarles incidentes que muchas veces no trascienden. Y otros que sí, como cuando, a mediados de enero, Nicolás Ezquivel, de 18 años, recibió una puñalada y fue hospitalizado.

   La víctima sufrió una lesión en la zona abdominal, tras el ataque registrado en Fuerte Argentino 650, y la policía arrestó a un menor de 17 como autor del hecho.

“Hay chicos con demasiada violencia”

   El comisario Claudio Petrizán, titular de la Policía Distrital, informó que la prevención policial durante los fines de semana se extiende más allá de la zona de boliches, como por ejemplo en el control de 3 líneas de colectivos, en otros locales nocturnos y en las adyacencias a la terminal de ómnibus.

   De todas maneras, reconoció que son menores de edad los que cometen la mayoría de los delitos en el sector de esparcimiento lindante con el Paseo de las Esculturas.

   “En su gran mayoría son adolescentes que arrebatan celulares. Hay chicos con demasiada violencia cuando cometen un delito, sobre todo si están bajo los efectos del alcohol o estupefacientes”, aseguró el jefe de la policía bahiense.

   Muchos de los incidentes surgen de lo que llaman riñas callejeras: “A veces no se conocen y ni saben la razón por la que se pelearon. Los mismos menores le hacen frente a la policía”.

   Tal como pasó durante los frustrados corsos del centro, en el área de Fuerte Argentino y Urquiza detectaron, en flagrancia, a muchos chicos con navajas o réplicas de armas de fuego.

   Los fines de semana, entre las 22 y las 7, unos 30 efectivos -15 cada noche- se turnan en la custodia de la zona de boliches.

   “Algunos caminan por el sector y otros lo recorren en patrulleros. Tratamos de no ocupar al personal del Comando de Patrullas, para que se dedique solamente a las llamadas al 911”, explicó.

   Para Petrizán, el control nocturno “es complicado”.

   “Quizás ven el móvil y no cometen el robo en ese lugar, pero se trasladan algunas cuadras para hacerlo”, amplió.

   El comisario, por último, aludió a ciertas limitaciones en el servicio de las cámaras urbanas.

   “Se le ha pedido al municipio controlar la proyección en distancia, por la arboleda y la iluminación. Muchas veces el mismo delincuente es el que daña las luminarias para actuar más cómodamente”, cerró.

Mayor presencia y proactividad

   El sector de boliches demanda una mayor saturación policial, con efectivos comprometidos y que mantengan un efectivo control de la situación.

   Esa evaluación corresponde a un policía de trayectoria, que aún hoy está en la fuerza y pidió reserva de identidad para trazar un panorama, con ánimo de mejorar los operativos nocturnos del fin de semana.

   "No hay énfasis en el control de la zona de boliches en el horario en el cual se mueven los jóvenes. Se necesitan policías a pie, con voluntad, compromiso y permanencia, entendiendo que la función debe ser básicamente preventiva", explicó.

   "Deben estar atentos a que los hechos delictivos no ocurran y, al estar en las cercanías, pueden actuar de manera inmediata si suceden", agregó.

   El investigador consideró que los corredores Fuerte Argentino-Urquiza “no son difíciles de controlar”, siempre y cuando exista compromiso y control. No se requiere de tanto personal ni estrategias. Hay que educar en ese trabajo, nocturno, al personal de calle. Se debe saturar el lugar, con patrulleros con balizas encendidas cada 200 o 300 metros, policías sobre los puentes y al final de la calle, en el límite con el Parque. Ahí es cuando el delincuente dice 'acá se me va a complicar'".

Son 4 cámaras y algunas limitaciones

   Lo que se conoce como zona de boliches cuenta con 4 cámaras de seguridad en la vía pública, que funcionan en conexión con el Centro Único de Monitoreo (CeUM).

   Una está ubicada en la rotonda de Casanova; otra en Casanova, entre Fuerte Argentino y las vías; la tercera, en Fuerte Argentino, entre los boliches La Barraca y El Reino y la cuarta, frente a la disco Chocolate.

   Hace tres años se había puesto en práctica el programa Noches Seguras, que permitía el registro fílmico de ingreso y salida de los boliches, abierto a todo público, aunque la medida generó polémica y hoy está sin efecto.

   Marcelo Alonso, jefe del CeUM, reconoció que las cámaras son un aporte valioso para la seguridad y que, en el caso de la zona de boliches, se colocaron las conocidas como domos, que se mueven, giran 360º y permiten un mayor y mejor monitoreo desde la estación, incluso en situaciones de persecución.

   "Tienen un zoom que alcanzan 250 o 300 metros, pero existen algunas dificultades para alcanzar, por ejemplo, la zona de Urquiza, por la importante arboleda y la falta de iluminación existente. De hecho, en Urquiza no hay cámaras. En algunos casos puntuales se han podado árboles, pero acá habría que podar todo Urquiza y no se puede", confimó, en la misma línea que el comisario Petrizán.

   Otra complicación desde este punto de vista es la falta de dispositivos en Fuerte Argentino y Urquiza, desde Casanova hasta Sarmiento, donde existe una menor concentración de público, más oscuridad y una contexto más factible para cometer delitos.

   "La más cercana, en esa dirección, está en Fuerte Argentino Y Sarmiento", amplió Alonso.

   En Bahía Blanca funcionan hoy 320 cámaras de seguridad y otras 30 estarán listas en poco tiempo, una vez que se terminen de

   De todas maneras, Alonso aclaró que, según su parecer, no se advierten más delitos en el sector. "Al menos no más que hace 2, 3 o 5 meses", dijo.

El Reino, cerrado una semana más

   Después de la frustrada reapertura del pasado 25 de febrero -estuvo cerrado varios meses cerrado luego del allanamiento antidrogas en una fiesta electrónica-, el boliche El Reino recién podría retomar la actividad el sábado 11 de este mes.

   Es que el sábado 25, minutos antes de abrir, fue clausurado por una inspección municipal -a partir de un llamado al 911-, que detectó el faltante del informe final de Bomberos, en materia de seguridad.

   "El resto de las habilitaciones las tenía en regla, pero ese certifiado es indispensable, por razones de seguridad, para abrir un local de este tipo", explicó José Luis Montanaro, jefe de Fiscalizaciones de la comuna.

   Tras la colocación de la faja, intervino el Tribunal de Faltas y se dispuso, a partir de los antecedentes, una sanción de clausura de 15 días, que se vence a la hora 0 del próximo viernes.

   La medida de clausura fue importante en este marco de inseguridad porque aquel sábado 25 muchos jóvenes -la mayoría de entre 16 y 18 años- concurrieron pensando en la reapertura de El Reino, aunque se vieron sorprendidos por la medida y muchos quedaron deambulando, situación que facilitó algunos delitos en la zona.

   Por otra parte, se encuentra en el trámite la instalación de otro boliche para la zona, en la calle Casanova 888.

   Se trata de Nativo, que ocuparía el lugar de una exmarca tradicional del sector: Toovak's.

   La Nueva. pudo averiguar que existe un expediente abierto en la Municipalidad.

   Al parecer, se presentó un pedido de factibilidad (para determinar si es viable el emprendimiento), que ya pasó por Planeamiento Urbano, aunque todavía no llegó al área de Habilitaciones.

   Restan fijar cuestiones como la acústica y la inspección de bomberos, se dijo.

La otra problemática (irresuelta) en el sector

   La falta de una salida de emergencia en la calle Fuerte Argentino, el sector de mayor concentración juvenil los fines de semana, es una discusión recurrente a lo largo de muchos años, que se intensificó hace 12, luego de la tragedia de Cromagnon, que dejó 194 muertos y casi 1.500 heridos.

   Sin embargo, casi nada cambió, salvo una mayor rigurosidad en el control de las medidas de seguridad interna de los boliches.

   Hubo ideas concretas, como cerrar la calle al ingreso vehicular los sábados y domingos, medida que, antes de ponerse en marcha, quedó desactivada a mediados del año pasado.

   “Nos parece que hacer una calle peatonal puede resultar más riesgoso en caso de tener que ingresar con vehículos, como ambulancias o camiones de bomberos”, adujo Ramiro Frapiccini, director de Tránsito del municipio.

   Otra iniciativa, que hasta el momento no prosperó, es habilitar una calle paralela a Fuerte Argentino, lindante con las vías, en la parte posterior de los boliches, en sentido al barrio Palihue.

   En este punto, luego de un proyecto del concejal Roberto Ursino, se iniciaron gestiones con la empresa FerroExpreso Pampeano, dueña de las tierras, pero nunca más hubo novedades.

   El sector de Fuerte Argentino fue considerado "de riesgo", según un estudio realizado, a partir de un pedido de la comuna, por una consultora de La Plata en 2005, a poco de Cromagnon.

   En ese informe se dejó en claro la necesidad de implementar medidas que permitan un acceso vehicular adecuado, en caso de detectarse situaciones de emergencia, aunque, a la fecha, no se adoptó ningún cambio.