El arte francés de una abuela
Una serie de trabajos pictóricos confeccionados en la difícil técnica del arte francés, y cuya autoría pertenece a la artista plástica fallecida Haydée Díaz del Valle, están en exposición en las oficinas de la Agencia Punta Alta de "La Nueva Provincia".
La muestra puede visitarse de lunes a viernes, de 9 a 18, y los sábados, de 9 a 13, en Humberto 504.
El pasado 3 de junio fue el primer aniversario de su fallecimiento y su octogésimo séptimo cumpleaños hubiera tenido lugar el lunes 17.
La artista transcurrió su infancia en el paraje José A. Guisasola, popularmente conocido con la denominación "El Perdido", y en su juventud se radicó en Punta Alta para trabajar y, finalmente, formar su familia.
Aprendió y practicó muchas manualidades, pintó al óleo y, al momento de su casamiento, preparó su propio ajuar con costuras, bordados --que enseñó a familiares y alumnas privadas-- y tejidos propios.
Los cuadros exhibidos pertenecen a una colección de 56 obras llevadas a cabo por la plástica desde el año 2000 y hasta el momento de su partida. Dichos trabajos, y en diversas circunstancias, fueron distribuidas a distintos lugares del país.
Además de Punta Alta, Monte Hermoso, Coronel Dorrego, Balcarce, Coronel Suárez, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, junto a centros poblados en la provincia de Santa Cruz, atesoran trabajos de Haydée.
La artista, quien además publicó un libro de sus memorias en la editorial puntaltense De La Estación, aprendió el oficio cuando despuntaba el nuevo milenio. Todos los conocimientos referentes a la superposición de papel para tridimensionar las figuras, técnica esencial para la producción en arte francés, fueron adquiridos a instancias de una prima de su yerno, quien la visitaba en Monte Hermoso en 2000.
Una vez adquiridas las herramientas necesarias para la confección de los motivos y de una importante cantidad de láminas para contar con un stock de materiales, se puso a trabajar incansablemente. Tanto que en veinte días ya había terminado tres cuadros.
Sus familiares la recuerdan trabajando hasta altas horas de la madrugada, recortando láminas o pintando con barniz, de tal modo de adelantar tareas en la jornada siguiente y, así, terminar más rápido y poder enmarcar.
La Escuela Nº 4 "General San Martín" de Guisasola conserva la reproducción de una Mafalda donada por la artista cuando el establecimiento festejó el centenario de su existencia, la cual está ubicada en un lugar preferencial de su biblioteca.
El arte francés fue mucho más que un hobbie en su vida, al igual que la lectura, su pasatiempo favorito. En ellos, y en su familia, concentró sus mayores esfuerzos. Su mayor satisfacción consistió en el placer de ver sus obras finalizadas y regaladas, porque nunca se le cruzó por su mente la idea de venderlas.