Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Fue rey en tierra de príncipes

Por Enrique Nocent/"La Nueva Provincia".
Fue rey en tierra de príncipes. La región. La Nueva. Bahía Blanca


 Carismático, caudillo, polémico, de esos que dividen las aguas, ni sus más acérrimos adversarios niegan que se trató de un basquetbolista único en su género. Pese a sus limitados recursos técnicos, pulverizó a cuanto se le puso en el camino para trasformarse en el paradigma del ganador. Llegó a capitanear, en varias competiciones internacionales, a la selección argentina.




 "Explicar lo que Fruet representó como compañero o jugador útil para el equipo no es tarea sencilla. Desbordaba personalidad y la expresaba en todo momento y en todo lugar. Era vivo, despierto, rápido, firme defensor, de gran tiro y con mucha capacidad de salto. Además tenía una notable tenacidad y se agrandaba en los momentos más bravos, cualidades que lo hacían sobresalir y admirar.


 "Fue el basquetbolista con quien mejor me entendí y quien me facilitaba todo tipo de pases. Yo las tiraba a cualquier lado y de cualquier manera, porque descontaba que `Lito' las iba a agarrar... Y se iba a encargar del resto".


 Esta definición, que enmarca una imagen cabalmente descriptiva, corresponde nada más ni nada menos que a Alberto Pedro Cabrera, con quien cultivó amistad, respeto y de quien fue compañero de selecciones y un sensacional rival de club en el ámbito local.


 Decir que el básquetbol bahiense tuvo una bisagra, un antes y un después a partir de Atilio José Fruet, puede asomar y/o resultar una apreciación subjetiva, pero la fuerza de las estadísticas dan consistencia al aserto.


 El, como ningún otro, ganó partidos y sumó títulos y él, como ningún otro, insufló tanta pasión entre los aficionados de nuestra ciudad.


 Y así como "Beto" Cabrera fue una vidriera nacional de lujo para el básquetbol bahiense, "Lito" fue el rey de estos lares, en tiempos que hubieron muchos pesos pesados como De Lizaso, Cortondo, Monachesi, López, Loustau, Olariaga, Feliziani, De Marchi, Boly, Giménez, Marchesino y tantísimos otros.


 Una muestra de su (enorme) popularidad quedó reflejada en lo siguiente.


 En junio de 1971, la revista "El Gráfico" mediante una encuesta consultó a sus lectores para consagrar a "los ídolos del deporte argentino", mediante votos recogidos de las figuras de cada rincón del país.


 Atilio Fruet cosechó 11.359 preferencias, y debajo suyo --atención a estos apellidos-- aparecieron Salvador Cicchini (Punta Alta, fútbol), con 10.877; Luis Di Palma (Arrecifes, automovilismo) 7.822; Oscar Alfredo Gálvez (Capital Federal, automovilismo) 6.503; Carlos Monzón (Santa Fe, boxeo) 4.220; Vicente Chancay (San Juan, ciclismo) 3.290; Alberto Demiddi (Santa Fe, remero) 2.623; Juan C. Cárdenas (Santiago del Estero, fútbol) 1.966 y Dante y Torcuato Emiliozzi (Olavarría, automovilismo), 1.051, por citar.


 
Explorando



 Sobre la trayectoria de Atilio Fruet está todo dicho y escrito, o casi, amén de algunas filmaciones. De modo que cuesta encontrar ángulos nuevos para ofrecer a quienes lo vieron en plenitud y, por lo tanto, no necesitan de mayores explicaciones para valorarlo cabalmente. De modo que durante la charla tratamos de derivar hacia otros enfoques.


 Por ejemplo, es muy conocido que, con 1m89 se inició como pivote, pero a medida que avanzaba la exigencia de la competición (de nivel local a provincial, de provincial a argentino y de argentino a internacional) fue corriendo puestos hacia el perímetro. Fue luego pilar (hoy, un "3", ala) y terminó como ayuda base (hoy, "2", escolta).


 Sin embargo, no lo es tanto el siguiente episodio, que él mismo relata.


 "No me inicié en Estudiantes por casualidad, pero de muy purrete hice de todo dentro de ese club. Incluso en el ámbito de la pileta natación. Participé en torneos internos de básquetbol... pero parecía que no iba a tener lugar en Infantiles y, justo, Independiente, que tenía su cancha muy cerca de mi casa, incorporó el básquetbol y no lo dudé".


 La historia dirá que Fruet se constituyó luego en el principal dolor de cabeza del albo.


 Se sabe, también, que era dueño de un tiro de media distancia de muy alto porcentaje, fundamentalmente desde las esquinas, pero cuesta evaluar si era mejor atacante que defensor o al revés.


 Se lo preguntamos.


 "La verdad, me gustaba tanto ganar que no hacía diferencia. Porque si bien es cierto que alcanzaba puntajes importantes, mis entrenadores me tiraban encima del tipo más difícil del rival, y sufría una desventaja. Si bien en general los conocía, no contábamos entonces con videos para estudiar las características particulares que, en estos tiempos, podés saber a la pelusa".


 La modalidad de juego de "Lito", poco ortodoxo, le originó algunas barreras. Dentro del rectángulo podía hacer de todo, incluso subir el balón, aunque, es verdad, con no pocas dificultades, pero costaba que entrenadores, aficionados y periodistas (no los jugadores rivales, que lo sufrían...) dimensionarán el rango de sus (colosales) aportes.


 "Por ejemplo a Casimiro González Trilla, el entrenador más capaz que conocí y quien más me enseñó, en mi etapa de selección nacional, me costó hacerle ver que podía rendirle. Era suplente pero, eso sí, en cuanto me dio una oportunidad no retiró más la titularidad e, incluso, me dio la capitanía".


 Desconoce el origen de su apodo, "Lito" ("acaso fue idea de mi madre") y se hace el desententido respecto de cuántas veces lo expulsaron.


 "No sé... no me acuerdo. Capaz que varias veces", eludió por la tangente. Pero cuando le recordamos que recibió sanciones del tribunal de penas de la ABB, del cuerpo punitivo de la Federación Bonaerense e, incluso, de la Confederación, "recuperó" la memoria para defenderse.


 "Es verdad, con los árbitros siempre tuve diferencias. Pero mi gran defecto, dentro y fuera de la cancha, fue que no tengo término medio si creo que se comete una injusticia".


 Debe saberse que, cuando se retiró de la práctica oficial activa, los mismos jueces a quienes con tantos reproches martirizó, lo agasajaron y le dieron un obsequio acertadamente ingenioso: una medallita con la inscripción 'técnico al 10'...


 Que conste, dicho sea de paso, que Fruet jugaba físico y fuerte, pero no se lo conoce siquiera un golpe avieso, ni aún en los momentos más tormentosos de un partido.


 Hoy, con su cabeza pinta en canas, no es de los que viven de recuerdos ni sostienen que todo tiempo pasado fue mejor. Suele mirar hacia adelante.


 "Soy y me gusta que me reconozcan fervoroso defensor de la ciudad como ciudadano y vecino, sea en lo deportivo como en lo social, político, cultural y económico. Quiero que Bahía crezca en todo sentido", enfatizó.


 Y respecto de la construcción del estadio propulsado por la Fundación Ginóbili, la tiene clara.


 "Tenemos que apoyar con fuerza la iniciativa. Esa y muchas otras. Como estamos lejos de La Plata, la distancia nos perjudica. Para colmo, en relación con el Gran Buenos Aires nuestra densidad poblacional (léase potenciales votos) no tiene demasiada incidencia en las elecciones, y esa condición nos ha venido relegando en el mapa provincial y nacional".

De todo un poco




 Atilio José Fruet, una gloria del deporte bahiense y emblemático por excelencia de la pasión que despierta el básquetbol en nuestra ciudad, tiene victorias que ni siquiera pudieron ser registradas en la pertinaz búsqueda del ingeniero Roberto Seibane, durante la elaboración de su fantástico trabajo sobre la historia de la ABB.


 "En el estadio de Estudiantes, con Agricultura, disputamos la final intercolegial contra Colegio Nacional. Fue a cancha llena, por supuesto", sumó "Lito"..


 O esta otra.


 "Cumpliendo el servicio militar obligatorio, con el equipo del Comando V Cuerpo de Ejército enfrentamos al seleccionado bahiense. Lo vencimos y nos ganamos una semana de franco".


 Los que siguen son otros recuerdos y anécdotas del aclamado caudillo.


 * "Jugué en cadetes y en quinta por Independiente y nunca puede ser campeón en menores".


 * "Lo que suelo recordar más seguido y más intensamente son los tres campeonatos ganados consecutivamente (Tercera, Segunda y Primera) con los Violas", memora quien jugó dos Sudamericanos y dos Mundiales.


 * "Me parece que soy el único jugador que enganchó dos épocas. Pude compartir equipo con la trilogía Feliziani-Giménez-De Marchi, que se estaba retirando, y me tocó integrar la siguiente junto a Cabrera y De Lizaso".


 * "Alistando en un plantel de amigos, denominado Zeus, fuimos cierta vez a jugar a Médanos, al aire libre dado que la cancha estaba en la plaza principal. Como paralelamente en ciclismo se corría la Doble Médanos y Eduardo Sánchez venía primero, los cinco jugadores que estábamos en cancha terminados en completa soledad porque el público, los suplentes y hasta nuestro director técnico se fueron a ver la llegada".


 * "¿Qué me parecía Juan Ignacio como jugador? ¡Qué preguntita!. La verdad, con el corazón en la mano, creo que era muy bueno. No me quedaba mucho a verlo porque soy muy mal espectador... y más si estaba mi hijo en cancha. Pero recuerdo que era fundamental en menores, donde con 'Josi' Gil, de Estudiantes, se marcaban mutuamente porque eran los que hacían la diferencia. Y fue pieza importante de Olimpo en el torneo local de primera. No, no estoy babeando, lo digo usando mi sentido crítico".


 * "A propósito de padres, en mi concepto son hoy por hoy una gran dificultad para los clubes. Se la pasan pidiendo libertad de acción para sus hijos y se olvidan que todas las instituciones por lo general trabajan mucho y bien. Criarlos deportivamente implica un alto costo, y tampoco suelen reconocer que para su formación como personas les dieron a esos chicos una escuela de vida, casi tan importante como lo que brinda el colegio ".


 * "En Jujuy, al día siguiente de consagrarnos campeones argentinos de selecciones, fuimos todos a bañarnos a la pileta del hotel. En una de esas, estaba yo afuera y noté que el 'Gordo' Cárdenas, un severo árbitro de Junín, estaba en dificultades. Se estaba ahogando. Me tiré al agua y ayudé a correrlo hacia la parte donde se hacía pie.


 "Meses después, a Cárdenas lo volvimos a encontrar dirigiendo una final nuestra, de Bahía no recuerdo contra quién. En algún momento me pareció que no estaba siendo justo con sus fallos, así que me le planté: 'por favor, cobranos alguna a favor. No olvides que te salvé la vida".


 * "Ya lo debo haber dicho en mil oportunidades. El mejor quinteto que integré fue con Cabrera, De Lizaso, Cortondo y Monachesi".


 * "El número de mi camiseta cuando me inicié en Independiente fue el '80'. Luego, cuando por reglamento se debió utilizar únicamente del 4 al 15, elegí la '10' sólo porque incluía el '0' y la seguí usando, incluso en las selecciones, hasta que me retiré".


 * "Dejé claro que no soy tranquilo mirando partidos. Cierta vez, como presidente de la delegación, por Liga Nacional, acompañé a Olimpo a Cañada de Gómez. Estábamos torta a torta y, restando más o menos tres minutos para concluir, salí del estadio y me fui a caminar una vuelta a la manzana. Me perdí... me corrieron los perros... y, cuando por fin regresaba, me crucé con la gente que salía. Pregunté cómo había terminado el juego y me respondieron 'perdimos'. ¡Fenómeno. Entonces ganamos nosotros!, exclamé. Me salvé por poco que me dieran una paliza..."

Datos de su formidable trayectoria




 Atilio José Fruet se federó en 1955 y le tocó el número 2.370. En 1963 la Asociación Bahiense procedió a un reempadronamiento y le correspondió el 959.


 Con 16 años de edad "Lito" debutó en categorías mayores el 18 de mayo de 1957, en un Apertura de tercera de ascenso, jugando para Independiente. Su equipo venció a Liniers 41 a 32 y anotó 17 puntos. Ese mismo año ganó el Oficial y ascendió.


 Al siguiente se adjudicó el de segunda de ascenso y completó la tripleta al consagrarse a continuación, en 1959, campeón de primera división, hecho único en la larga historia de la ABB.


 El 30 de marzo de 1960 su pase a Olimpo provocó gran revuelo.


 Ese año, con su nueva casaca, es campeón de segunda de ascenso y gana la Copa Federal, de primera.


 En 1961 gana la Copa Federal y Olimpo se adjudica el Oficial, por primera vez en su historia. Además de Fruet alternan en ese plantel Cúperman, Serrano, Carlos Tomás, Moggia, Cerdeyra, Lanfranchi, Lemos, Deluchi, Spigariol, Ferrari, Lliteras, Suardiaz y Capdeville.


 Repite el título de Primera en 1962, 1964, 1966, l967, 1968, 1969, 1971, 1972, 1973 y 1974, amén de la Copa Federal de 1963, 1964, 1965 y el Ciudad de Bahía Blanca de 1965, 1968, 1969 y 1973.


 Se retiró el 9 de septiembre de 1974, tras superar en la final a Estudiantes por 52 a 50, con autoría del doble de la victoria y posterior robo de la última pelota.


 Además de esta ristra de conquistas, el 9 de enero de 1968 estampó un récord que perduró 12 años. Anotó 62 puntos en el cotejo Olimpo 102, Sportivo Bahiense 30. El tope perduró hasta el 2 de julio de 1980 cuando Elisha McSweeney marcó 66 en Olimpo 126, El Nacional 86.


 Continuó, aunque fugazmente, la actividad como entrenador y condujo a Olimpo a obtener el título oficial de Primera de 1976.


 También fue presidente de la subcomisión de básquetbol menor e integrante comisiones directivas aurinegras hasta que se alejó, para retornar a Independiente, su club de origen donde también ejerce tareas dirigenciales habiendo sido, incluso, presidente.

Otros lauros




 Múltiple campeón de regionales y zonales con la selección bahiense, con cuyos colores debutó el 4 de marzo de 1959, "Lito" fue baluarte de la conquista del título provincial en San Nicolás, en 1960, cortando una racha de 14 años. Repetiría el podio en las siguientes ocasiones: Olavarría (1964), Mar del Plata (1965), Luján (1966), Pergamino (1967), Junín (1968), Bahía Blanca (1969) y Punta Alta (1970).


 Por Buenos Aires, reforzando a Coronel Pringles en 1961 debutó en un Argentino, con sede en Formosa.


 En 1966, luego de una sequía bonaerense de 9 años, regresa de Jujuy con su primer cetro argentino, gesta que repetiría en cuatro oportunidades más, a saber: Paraná (1967), San Luis (1969), Catamarca (1970) y Corrientes (1971), sin contar el Argentino Extra llevado a cabo en nuestra ciudad y que en el llevado a cabo en el Luna Park, de Capital Federal (1972) no lo autorizaron a jugar.


 Alistó en la selección argentina que concurrió al Sudamericano de Perú. El 15 de febrero de 1963 en el estadio Nacional de Lima fue titular, en la victoria sobre Bolivia, contribuyendo con 23 puntos.


 Luego concurrió, ese mismo, al Mundial de San Pablo, donde Argentina se adjudicó la rueda Consuelo.


 Para abreviar, en su trayectoria internacional fue capitán del combinado nacional en el Mundial de 1967, como también en el Sudamericano de 1969, ambos disputados en Montevideo, Uruguay.


 Esa misma responsabilidad la ejerció vistiendo los colores Independiente, Olimpo y las selecciones bahienses y bonaerenses.


 
Presencias



 En 16 años de actividad Atilio José Fruet jugó 812 partidos, de los que ganó 232 y perdió 112.


 Con la camiseta de Olimpo participó en 396, con la selección bahiense 232 y con la de Provincia 79.


 En tanto, con Independiente disputó 52 partidos, con Argentina 28, con la Asociación Buenos Aires (en la gira por Israel) 16 y fue refuerzo de Estudiantes en 8 partidos y en una oportunidad de Gimnasia y Esgrima La Plata y del combinado de Punta Alta.


 Enfrentó en 76 oportunidades a equipos extranjeros. Su elenco resultó ganador en 48 oportunidades y perdió las 28 restantes. Pisó escenarios de Perú, Brasil, Uruguay, España, Bélgica, Italia, Grecia, Yugoslavia e Israel.


 Con la camiseta albiceleste disputó 28 partidos internacionales, de los ganó 14. En la gira por Europa y Medio Oriente disputó 16 partidos, perdiendo solamente 3. Con la selección bahiense disputó 26 encuentros a ese nivel y venció en 15.


 Vistiendo la camiseta de Olimpo enfrentó en cinco oportunidades a equipos extranjeros, sin conocer la derrota, y con la selección bonaerense una vez a Uruguay, donde también triunfó.

Anotaciones




 Algunos de los que siguen, como otros apuntes estadísticos se incluyen en esta nota, corresponden a trabajos de compilación llevados a cabo por el ingeniero Roberto Seibane.


 En su trayectoria, Atilio José Fruet convirtió 15.514 puntos, promediando 19,1 por encuentro.


 Con Olimpo sumó 8.530; con Bahía 4.102; con Provincia 1.244; con Independiente 968; con la selección argentina 267; en la gira de la Asociación Buenos Aires 247 y como refuerzo de otros equipos 156.

Ayer, hoy y mañana
Le planteamos tres preguntas puntuales para quien, como "Lito" Fruet, vivió muchas etapas del quehacer cotidiano y, por lo tanto, resume invalorable experiencia. Vamos a ellas.

El básquetbol bahiense de antes







 "Los reglamentos fueron cambiando y mejorando desde que me inicie hasta que me retiré. Te recuerdo que no había media cancha, las pelotas eran de cuero, los pisos de tierra o baldosas, los tableros eran de madera, no existía tiempo de posesión, no se conocían los lanzamientos con valor triple, la zona restrictiva era una llave y, para mí, el cambio fundamental fue dejar de jugar al aire libre. Sabés lo que era ir a White cuando soplaba el viento helado que venía del mar o embocar en los aros de independiente..."

El de ahora




 "El basquetbolista tiene todas las facilidades para poder realizar a pleno lo que sabe. Desde la tranquilidad económica pasando por escenarios adecuados, vestuarios con comodidades, máquinas para preparar el físico y tiempo disponible. Un jugador de ahora hace doble turno y esa rutina lo potencia. En lo personal, adiestraba lunes, miércoles y viernes con el equipo, pero yo iba todos los días. Siempre me gustó entrenar y después que apareció Cabrera, más todavía, porque él era un fanático.

Del futuro




 "Con la determinación de Estudiantes de incorporarse nuevamente al primer nivel le devolvió un prestigio que Bahía no debió haber perdido nunca. Ojalá que le siga yendo como hasta ahora y sólo les recuerdo a sus dirigentes que tengan cuidado y hagan los números lo mejor posible.


 "En lo que hace a El Nacional lo felicito por el trabajo que está desarrollando en menores y por haber elegido a Monte Hermoso para ejercer la localía en el TNA, por la calidad y empuje de sus dirigentes y porque encontró respuestas en su población.


 "Respecto de la actividad local, que sufrió un golpe de nocaut por la instrumentación de Liga Nacional, tras ese gran cimbronazo, la ABB supo reorganizarse para ir recuperando terreno, con el apoyo y el esfuerzo de los clubes afiliados. Creo que se marcha en buen camino".

Personal




 Atilio José Fruet nació en Bahía Blanca, calle Italia 154, el 27 de octubre de 1941.


 Contrajo enlace con Liliana Martino, de cuyo matrimonio nacieron José Ignacio (34) y Ana (36). Es abuelo de dos nietas: Abril (3) Mia (tres meses)


 Inició sus estudios primarios en la escuela Nº 34 y terminó en la Nº 2 y secundarios en la Escuela de Agricultura y Ganadería.


 Su ocupación actual es comerciante, en el rubro de materiales eléctricos en general e iluminación.

Enrique Nocent/"La Nueva Provincia"