Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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El crédito local, por debajo del ahorro

La banca bahiense, replicando lo ocurrido a nivel nacional, captó ahorros como nunca en doce años, pero el crédito no pudo seguirle el ritmo a semejante expansión.
El crédito local, por debajo del ahorro . El país. La Nueva. Bahía Blanca

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

La mayor cantidad de ahorro local no se canalizó a través del sistema financiero en más préstamos para el consumo de familias y empresas de la ciudad, ya que la expansión interanual de los depósitos bancarios superó con creces a la del crédito, que exhibió un aumento por debajo de la inflación local, de acuerdo con cifras acumuladas a diciembre de 2016, las últimas difundidas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Para el año que comienza, se espera que de la mano de la -por ahora- tibia recuperación de la actividad económica, el crédito a los privados recobre el ánimo perdido.

Nada de esto es ajeno a lo que ocurrió en el pasado reciente: entre los años 2010 a 2013, cuando la economía avanzaba a mejor ritmo, los préstamos no le iban en zaga, alimentados por los ánimos de consumidores con mejores perspectivas en términos de empleo y salarios.

Pero por ahora, de acuerdo con la última edición del Boletín Estadístico de la autoridad monetaria, los bancos bahienses acumularon, a diciembre del año que se fue, unos 13.039.060 mil pesos en concepto de depósitos, un 56,61 por ciento más con respecto al acumulado al año anterior, el crecimiento más importante desde 2004.

Dicha expansión superó por más de 19 puntos porcentuales a la inflación general que releva en la ciudad el Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA).

Del lado de los préstamos, crecieron por abajo de la suba de precios minoristas (4,12 puntos porcentuales), a contramano de los mayores deseos de los bahienses de inmovilizar sus ahorros en la plaza financiera de la ciudad.

Pese a ser negativa en términos de precios, la cifra de expansión crediticia está por debajo de la merma de más de 27 puntos contra la inflación del año 2014, otro año signado por la suba del dólar y su correlato negativo en términos de aceleración de precios, muy similar a lo ocurrido en 2016.

El desempeño de los préstamos y los depósitos del sistema financiero bahiense dejó como corolario que por cada peso inmovilizado en la ciudad, apenas se prestaron 0,54 centavos, una de las cifras más bajas desde 2004 -la menor se obtuvo en 2005, 0,39, y la más elevada en 2013, 0,83- alrededor de nueve centavos por debajo de la media de los últimos doce años, de acuerdo con el informe de la entidad que conduce Federico Sturzenegger.

Las causas

Para el economista de Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño, razones tanto de oportunidad como de demanda explican el comportamiento de la banca local, que, vale aclarar, replica lo que pasa a nivel país.

“Hay principalmente una razón de demanda para este comportamiento. No debemos olvidar que la fuerte caída del nivel de actividad en 2016 incidió negativamente sobre la demanda de crédito por parte de los privados, de allí la evolución menos vigorosa de los préstamos en comparación con la explosión de los depósitos”, explicó Caamaño.

Agregó que la política antiinflacionaria elegida por el BCRA en la primera mitad de 2016, que consistió en retirar el exceso de emisión vía una fuerte suba de las tasas de las Lebacs, un instrumento de regulación monetaria que los bancos suscriben o renuevan en operaciones periódicas, retirando, de esta forma, liquidez del sistema, llevó a que los bancos privilegiaran este mecanismo para generar ganancias, dejando de lado, al menos por el momento, su negocio principal, es decir, prestar plata a cambio de un interés periódico.

“Por ahora, veo al BCRA muy concentrado en bajar la inflación. Las Lebacs siguen siendo atractivas para los bancos, por lo tanto, sólo en la medida que la inflación vaya acercándose al objetivo del Central, dejaran de serlo y no les quedará otra opción que volver a lo que mejor saben hacer, que es darle crédito a la gente”, explicó el economista, bahiense y graduado en la UNS, pero con residencia en la Capital Federal, Federico Muñoz.

Pero ¿hacia dónde canalizaron los bancos los fondos de los ahorristas? De acuerdo con uno de los últimos informes sobre Bancos de la autoridad monetaria, la expansión total de los depósitos en pesos de las empresas y familias en pesos ($ 243.700 millones) y en moneda internacional ($ 219.800 millones) se destinó a la compra de activos líquidos, tanto en pesos como en dólares ($ 154.700 millones y $ 145.250 millones respectivamente), entre estos, las ya mencionadas Lebacs.

Traducido, si bien se prestó más a los privados, esta expansión se disoció del boom de depósitos y, por ende, los bancos optaron por destinarla a la adquisición de activos de corto plazo, situación que, a juicio de los consultados, se irá revirtiendo gradualmente y en la medida que las futuros índices inflacionarios dejen conforme a Sturzenegger, un economista convencido de que la medida más efectiva para dar batalla a la inflación es el control estricto sobre la cantidad de dinero.

Verde verde

Patrimonio del blanqueo de capitales, los depósitos en dólares a lo largo de todo el año anterior subieron un 156% en la ciudad, la friolera de 118 puntos por encima de la inflación del CREEBBA, a punto tal que le restaron, en forma paulatina, participación a los depósitos en pesos.

De hecho, en la actualidad, explican algo más del 20% del total de depósitos privados en cabeza de la banca local, superando así al promedio de los últimos once años (13,49%).

En rigor, el gran salto lo dieron ya en 2015, cuando pasaron de explicar 8,64% del total inmovilizado en 2014 al 12,28% en ese año, cerrando el año que se fue en un 20,08%.

Es que la ciudad no fue ajena al éxito del blanqueo de capitales promovido por el Gobierno nacional, que finaliza el 31 de este mes y que explicó un ingreso por única vez en concepto de impuesto especial por un total de 503,7 millones de pesos, si se suma el producido de la ciudad y las localidades que conforman la Dirección Regional de AFIP.

Y es, precisamente, este hecho poco frecuente el que atentó contra la posibilidad de expandir todavía más los préstamos bancarios, más allá del mal desempeño de la economía argentina a lo largo de 2016 y su efecto depresor sobre el crédito.

"También debe notarse que el fuerte crecimiento de los depósitos es una circunstancia atada al blanqueo, y los bancos tienen importantes limitaciones para prestar esos dólares que provienen del mismo, lo cual es muy importante, ya que de esa forma, se evita el descalce de monedas, algo que fue fatal en la década del 90", remomoró Muñoz.

El largo plazo

Si bien no es algo nuevo para los bancos, el hecho de que el 90% de los depósitos del sistema financiero nacional se encuentren inmovilizados en un plazo menor a los 60 días torna muy dificultosa la posibilidad de recrear el círculo virtuoso de crédito de largo plazo, inversión, empleo y reducción de la pobreza.

“A diferencia de otros países, en Argentina no hay demasiadas opciones para instaurar un mercado de securitizaciones (una operación muy común en países con mayor desarrollo financiero, consistente en emitir un título valor con respaldo en las hipotecas que deben pagar los solicitantes de un crédito) lo que ayudaría a extender el plazo de los préstamos”, dijo Caamaño.

Por ende, el Gobierno apuesta por los subsidios y algo de financiamiento externo para lograrlo.

Así las cosas, el paquete de créditos del Nuevo Procrear será de unos $ 60.000 millones, en lugar de los $ 50.000 millones anunciados originalmente; los cuales provienen de $ 25.000 millones que tenía asignados para el Plan la Anses; $ 30.000 millones de líneas del Banco Nación Argentina; y $ 5.000 millones de una línea de financiamiento del Gobierno de China, de acuerdo a lo que informó el ministerio del Interior y Obras Públicas.

La iniciativa gubernamental tiene por meta superar un viejo escollo del sistema bancario luego de décadas de inflación descontrolada y corridas contra el peso, responsables de que el crédito a largo plazo sea, al menos por ahora, una fantasía.