Con la naranja, a Villa Mitre le resultó mucho más sencillo
Por Mauro Giovannini / mgiovannini@lanueva.com
Apenas 15 minutos le duró la ilusión a Cipolletti, visitante anoche en el José Martínez, al igual que en el Fortín (ver página 2).
Por la novena fecha de la División Patagonia del Torneo Federal, el tricolor se impuso 110 a 82 y continúa observando a todos desde lo más alto de la tabla.
Fue una noche especial, ya que el tricolor y "Cipo" se enfrentaron al mismo tiempo y a escasas ocho cuadras al fútbol y al básquetbol, situación que influyó lógicamente en la cantidad de público que anoche se acercó al escenario cubierto.
La visita se puso 4 a 0 al frente en 48 segundos: se trató, a la postre, de la máxima diferencia a su favor.
Porque el equipo de Ariel Ugolini encontró en la efectividad a distancia (4-8 en el 1ºC) la forma de entrar en partido más allá de un tiempo muerto que el entrenador se gastó para sacudir los ánimos.
Estaba claro, los problemas eran netamente defensivos y en gran parte se originaron en la agresividad de Matías Arias.
Al margen, con el correr de los minutos Villa Mitre se fue acomodando, hizo gala de su banco goleador con los ingresos de Monteoliva y Gutiérrez y ocultó muy bien un peligro latente: las dos faltas personales tempraneras cometidas por Heinrich y Ojeda.
Allí, una de las claves del tricolor, que se reinventó, usufructuó su juego perimetral e impuso el ritmo.
El trabajo prolijo que le permitió sacar 13 de luz (38-25) en el 2ºC fue apenas el punto de partida a un furioso 3ºC que Villa Mitre ganó ¡40 a 21!
Mucho tuvo que ver la visión de juego de Sahdi (11 asistencias), su entendimiento con Harina, la mano encendida de Monteoliva (5-9 t3) y la intención de llegar rápido al gol sin importar el marcador ni el tiempo.
Cipolletti no tuvo reacción. Nunca. Y el camino se aclaró para un equipo que se terminó divirtiendo en la cancha.
Con la naranja, todo marcha sobre ruedas para Villa Mitre.