Tener padres bebedores incrementa riesgos
Que los padres beban implica un riesgo a futuro para sus hijos pero también contribuye a crear problemas en lo cotidiano debido a la disminución de la percepción, condición que impide cuidar de los más chicos.
Asimismo, la capacidad para poner límites suele quedar desdibujada. Estas son las principales conclusiones publicadas en la edición de febrero de la revista especializada Alcoholism: Clinical & Experimental Research,
provenientes de un estudio realizado en Finlandia por profesionales de Universidad estatal de Virginia, en Estados Unidos.
La crianza se dificulta cuando surgen adicciones. Mientras los 4.731 adolescentes (2402 hombres y 2329 mujeres), con un promedio de edad de entre 14 y 17,5 años, debieron responder cuestionarios sobre el consumo de sustancias alcohólicas y los riesgos de intoxicación, a sus padres se les consultó sobre estos ítems pero además se agregó la prevalencia de problemas relacionados con el alcohol durante el transcurso de sus vidas.
"En primer lugar queríamos establecer si existe la posibilidad de extender o transmitir una conducta nociva de padres a hijos adolescentes. En segundo término, deseábamos determinar en qué medida esa relación se debe a que la ingesta excesiva y constante de alcohol afecta la capacidad de los padres para criar y guiar a sus hijos en forma responsable, especialmente durante una etapa tan vital como la adolescencia", expresó el autor de la investigación, doctor Shawn Latendresse, becario del Instituto Virginia de genética psiquiátrica y conductual de la citada universidad.
Una vez concluido el estudio, los especialistas determinaron que las complicaciones para educar a los chicos implicaban efectos nocivos para éstos, sobre todo al comenzar la adolescencia, mientras que el ejemplo del consumo excesivo de bebidas alcohólicas suele ser más "imitado" o repetido al acercarse el término de esta etapa.
"El abuso de alcohol por parte de los padres así como también la intoxicación y los síntomas de problemas con la bebida se relacionan con complicaciones constantes en el seguimiento de la crianza. A su vez, éstas generan que los chicos se sientan solos y desconcertados y terminen recurriendo al alcohol u otras sustancias a fin de encontrar 'vías de escape' o algún tipo de bienestar", detalló el doctor Latendresse.