Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

Santiago Medina, el bastión inicial

Retrocediendo en el tiempo, se recuerda que existió una entidad formal que se llamó Agrupación Liniers, de la cual el señor Santiago Medina entregó un balance que data de septiembre de 1907. El citado balance también contiene la firma de un señor R. E. Costa, donde se detalla textualmente: "Tercer trimestre de 1907".

 Retrocediendo en el tiempo, se recuerda que existió una entidad formal que se llamó Agrupación Liniers, de la cual el señor Santiago Medina entregó un balance que data de septiembre de 1907.


 El citado balance también contiene la firma de un señor R. E. Costa, donde se detalla textualmente: "Tercer trimestre de 1907".


 Se habla allí de la compra de cañas tacuaras y figuran como socios, entre otros (además de los nombrados): Antonio Mejero (h), Alfredo Allegretti, Jesús Fungueriño, José Páez, Orfelio Cejas, José Milea, Rafael Del Valle, José Pascuel y otros.


 Al final del balance se detalla que el mismo deja una ganancia, a septiembre de 1907, de $ 4,00 moneda nacional y que pasa a unirse o fusionarse con Argentino, en ese mes y año, fusión que duraría solamente un año ya que en octubre de 1908 se fundaría definitivamente el club Liniers.

Primeras actas




 Las 34 primeras actas de Liniers se perdieron; seguramente olvidadas en alguno de los hogares de los secretarios que más tarde las han quemado o tirado como papel viejo.


 No se saben muchas cosas de aquel tiempo ya ido; solamente los diarios locales "La Nueva Provincia" y "Bahía Blanca".


 Se pudo saber algo, y por el decir de los viejos socios: Medina, Turra, de Robles, los hermanos Borda, etcétera, que fueron llegando al club entre 1909 y 1911.


 
En la casa de Cortalezzi



 Abelardo Cortalezzi, uno de los amigos de Santiago Medina, era de los que había dispuesto separarse de Argentino y ofreció su casa ubicada en la calle Saavedra al 200, para realizar la reunión, donde quedaría constituido el nuevo club.


 Se fijó fecha, para la reunión del 8 de octubre de 1908, y como se mencionó no existen constancias oficiales de quienes concurrieron aquella noche a lo de Cortalezzi, pero en la parte final del primer reglamento se dejó constancia de la primera Comisión Directiva, formada por:


 Santiago Medina, presidente; Alejandro Youn, vicepresidente; Orfelio Cejas del Carril, secretario; Arturo Turra, prosecretario; Abelardo Cortalezzi, tesorero; Alfredo Allegretti, protesorero.


 El capitán del primer equipo fue Roberto Delrieux y el árbitro, Santiago Medina.


 Diarios posteriores dicen, además, que éstos jóvenes deportistas concurrieron aquella noche para fundar Liniers: Arturo Turra, los hermanos Juan y Roberto Delrieux, Jesús Fungueriño, Rafael Del Valle y Domingo Chodié.


 Otros dan como fundador también a Roberto Campbell, pero éste no aparece en los números extraordinarios de "La Nueva Provincia" de 1921 y 1922, que hablan "in extenso" de Liniers, pero en el primer balance de la entidad, firmado el 31 de marzo de 1909 --firmado por Santiago Medina y Roberto Delrieux-- figura Roberto Campbell y por eso debe aceptarse como fundador y es incluido, en homenaje, a dicho documento histórico.


 Desde el principio, Medina y sus compañeros imprimieron al club un ritmo muy distintos a los clubes de entonces. Medina exigía seriedad, conducta y caballerosidad deportiva. Ya por aquel entonces, le solicitaba a los jóvenes el boletín de calificaciones escolares para dejarlos o no practicar deportes en las instalaciones del club.

¿Por qué Liniers?




 Don Santiago Medina tenía afecto por el héroe de la reconquista de Buenos Aires, Don Santiago de Liniers y Bremond. Fue, según Medina, en homenaje al caballero francés que había salvado que los ingleses dominaran el Río de la Plata.


 Football Club Liniers fue el primer nombre, el que fue cambiado en 1912, por Club Atlético Liniers.

Los colores




 Los colores blanco y negro, más tarde emblemas tradicionales dentro del deporte de Bahía Blanca, se eligieron a indicación de Fungueriño.


 Alguien quería camisetas con rayas horizontales negras y blancas, aunque finalmente, ante la negativa, se optó por las rayas verticales.


 Y cuando alguna vez alguien cambió esporádicamente por otro tipo de divisa, siempre en blanco y negro, Medina adujo que los jugadores ingresaban disfrazados a la cancha y que no era serio ni aceptable.


 Una vez, en 1958, Liniers adoptó una casaca blanca con rayas cruzadas negras y Medina se dirigió al entonces presidente, doctor Héctor Castelli, a quien había iniciado como jugador en su club en 1930 y le dijo:


 "Héctor, ¿qué estás haciendo?, todavía no es carnaval. Debes cambiar esa camiseta". Y el presidente, pese al gasto incurrido, hizo caso a las advertencias del fundador. Medina merecía el respeto y el doctor Castelli no trepidó en decir que sí, habida cuenta que se trataba de la figura central de Liniers.

Los campos de juego




 Liniers, entre 1908 y 1909, buscó distintos baldíos para jugar al fútbol; los había muchos, por cierto, en esa época. Actuó allende del Napostá y un poco más allá del puente Colón, pero una vez le robaron los arcos y Medina propuso alquilar un terreno, un basural que había muy cerca del Mercado Victoria, en la calle Tierra del Fuego, muy cerca del luego inolvidable predio de Donado y Chile, ocupada en 1909 por el desaparecido Club Victoria de los hermanos Arce.


 Liniers tuvo pocas canchas oficiales y sólo dos se recuerdan por lo que significaron al fútbol de la Liga del Sur: Donado y Chile (1911 a 1925) y la actual de Avenida Alem (desde 1926 a la fecha).

¿Por qué "chivos"?




 Muchos se preguntan por qué a los albinegros se les apoda "chivos", lo que constituyó un insulto en sus comienzos y con el correr del tiempo fue aceptado como timbre de honor.


 Eloy de Robles escribió alguna vez: "Su origen fue poco menos que accidental. Santiago Medina cuidaba celosamente los ingresos sociales con la sagacidad y constancia de un Inspector de Réditos. En Donado y Chile ejercía un contralor absoluto de la boletería y Medina no aceptaba, bajo ningún concepto, los `colados', a quienes perseguía implacablemente".


 "Un buen día, a Medina se le ocurrió la peregrina idea, excentricidad de entonces, de dejarse una `mosca' en la barbilla y surgió rápidamente el apodo irreverente de `Chivo' como grito de guerra contra el pertinaz perseguidor".


 "A ello se sumó que, poco después, el canchero Ton Emilio incorporó un ejemplar de cabrio para cortar el pasto de la cancha. Así, `chivos' y liñerenses pasaron a ser sinónimos".