Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

"Me arrancaron una parte del corazón"

Cuando llegó a la redacción, su cara no era la de siempre. Estaba triste. Como que perdió o le sacaron algo. Ya no es jugador de Olimpo. Cada vez que tiene que hablar del club, de su gente y de todo lo que vivió con esos colores en 12 años como futbolista, le brillan los ojos y se le entrecorta la voz...




 Cuando llegó a la redacción, su cara no era la de siempre. Estaba triste. Como que perdió o le sacaron algo. Ya no es jugador de Olimpo. Cada vez que tiene que hablar del club, de su gente y de todo lo que vivió con esos colores en 12 años como futbolista, le brillan los ojos y se le entrecorta la voz...


 "No lo puedo negar, estoy apesadumbrado. Cuando me enteré que no iba a seguir en Olimpo sentí como que me arrancaron una parte del corazón. Estuve y estoy mal, pero debo ser consciente de que el fútbol es así y que la vida continúa", expresó Rogelio Salvador Martínez, ídolo, referente y un histórico de la entidad olimpiense.


 Roge, o el Negro, es el único jugador que, con la camiseta de Olimpo, consiguió los tres ascensos a Primera: 2001, 2005-06 y 2009-10. Por eso, sus palabras brotan del corazón y están llenas de sentimientos.


 "No me toca en Olimpo, pero quiero seguir jugando y ya me puse a evaluar otras ofertas. Elegí ser jugador de fútbol, pero no me preparé para entender que Olimpo no iba a ser para siempre. Me acostumbré tanto al club y a todo lo que lo rodea que desarraigarme ahora fue como quitarme algo que llegué a querer tanto como a mi propia vida", admitió el volante central de 33 años.


 --Encima es la primera vez que un técnico, como en este caso Omar de Felippe, no te tiene en cuenta por el simple hecho de no confiar en tus condiciones.


 --Tal cual. Era algo a lo que tampoco estaba acostumbrado, y tal vez por eso me dolió tanto. Cada entrenador que venía o que seguía, anotaba a Rogelio Martínez en su lista, pero esta vez no se dio pese a que yo confiaba en que iba a continuar. Estoy amargado, pero a su vez tranquilo porque yo, con la camiseta de Olimpo, dejé todo adentro y afuera de la cancha.


 "Siempre dije que tenía dos casas, la mía y el club. Y no sabía cómo era dejar definitivamente una de las dos; en este caso la segunda. Ahora, cuando paso por el estadio, me invade una gran melancolía, se me pone la piel de gallina y se me escapa alguna lágrima".


 --Bueno, pero vas a seguir ligado sentimentalmente...


 --Sí, me convertí en hincha de Olimpo casi desde el primer día en que llegué. A la cancha voy a ir siempre. Además, les prometí a mis ex compañeros, a los que quedaron del proceso anterior, que esté donde esté los iba a venir a ver. Siempre que me encuentre en Bahía y no tenga compromiso con el equipo que me contrate, estaré soldado en la platea.


 "Los que estén y los que vengan deben valorar el esfuerzo que se hizo para que Olimpo sea de Primera. No fue fácil, por eso hay que cuidar el prestigio y el sitial que se obtuvo. Por todos los medios hay que pensar en permanecer en Primera antes de fijarse en otros objetivos".

Fue el último en enterarse






 --¿Qué sensación te produjo cuando escuchaste, de parte de De Felippe, que no ibas a ser tenido en cuenta para el próximo proceso?


 --Fue todo muy raro. Estaba en Venezuela, de vacaciones con mi familia, y llamaba siempre a mi suegro (Manolo) para enterarme las novedades. El me contestaba que no pasaba nada, que en Bahía no se hablaba de Olimpo.


 "Entonces volví tranquilo y esperanzado, pero me encontré con mucha gente que, por la calle, me decía: `Viste que quedaste al margen del equipo'. Me sorprendí bastante, no por la noticia, sino porque los hinchas, los periodistas, mi familia, todos lo sabían antes que yo... Me hubiese gustado que me lo informen cara a cara. Sino se pudieron comunicar conmigo hubiesen esperado a que yo regrese porque había tiempo. Eso me molestó un poco".


 --¿No te llamó Omar De Felippe para comunicarte su decisión?


 --Sí, pero no en el momento indicado. Me hubiese gustado saberlo antes que todos. Pero ya está, no le guardo rencor ni a él ni a ninguno de los integrantes del cuerpo técnico.


 --Tu relación con Jorge Ledo, ¿sigue siendo tan buena como siempre?


 --Sí. Con Jorge hablo mucho, le comento lo que me pasa, pero él no pudo hacer nada. Yo tenía un contrato firmado con Olimpo por un año y desde el 30 de junio (mañana) soy jugador libre. Tengo el pase en mi poder desde el año pasado.


 --Ledo siempre valora que vos nunca le hiciste problemas, que jamás lloraste ni le reclamaste nada ni tampoco te involucraste en ningún tipo de medida de fuerza en contra de él o del club. ¿Eso te permitió tener siempre la continuidad asegurada en Olimpo?


 --Con Ledo se puede hablar tranquilamente pese a que muchos piensen lo contrario. Tanto él como su señora (Nora) se brindaron por completo por mí. Cuando debieron corregirme lo hicieron y cuando me tuvieron que ayudar no lo dudaron. A la familia Ledo le voy a estar eternamente agradecido.


 --También tenés un feeling especial con la Noroeste 74, ¿o no?


 --Sí, con varios de los integrantes de la Agrupación tengo una relación especial. Me llaman, de vez en cuando me invitan a comer, me demuestran que me quieren. Tal vez con el que mejor me llevaba era con el Dani Guzmán (ya fallecido). El hizo mucho por Olimpo. Merece ser recordado por siempre.


 --A vos te recuerdan siempre, porque aún no estando en Olimpo han coreado tu nombre...


 --Es un orgullo muy grande.


 --¿Cuándo te hacen el partido despedida?


 --Ja, ja... Falta mucho para eso.


 --Vos y Mauro Laspada juntos en cancha de Olimpo. ¿Te lo imaginás?


 --Ojalá se dé. Me encantaría vestir la camiseta de Olimpo por última vez antes de mi retiro. Si se da, ese partido será el que más voy a recordar cuando me siente a contarle mi historia a mis nietos.

"Siempre estuve rodeado de buena gente"






 --¿Olimpo te formó como jugador y como persona?


 --Sí. Llegué a Bahía con 21 años y no sabía qué quería para mi futuro. Me puse las pilas con el fútbol, aposté por eso y me salió bien. Además, siempre estuve rodeado de buena gente.


 --¿Nunca más volviste a Moreno (gran Buenos Aires)?


 --Sí, pero sólo a visitar a mis padres. Moreno siempre fue inseguro, pero ahora se tornó terriblemente peligroso. Con mi familia (su esposa Gabriela y sus hijos Joaquín y Benicio) ya no voy, ni siquiera lo pienso. Hasta mis viejos entendieron que, si quieren ver a los nietos, son ellos los que tienen que viajar... (risas).


 --¿Cuántos años más pensás seguir jugando?


 --Por ahora tengo muchas ganas de seguir entrando a una cancha. El día que dude en ir a entrenar o no me quiera tirar al piso para recuperar una pelota, cuelgo los botines.


 --¿Tu idea es continuar en la B Nacional?


 --Por suerte recibí varias ofertas. De la B Nacional me llamaron de Instituto, Boca Unidos de Corrientes, San Martín de San Juan y Atlético Rafaela. Sin embargo, las propuestas económicas no me seducen demasiado como para moverme tantos kilómetros. Las otras alternativas son Crucero del Norte de Misiones (Argentino A) y Danubio de Uruguay, pero esas están más frías que las otras.


 --Gabriela, ¿está dispuesta a otro traslado?


 --No. En caso de que me tenga que ir, ella se quedará acá por su trabajo (maneja una casita de fiestas infantiles). Hoy, laboralmente, está mejor que yo. Es decir que dependo de ella...(risas). Además Joaquín corre en Micromidget y me necesita. Y ya estuve viendo que en Corrientes, Misiones y San Juan no existe nada parecido a esta categoría que, gracias a Dios, nosotros podemos disfrutar en Bahía.


Se enamoró de Bahía. Y
de una bahiense...








 --¿Terminaste tu casa en el barrio San Ignacio?


 --Sí. Pedrito Chertudi, de Codimat, me dio una gran mano. Sin su aporte hubiese sido imposible. Ledo también me ayudó, muchas veces me pagó con materiales de construcción...(risas)


 --¿Por qué decidiste radicarte definitivamente en Bahía? Al menos no mentiste como tantos otros jugadores, que aseguran que esta ciudad es para vivir para siempre y después, a la mínima oferta, se van para nunca más volver.


 --Ese discurso lo conozco. ¡Sabés las veces que escuche decir `esto es un paraíso'!, mientras por dentro saben que tienen más ganas de irse que de quedarse. Muchos despotrican por venir a Bahía, pero después se enamoran. Aunque, en definitiva, Buenos Aires es Buenos Aires y siempre quieren regresar allá.


 "Me quedé porque mi señora es de acá y porque se vive muy distinto a Buenos Aires, que se tornó violento y muy peligroso. Mis hijos, en Bahía, se crían sanamente. Están mucho tiempo en la calle y no corren riesgos. Juegan en la vereda y yo tomo mate tranquilo en la cocina sin necesidad de vigilarlos constantemente. En Moreno eso es imposible, sino te roban a tu hijo se llevan la bicicleta, un autito o lo que sea. Y ni hablar de los tiroteos constantes, de que a tu hijo le llegue una bala perdida o quede en medio de una gresca o una balacera".


 --¿Para tanto es?


 --Sí, y peor. Las veces que llevé a Gabriela, siempre pasó algo. En la primera, cuando estacioné con el auto enfrente de mi casa, pasó una camioneta, bajaron tres hombres con escopetas y agarraron a un pibe para molerlo a golpes. Gabi me dijo: "Nunca más". Pero la convencí. Volvimos a ir, pero hubo un tiroteo, peleas, gritos y un q... infernal. Pese a todo fuimos una tercera vez. Estábamos tomando mate adentro y vino mi hijo (Joaquín) corriendo y le dijo a Gabi: `Mamá, afuera se están peleando y uno le apunta con una pistola en la cabeza a otro'. Ahí dijimos basta. Hasta yo me asusté.

Su paso por
Colón y Lanús







 --Pasaste por Colón y Lanús. ¿Por qué no tuviste continuidad en ninguno de los dos?


 --En Colón había un plantel formidable con jugadores impresionantes. Estaban Amelli, Romagnoli, Zurita, Vargas, Cángele, Capurro, Giovanni Hernández. Era un equipo para salir campeón, pero no se pudo. Empezamos a perder y los hinchas se tornaron insoportables. Lucas Rimoldi y yo no jugábamos nunca, pero como estábamos en el banco y éramos refuerzos, sacaban números para insultarnos.


 "Lanús es un club ejemplar. Cuando me llamó Ledo para volver, hablé con Ramón Cabrero, quien me dijo: `Fíjese lo que va a hacer porque acá usted está muy bien'. Esas palabras me quedaron grabadas, sobre todo porque al año Lanús salió campeón. Pero me habían llamado de Olimpo y no podía decir que no...".


PARA ABAJO LOGO

"No, a Villa
Mitre no"










 --Seguramente vas a conseguir equipo, pero si no se da, ¿aceptarías jugar el torneo local con Olimpo?


 --Sí, ¿por qué no?. Es más, si no me sale nada, no se me caerá la cara por pedirle a Ledo o al DT que esté que me deje entrenar con la Primera local.


 --Supongamos que te llaman de Villa Mitre para jugar el próximo Argentino A. ¿Aceptás?


 --No. Algo me dijo Mauro (Laspada), con quien estoy entrenando en el equipo de jugadores libres, y me sorprendió. No es que no le creí, pero me pareció raro. Sé que no puedo jugar en ese club, sería una traición a mis sentimientos y también a los hinchas de Olimpo. Y en esa determinación no importa lo que me ofrezcan o Villa Mitre esté jugando la Copa Libertadores.


 --¿Todavía tenés dinero por cobrar en Olimpo?


 --Sí, el premio del último ascenso. Ledo me cumplió siempre, así que no me hago problemas.


 --¿Cuál fue la mejor bandera que te hicieron los hinchas de Olimpo?


 --La que me dibujaron junto a Laspada fue la que más me emocionó. Pero la que más me llamó la atención fue la que me regalaron tras el partido frente a San Martín de Tucumán en el último torneo (0-0 por la fecha 36º). Decía: "Si querés ascender, mandá Rogelio al 2020". Muy buena.


Sus tres ascensos

2001. "El mejor. Era todo nuevo para muchos de nosotros. Era un pibe en medio de enormes jugadores. Un equipo con una personalidad avasallante, con gran poderío aéreo. Ganábamos los partidos a partir de la estrategia y de la táctica muy bien desplegada y explicada por el DT (Gustavo Alfaro). Fue el mejor grupo que integré. Nos juntábamos todos en familia, hacíamos mesas como de 50 personas".

2006-07. "Llegué para el Clausura y me inserté rápido en un equipo con hambre. Además, con Ismael Blanco, un goleador intratable, teníamos robo. En Olimpo nunca vi un 9 que meta los goles fáciles y también los difíciles. El Zungui era de otra categoría".

2009-10. "Se armó para ascender, pero el ascenso nos tomó un poco de sorpresa porque, salvo en las últimas fechas, nunca estuvimos en la punta. Fue clave no tener la presión de ser los candidatos. Todos nombraban como favoritos a San Martín de San Juan, Instituto o Quilmes, y eso nos vino como anillo al dedo para trabajar tranquilos. Nos desmerecían, por eso entrábamos a la cancha con bronca y a comernos crudos a los rivales. Ganamos muchos partidos con garra y actitud más que con fútbol".

Pasó los 300















 Rogelio disputó 312 cotejos con la casaca aurinegra. 57 de ellos fueron en la Liga del Sur, donde marcó 5 goles (Pacífico --2--, Huracán, Villa Mitre y Sporting) y lo expulsaron en 12 ocasiones. 105 los jugó en la B Nacional, con 2 tantos (Atlético Tucumán y Villa Mitre) y 5 tarjetas rojas. Y en Primera sumó 150 presencias, sin conquistas y 4 cesantías. En el torneo local debutó el 23 de agosto de 1998 (3-2 a Rosario Puerto Belgrano), bajo la conducción técnica de Darío Bonjour, mientras que una semana más tarde lo hizo en la B Nacional (2-2 con Huracán Corrientes), con Luis Alberto Díaz como DT.