Bahía Blanca | Martes, 01 de julio

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Rodrigo Palacio y su grato recuerdo de Alemania 2006

El delantero bahiense Rodrigo Palacio tuvo la fortuna de vivir un Mundial en primera persona. El jugador formado en Bella Vista fue convocado por Néstor Pekerman y estuvo en Alemania 2006, donde Argentina quedó eliminada en cuartos de final ante el anfitrión. El Pala le contó a "La Nueva Provincia" algunas sensaciones de la previa al debut, de los cambios de ánimos según el resultado y de cómo mataba el tiempo libre.

 El delantero bahiense Rodrigo Palacio tuvo la fortuna de vivir un Mundial en primera persona. El jugador formado en Bella Vista fue convocado por Néstor Pekerman y estuvo en Alemania 2006, donde Argentina quedó eliminada en cuartos de final ante el anfitrión.


 El Pala le contó a "La Nueva Provincia" algunas sensaciones de la previa al debut, de los cambios de ánimos según el resultado y de cómo mataba el tiempo libre.


 "Particularmente lo tomé con mucha tranquilidad porque sabia que no iba a jugar", sostuvo Rodrigo, quien nunca se imaginó que ingresaría en el debut ante Costa de Marfil, ya que se veía por detrás de Tevez, Messi y Cruz.


 "Igualmente, la espera se hace larga. Fuimos con bastante anticipación y te agarra la ansiedad lógica. Además, había muchos argentinos en los entrenamientos y eso te va cargando de adrenalina", confesó.


 --Al menos recibiste la visita de tus seres queridos.


 --Fue toda mi familia, mi novia (Wendy) y Nico Arroyo. Con ellos se hizo todo más llevadero.


 --¿Y cómo es la previa al primer partido?


 --A medida que vas llegando al estadio comenzás a ver hinchas argentinos por todos lados. Me acuerdo que entramos al terreno de juego y ya empezaban a colgar las banderas. Pero, después, con el estadio lleno, vivís cosas muy lindas. Además, contra Costa de Marfil, el 60 o 70 por ciento del estadio estaba cubierto por argentinos y lo mejor llegó cuando tararearon el himno. En ese momento, se te pone la piel de gallina.


 --Pero contra Alemania fueron más que visitantes.


 --Fue terrible. Había como 70 mil alemanes y 2.500 argentinos contra un rinconcito de la cancha. Y contra México también fuimos visitantes porque había muchos mexicanos.


 --Tras el golazo de Cambiasso a Serbia, en la que la tocaron más de 30 veces, ¿se dieron cuenta que habían presenciado una de las mejores conquistas colectivas en la historia de los Mundiales?


 --Enseguida nos dimos cuenta de que había sido un golazo. Incluso, no se cansaban de reiterar las imágenes. Ese día sentimos una sensación increíble porque salió todo redondo y se marcaron seis goles, cuestión que en un Mundial es muy difícil de conseguir.


 --Y el gol de Maxi Rodríguez a México también debe haber sido muy especial.


 --Además, él era mi compañero de pieza. Estaba todo el día con él. Y con Gaby (por Milito) nos tiramos encima de él en el festejo. Fue algo muy loco.


 --Además del actual volante del Liverpool, ¿con qué compañeros tenías más onda?


 --Con Cuchu (Esteban Cambiasso), Hernán (Crespo), Gaby Milito y Nico Burdisso. Nos juntábamos siempre y Burdisso tocaba la guitarra. Además nos sentábamos en la misma mesa a comer, al igual que Lucho González.


 --¿Fue muy difícil de digerir la derrota ante Alemania?


 --Sí, imaginate. Todos lloramos porque entendíamos que se nos había escapado por muy poco.


 --¿Te llevaste algún souvenir de algún rival?


 --Cambie la camiseta con Van der Vaart (Rafa).


 --¿Y quién te sorprendió?


 --Drogba (Didier). Es enorme y tiene una polenta terrible. No lo podíamos mover y, encima, es muy rápido.