Cambió el foco de atención en la Copa del Mundo tras la eliminación española
Por Fernando Rodríguez / [email protected]
Mientras la Copa del Mundo está a punto de dormirse en Madrid -al margen que ayer el Palacio estuvo cubierto-, el fútbol, la actividad que no descansa, mantiene a los españoles con los ojos bien abiertos para ver hoy Real Madrid-Atlético Madrid, el equipo del Cholo Simeone.
Sólo con recorrer las calles para comprobar la importancia de este derby. Y más aún cuando uno se aproxima al propio estadio Santiago Bernabéu, donde en lo más alto de la parte exterior resalta una gigantografía con la imagen de Di Stéfano y la frase: “Gracias por todo Don Alfredo”.
Ultimos retoques de pintura a los portones de acceso, detalles de limpieza general, mucha gente caminando a los alrededores y gran expectativa tanto por lo que sucederá hoy, como también por descubrir desde adentro el mundo madrileño.
“Diecinueve euros, señor”, avisa el boletero. Unos 3.000 tickets diarios cortan para el Tour Bernabéu. Hagan cuentas...
Todo muy bien señalizado: 1, 2, 3, 4 pisos -por escalera mecánica- para llegar a la vista panorámica, poco aconsejable, por cierto, para quienes sufrimos de vértigo. El esfuerzo vale la pena.
“Aquí podrás tocar el cielo y escuchar, en silencio, el eco de 80 mil aficionados”, advierten. Sin un alma en sus plateas, genera sensación de vacío interior cuando te topás con semejante mole.
Después de llevarnos la foto en la retina, empezó el laberinto interno. Una sala donde te metés en un viaje audiovisual e interactivo a través de “la historia del mejor club del siglo XX”, como destacan ellos. Ahí se exhibe de todo: trofeos, camisetas, diferentes objetos, en un ambiente adaptado para que repases la historia. Y también hay un sector destinado al básquetbol, disciplina en la que también la institución es muy grande. Aunque de este deporte lo más cercano nuestro fue la voz de Facundo Campazzo, a quien le estaban haciendo una entrevista en el canal del club, que transmite las 24 horas.
Continuando, se accede a sala “sensaciones”. Imágenes de los mejores jugadores de la historia de la entidad, en un muro táctil y una pantalla de 11 metros. Se proyectan imágenes de los jugadores y al tiempo que hacen jueguitos, se detallan las características técnicas.
A la pasada te hacen un fotomontaje:
-¿Qué jugador quiere, señor?
-Di María.
-No, no, no... Ya no...
-¿Ya no lo quieren porque se fue...?
-Pues no lo sé. Pero nosotros ahora mismo no tenemos nada de él...
Fideo fue borrado de los archivos.
El camino conduce al propio terreno de juego. Es difícil diferenciar entre el césped natural -no permiten pisarlo- y el sintético de algún sector perimetral. Impecable. “¿Cómo no jugar bien acá?”, se preguntó uno de los turistas.
También podés sentirte por un ratito jugador -suplente- sentándote en los bancos. Se ve todo muuuyyy grande. Intimida.
Accediendo por el túnel, se llega a los vestuarios que, por cierto, parecen un museo. Allí, un viajero cordobés, de 21 años, con mochila y cámara de fotos, contó que había conseguido una prueba en la tercera de Torino. Anecdótico. Ya pasando la sala de prensa, en el final del recorrido hay una tienda donde se encuentra de todo, a valores que oscilan desde 4,95 euros (un pin), hasta 250, una versión de camiseta, pantalón y medias.
¡Ah! La fotito que nos sacaron con Ronaldo, “17,50 euros”. Paso. Si hubiera sido Di María, me la llevaba...
Es como dijo uno de los turistas: “Esto es una empresa”. Por eso, justamente, les va tan bien...