El "cazacocodrilos" Steve Irwin murió en su ley
SIDNEY (Reuters) -- El extravagante zoólogo australiano Steve Irwin, que logró fama mundial en la televisión como "El Cazacocodrilos", murió ayer cuando la púa de la cola de una raya le atravesó el corazón mientras filmaba un documental en la costa norte de Australia.
Irwin, de 44 años, se había enfrentado a los animales más peligrosos del mundo, pero falleció de un extraño ataque por parte de una criatura marina que normalmente es muy pacífica mientras buceaba en Port Douglas, en Queensland, al norte de la isla continente.
"El se subió arriba de la raya y la cola de la raya subió y dio sobre su pecho y le hizo un agujero en su corazón", dijo el aún shokeado manager de Irwin, en la ciudad de Cairns, al sur de Port Douglas.
Un helicóptero trasladó rápidamente a los paramédicos hasta las islas cercanas Low Isles, donde Irwin fue llevado para ser atendido; pero el zoólogo murió antes de que llegara la ayuda médica, dijeron los funcionarios de urgencia.
"Ya estaba bastante claro que tenía heridas que no le permitirían sobrevivir", comentó el doctor Ed O'Loughlin, que atendió a Irwin, al canal de televisión local Nine Network.
"Tenía una herida penetrante en el costado izquierdo de su pecho. Había perdido el pulso y no estaba respirando", agregó
La muerte de Irwin fue probablemente el tercer caso fatal del que se tenga registros de un ataque de una raya en Australia, comentaron especialistas.
Agregaron que el veneno de la raya provoca un fuerte dolor, pero no es mortal, aunque el aguijón es capaz de causar horribles lesiones como un cuchillo o una bayoneta.
"No cuando entra, sino cuando sale", dijo el subdirector de la Unidad Australiana de Estudios de Venenos, doctor Bryan Fry. "Los aguijones tienen grandes serruchos que desgarran la carne cuando salen", agregó.
"Crikey"
Conocido en el mundo por su pegajosa expresión "Crikey", cuando se acercaba a animales salvajes, Irwin hizo casi 50 documentales que se emitían en el canal de televisión por cable Animal Planet. Llegó a ser un personaje mundial que generaba libros, videojuegos e incluso figuras de acción de juguete.
La muerte de Irwin impactó a varios líderes mundiales, naturalistas y humildes australianos que lo calificaron como un "buen tipo".
"Realmente siento que Australia ha perdido a un hijo maravilloso y pintoresco. El dio mucha entretención a millones de personas, particularmente a los niños, por lo que es una terrible pérdida", dijo el primer ministro australiano John Howard, a periodistas.
El naturalista y documentalista británico David Bellamy describió a Irwin como un gran actor y un excelente estudioso de la historia natural.
"El tomó enormes riesgos, pero sabía lo que estaba haciendo. Esto fue un terrible, terrible, terrible accidente", comentó Bellamy a la cadena televisiva BBC.
Creciendo con reptiles
Irwin nació el 22 de febrero de 1962, en la ciudad sureña de Melbourne, en Australia. Pero se mudó a la tropical región de Queensland donde sus padres tenían un pequeño parque con reptiles y animales salvajes.
Pasó su infancia entre cocodrilos, a los que atrapaba para llevarlos a la granja de su padre, la que después pasó a administrar en 1991 y llamó "Zoológico Australia".
Irwin, que se hizo famoso por su habilidad para desafiar a animales salvajes, como cocodrilos y serpientes, conoció a su esposa estadounidense Terri, en el zoológico y el comienzo de su luna de miel --que pasaron atrapando cocodrilos-- fue la base de su primer documental El Cazacocodrilos.
La pareja tenía dos hijos: Bindi Sue y Robert Clarence.
El programa llegó a tener una audiencia mundial de 200 millones de televidentes, diez veces la población de Australia.
El extravagante zoólogo creó cierta polémica cuando en una de sus atrevidas acciones, dio de comer a un gigantesco cocodrilo cuando llevaba a su bebé recién nacido en brazos.
También fue criticado por molestar a ballenas, focas y pingüinos mientras filmaba en la Antártida.
Irwin presumía de que nunca había sido mordido por una serpiente venenosa o haber sido herido seriamente por un cocodrilo, aunque admitió que sus peores lesiones fueron provocadas por loros.
"No sé qué tengo con los loros, porque siempre ellos me muerden", dijo una vez Irwin. "Una vez una cacatúa me rajó la punta de mi nariz. No sé qué tienen en mi contra", agregó.