Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

Natalia Oreiro

A diario se ve a Natalia Oreiro desplegando carisma en la piel de Aurora Andrés para Solamente vos, la serie del Trece que protagoniza junto con el gerente de programación del canal y productor, Adrián Suar. Es otro, igualmente audaz aunque a la vez diferente el perfil de Isabel Reyes que ensaya en Lynch, la serie de Movie City que va por su segunda temporada, con el coprotagónico de Jorge Perrugorría.








 A diario se ve a Natalia Oreiro desplegando carisma en la piel de Aurora Andrés para Solamente vos, la serie del Trece que protagoniza junto con el gerente de programación del canal y productor, Adrián Suar.


 Es otro, igualmente audaz aunque a la vez diferente el perfil de Isabel Reyes que ensaya en Lynch, la serie de Movie City que va por su segunda temporada, con el coprotagónico de Jorge Perrugorría.


 De la mujer sexy que se enfunda en un vestido de encaje negro para presentar su línea de ropa Las Oreiro o la nueva película de Lucía Puenzo, Wakolda, en el living de Susana Giménez; que a fin de año irá con su canción a Moscú, San Petersburgo y Polonia; a la madre que amamanta a Merlín -su hijo de 20 meses-- y que participa de la campaña de lactancia prolongada de Unicef, la gama de Natalia es amplia.


 Lo es, también, la de mujeres que encarnó y engarnará para el cine desde fines de los 90, cuando filmó Un argentino en Nueva York, junto a Guillermo Francella.


 "Entonces tenía 19 años --recuerda--. Pero a los 24, tuve que decidir si quería seguir siendo una bomba latina en el mercado musical o pulir lo que tenía. Me empecé a dedicar más al cine", señala cuando suma diez títulos, incluido el de Puenzo, aplaudido en el último Cannes y que le demandó, dos años de estudio del idioma alemán y una suerte de mudanza en familia a orillas del Nahuel Huapi.


 Porque Wakolda pone el ojo en un borde de la vida de Josef Mengele, el médico nazi conocido como "El ángel de la muerte" durante su paso por Bariloche y los experimentos con una niña con problemas de crecimiento.


 Oreiro compone a la madre, Eva, quien la entrega a este hombre obsesionado por ideas de "pureza y perfección de la sangre".


 "Otra vez, una parte nefasta de la historia universal". apunta quien actuó en Infancia clandestina. En este caso la apertura argentina hacia refugiados nazis", enuncia.