Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

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"La pelota está manchada"

Con 79 años, José "Pepino" Borello tiene una agenda cargada pese a ser un jubilado en acción. El bahiense, afincado desde hace más de dos décadas en el barrio de Banfield, es apasionado del turismo, siempre está pendiente de lo que sucede en su ciudad y sigue de cerca el crecimiento del resucitado club Sixto Laspiur.
"La pelota está manchada". La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca

 Con 79 años, José "Pepino" Borello tiene una agenda cargada pese a ser un jubilado en acción.


 El bahiense, afincado desde hace más de dos décadas en el barrio de Banfield, es apasionado del turismo, siempre está pendiente de lo que sucede en su ciudad y sigue de cerca el crecimiento del resucitado club Sixto Laspiur.


 Incluso, se enorgullece de ser amigo y vecino de Sandro, el popular cantante argentino. "Antes de venir a Bahía, hablé con la señora y me dijo que está muy delicado. Lo conozco desde hace más de 30 años. Es un tipazo. Y muy generoso", reconoció el bombardero bahiense, que saltó a la fama con la camiseta de Boca, en la década del '50.


 Con 191 goles en 290 partidos, "Pepino" se ganó el respeto de sus pares en poco tiempo. Vistió la casaca nacional durante más de tres años. Y selló un amor incondicional con la "redonda", que aún mantiene con el paso del tiempo.

"Yo no compro la doble intención".






 --¿Qué significado tiene Boca en su vida?


 --Todo. Y algo más también... Voy al club una vez por semana porque soy miembro activo de la mutual. Nos juntamos seguido con Rattín (Antonio Ubaldo), Silvero (Norberto), Madurga (Francisco), Roma (Antonio) y Novello (Nicolás)... La amistad es lo más lindo que me dejó el fútbol.


 "Siempre digo una cosa: yo soy fanático de Boca, colaboro con el club y me gusta estar cerca de los verdaderos `laburantes' del fútbol. Pero jamás colaboraría con el poder político. Muchos candidatos intentaron utilizar a sus ídolos de intermediario. Ni siquiera demostraron tener códigos. Desconocen el significado de la palabra respeto. Yo no compro la doble intención".


 --¿Se acuerda de la primera vez que pisó la Bombonera?


 --En realidad, recuerdo el instante que pisé por primera vez Buenos Aires. Me bajé del tren en el andén 14 de la estación de Constitución. No sabía ni cómo era el Obelisco (risas). Me fueron a buscar Mario y Juan Evaristo. Y me presenté como José Borelli.


 --¿Cómo?


 --Sí, mi apellido era Borelli. Hasta que mi "Viejo" se jubiló. Viajé solo. De ahí nos fuimos derecho a la cancha. El técnico era Emilio Baldonero. Jugué 10 o 20 minutos en la primera práctica e, inmediatamente, me llevaron al Hotel América, también en Constitución.


 --¿Qué le llamó la atención?


 --En ese momento, todavía no estaba la tercera bandeja, que estaba en construcción. Había como 50 obreros, trabajando en las alturas. Era impresionante...


 --¿Qué tenía el Boca del '54?


 --Era el fútbol total. Se jugaba con un criterio impresionante. Además, ese año fue el de mayor concurrencia de público en la historia del fútbol argentino. Fue un mano a mano con Independiente.


 "Boca tenía a jugadores de la talla de Lombardo, Mouriño, Mussimesi, Colman, Edwards, Pescia, Sarlanga, Boyé, Rosello, Pizzutti, Cucchiaroni. Salimos campeones después de nueve temporadas".

"Antes existía solidaridad en el ambiente".






 --¿Qué haría si fuera un jugador cotizado en millones de dólares?


 --La verdad, no sé. En principio, aseguraría el futuro propio. Y el de todas mis generaciones (risas). El jugador actual está más pendiente del dinero que de sus propias obligaciones.


 "La pelota está manchada. Y obviamente, yo tengo una mirada diferente porque conviví en un fútbol sano, sin intermediarios y con gente de palabra. Antes existía solidaridad en el ambiente".


 --¿Por qué no fue entrenador?


 --¡Fui técnico! (advirtió con un tono agudo)... Dirigí las divisiones formativas en un club de Adrogué. Siempre me gustó trabajar con los más chicos. ¡Ojo! No enseñé a jugar a la pelota, sólo traté de corregir o pulir algunos aspectos. El futbolista argentino tiene un don innato.


 --¿Se siente valorado en su ciudad?


 --Totalmente. Eso sí, uno de los momentos más gratos de mi vida me lo llevé en Chile. Tres meses atrás viajé a Santiago. Y, 47 años después, varios hinchas del Ñublense (jugó en esa entidad en 1961) me reconocieron y aún tenían referencias de mi paso por el club. Ahí tomé conciencia que la memoria del hincha no tiene fronteras ni límite de edad.


 --¿Es verdad que lo comparaban con Francisco Varallo?


 --Sí, pero en el barrio. Jugábamos en la esquina de Sixto Laspiur y Mendoza. Me decían Varallo porque tenía potencia a la hora de pegarle a la pelota. Y siempre le decía a los muchachos que, al menos, una vez iba a salir en la tapa de "El Gráfico".


 Su voz comenzó a entrecortarse. Borello sacó su pañuelo del bolsillo derecho y comenzó a despejar esas tibias lágrimas, que recorrían su rostro. Tardó un par de minutos para volver a entrar en acción.


 "Soñaba con ser un Fangio (Juan Manuel), Varallo (Francisco) o Stábile (Guillermo)", se sinceró "Pepino".


 --¿Cómo se definiría como jugador?


 --Me ayudaba la estatura y el físico. No era un estilista. Siempre impuse la fuerza, trataba de mejorar en el cabezazo y contaba con mucha potencia en el remate.

El debut inolvidable...






 --¿Se acuerda del día que debutó en la Primera de Olimpo?


 --Fue cómico. Estudiaba en la Escuela de Comercio. Un sábado a la mañana jugué representando al colegio. Y el domingo a la mañana me tenía que calzar la camiseta de Sixto Laspiur (jugaba en reserva).


 "Eso sí, al mediodía tenía que estar en mi casa. Mi `Vieja' era estricta en ese sentido. Si no llegaba a tiempo hacia un escándalo. Pero yo siempre cumplía. Y cuando llegaba un poco más tarde, trataba de avisarle como podía".


 "Ese día recién llegué a mi casa a las 11 de la noche. ¿Por qué? Me convocaron para jugar en la reserva de Laspiur. Estaba participando de un campeonato infantil en el club Pacífico".


 "Y me vio jugar Carlos De Paulis, delegado de las divisiones formativas de Olimpo. El sabía que mi lugar era el potrero. Pero me sorprendió su actitud... Este buen hombre me llevó a un costado y me dijo al oído que era el jugador perfecto para Olimpo. No lo podía creer...".


 --¿Y qué pasó?


 --Me dieron el visto bueno. De ahí me llevaron directamente para jugar en la Primera de Olimpo. Enfrentamos a Estudiantes, en la cancha ubicada en el Parque de Mayo. Tenía barandas en los costados. Tipo cancha de básquetbol.


 --¿Cómo termina la anécdota?


 --Mi mamá estaba que explotaba. Y yo, internamente, sabía que nadie de mi familia me iba a creer que había debutado en la Primera de Olimpo. Los dirigentes me calmaban. Estaba preocupado porque se venía una gran penitencia.


 "Así y todo, salí a la cancha (con los nervios a cuestas). El partido estaba 2 a 2 y quedó boyando la pelota en el área. Le dí de lleno y adentro. Primer partido; primer gol y ganamos 3 a 2".


 "Me duché como pude y me sequé con la camiseta. Como novato, le pedí a un dirigente de Olimpo si me podía prestar 20 centavos para tomar el micro. No me dieron nada porque me llevaron directamente al club. Nos dieron de comer con masas, bebidas y sandwiches. Tenía un hambre terrible".


 "De repente, empezaron a llamar a todos los jugadores del plantel. No entendía nada. Fui con un sandwich en la mano y regresé con 20 pesos. Casi me desmayé".


 --¿Fue su primer sueldo?


 --Sí. Me brillaban los ojitos. De 20 centavos pasé a 20 pesos. Era mi platita. Quería cambiar billete por moneda. Me subí al colectivo, llegué a casa y mis padres no me creyeron absolutamente nada.


 "Pensaron que había robado el dinero. Y recién me dieron la razón cuando escucharon por radio los resultados de la fecha, con sus respectivos goleadores".

9 de 16 goles en un partido,
¡nada mal!







 --Convirtió 9 de los 16 goles del combinado de la Liga del Sur ante Puan, en un partido eliminatorio rumbo al campeonato Argentino. ¡Todo un récord!


 --Sí, fue en 1950. Toqué 12 pelotas y metí 9 goles. Es más, mi señora todavía no me cree que anoté esa cantidad de goles en un partido.


 "Dice que soy bastante mentiroso. Pero no tengo recortes de ese día y, lamentablemente, no hay manera de demostrárselo (risas). Increíble, pero real... Ni mi señora me tiene fe".


 "Y pude convertir algún otro gol. El tema es que teníamos un jugador que era `chicato' (Caparróz). Jugaba con anteojos porque no veía absolutamente nada. Era un desastre en ese sentido. Y le prometí que iba a anotar un gol".


 "El `Flaco' (Caparróz) jugaba de `8', que en esa época era delantero. Lo dejé tres veces mano a mano con el arquero y nada. Uno lo tiró arriba del travesaño con el arco libre. Después le erró a la pelota y en el última acción se puso nervioso. Hizo cualquier cosa. Era un fenómeno".


 --Anotó 38 goles en 18 partidos con la camiseta de la Liga del Sur...


 --Ahh... No sabía. Qué numerito.


 --¿Debutó en la selección argentina con Guillermo Stábile como entrenador?


 --Correcto. Me convocó a la gira europea. Jugamos en Lisboa y Madrid. Precisamente, fue el año '54, cuando veníamos de salir campeones con Boca. Debuté ante Portugal y, me acuerdo clarito, ingresé en el segundo tiempo en lugar de Bonelli.


 "A Stábile le decían el gran filtrador. La figura de ese equipo era el técnico. Fue el goleador del Mundial del '30. Era un diamante en bruto. Sabía muchísimo de estrategias".


 --¿Recuerda el equipo inicial?


 --Sí, más vale. Lo que mejor tengo es la memoria. Carrizo; Dellacha, Pizarro; Lombardo, Mouriño, Pescia; Micheli, Cecconato, Bonelli, Grillo y Cruz.


 --¿La cuota pendiente de su carrera?


 --Jugar en Europa. Estuve a punto de firmar con el Génoa de Italia. Sin embargo, estaba en el medio del torneo local con Boca peleando arriba. También en el '54. No me pareció atinado dejar todo a mitad de camino. La oferta caducó. Y, como dice la frase, el tren pasa una sola vez. Y yo lo dejé escapar...


 --¿Estuvo a punto de jugar en Racing?


 --Efectivamente. A fines del '50. Pero apareció una lesión en la rodilla derecha. Y chau Racing. Tenía acordado todo de palabra. Faltaban firmar los papeles.

La ficha de "Pepino"

--Nombre: José Borello.
--Nacimiento: 24 de noviembre de 1929; en Bahía Blanca.
--Trayectoria: Olimpo (1943/51); Boca Juniors (1951/52); Chacarita (1953); Boca Juniors (1954/58); Lanús (1959); Magallanes de Chile (1960); Ñublense de Chile (1961); Universidad Técnica de Chile (1962/63).
--Partidos en Primera: 290 (120 en la Liga del Sur; 100 en el fútbol de AFA y 70 en el fútbol chileno).
--Goles convertidos: 191 (90 en la Liga del Sur; 46 en el fútbol de AFA y 55 en el fútbol chileno).