Salvaguarda de la vida humana en el mar
En el mundo actual, el mar ocupa el 75% de la superficie de la tierra y esta realidad comprueba su importancia en el desarrollo de los pueblos. Desde tiempos remotos la comunicación y el intercambio comercial, el despliegue militar de las naciones y la defensa de su territorio, sumado a la explotación de la pesca y más tarde, el aprovechamiento de los recursos naturales, han sido posibles gracias a este espacio.
Si bien es cierto que, al principio, el hombre necesitó navegar y más tarde explotar las riquezas que el mar ofrece, el correr del tiempo y el avance de la ciencia posibilitó investigar y comprender la necesidad que el Estado debía actuar y proteger la vida humana en el mar.
Así, llegó el año 1914, fecha en que las naciones marítimas se reunieron con el objeto de elaborar el primer convenio internacional sobre seguridad del transporte marítimo, tras la pérdida del Titanic dos años antes. En ese momento, la controversia se centró no sólo en prevenir los accidentes marítimos, sino también en mejorar las posibilidades de supervivencia en caso de que se produjese uno.
Como consecuencia de dicha conferencia surgió la aprobación del Convenio Internacional para la Seguridad de la vida humana en el mar, que incluyó reglamentos sobre la disponibilidad de equipos de salvamento y la seguridad de la navegación.
Estos temas, se convirtieron en cuestiones de gran importancia para la Organización Marítima Internacional (OMI) que comenzó a dedicarle atención cuando fue creada en 1948, luego de la Conferencia Marítima de las Naciones Unidas, que se llevó a cabo el 19 de febrero de ese año en Ginebra.
Nuestro país, por su parte, integró esta organización que actualmente cuenta con 158 Estados miembros y dos Estados miembros asociados a partir del 18 de junio de 1953, con el objetivo de establecer un sistema de cooperación entre los gobiernos en cuestiones técnicas concernientes a la navegación comercial internacional y de seguridad marítima.
Por este motivo, la OMI dividió el mundo marítimo en áreas de búsqueda y rescate, para que hubiera un Estado responsable en brindar el servicio.
Monitoreo y despliegue. En el citado marco, la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate Marítimo, Fluvial y Lacustre de la Armada Argentina, dependiente del Comando de Operaciones Navales, es el organismo de aplicación de salvaguarda de la vida humana en el mar, tanto de aguas de jurisdicción nacional, como de alta mar.
De esta agencia SAR dependen tres centros coordinadores de búsqueda y rescate ubicados en Buenos Aires, Ushuaia y Puerto Belgrano.
El capitán de fragata Miguel López Franco comentó que cada una de estas centrales tiene un área de responsabilidad de trabajo dividida en las distintas zonas marítimas de todo el país, una cuestión que posibilita que en forma rápida se destaque un medio para ir en apoyo al lugar del hecho.
La responsabilidad de la Armada en este tema es la de monitorear todos los casos de búsqueda y rescate que estén ocurriendo en la zona de competencia nacional, que se lleven a cabo en forma correcta y que se empleen los medios necesarios para cada siniestro, además de centralizar la información que se maneja en cada caso.
En todas las bases navales, la Armada cuenta con medios de superficie y aéreos de guardia para actuar en el momento que sean requeridos. Tal es el caso de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, con asiento en la Base Aeronaval Comandante Espora, que cuenta con helicópteros H-3 Sea King, que se mantienen alerta para actuar en apoyo de cualquier siniestro en muy poco tiempo de alistamiento.
A esto, se le suman los aviones Tracker y los BE200 pertenecientes a la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima con asiento en la Base Aeronaval Almirante Zar, en Trelew, como también los pertenecientes a la Escuadrilla Aerofotográfica de la Base Aeronaval Punta Indio.
En cuanto al trabajo en superficie, desde Buenos Aires se asignan para dicha tarea tanto los patrulleros "King" y "Murature" como los multipropósitos "Ciudad de Zárate" y "Ciudad de Rosario".
En Ushuaia, los encargados de los casos de búsqueda y rescate son las lanchas patrulleras y los avisos, y desde Mar del Plata, se destinan a las corbetas pertenecientes a la División de Patrullado Marítimo, que se encuentran alistadas para actuar cuando se las requiera.
A toda esta actividad se le suma el trabajo que durante el período estival en la Antártida realiza la Armada con el aviso "Suboficial Castillo" --que en forma combinada con la Armada de Chile-- realiza la Patrulla Antártica Naval Combinada, con el objeto de efectuar actividades de búsqueda, rescate y salvamento marítimo, prevención y control de la contaminación.
Estos patrullajes responden a que, durante ese lapso se incrementan las actividades turísticas y de carácter científico en el continente antártico, por lo que se torna necesario el incremento de la presencia naval en esa zona.
En el 2004, la Armada Argentina intervino con medios en seis casos de búsqueda y rescate efectuados en el país. Tareas similares a las realizadas con el pesquero "Don Siempre Pablo", que el pasado jueves 26 de noviembre se dio vuelta campana mientras se encontraba pescando en aguas cercanas a la localidad chubutense de Rawson, se desplegaron desde el mes de febrero del año pasado con otros náufragos.
Muestra de esfuerzo, profesionalidad y capacidad reflejó el Servicio de Salvamento de la Armada --que cuenta con personal idóneo para lograr reflotamientos, zafado de buques varados, búsqueda, localizaciones e identificación de objetos perdidos bajo el agua entre otras capacidades-- en su participación activa de situaciones como la recuperación de tripulantes de los pesqueros "Mini Moon", "Jesús del Camino" y "Santa Lucía", entre otros.
De esta forma, con el trabajo en equipo, desde el mar y el aire, la Armada asegura el cumplimiento de una de sus principales funciones: salvaguardar la vida humana en el mar.
Búsqueda y Rescate Marítimo, Fluvial y Lacustre
El Convenio Internacional sobre Búsqueda y Salvamento Marítimo fue aprobado por la República Argentina en 1981, designándose a la Armada Argentina como autoridad de aplicación del mismo.
El citado convenio insta a los países signatarios, a la creación y mantenimiento de un Servicio de Apoyo Internacional de Búsqueda y Salvamento para la navegación marítima en pro de la seguridad humana en el mar, estableciendo normas y procedimientos que permitan uniformar el sistema en todo el mundo y apoyarse entre los países vecinos.
La Marina estableció con fecha 1 de octubre de 1985, el Servicio de Búsqueda y Rescate Marítimo, Fluvial y Lacustre de la Armada, con dependencia orgánica y funcional del Comando de Operaciones Navales, organismo que ejerce la responsabilidad nacional en este ámbito.