Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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Quienes sintieron el olor a rosas no dudan que es la Virgen María

Los fieles confirman haber sentido un aroma singular durante las misas. "Eran ráfagas que te envolvían", dijo una de ellas
Cada vez más personas viajan desde la zona para presenciar la misa en Villalonga, donde se construye una Ermita para la Virgen de Schoenstatt. Fotos: Rodrigo García - La Nueva.

Anahí González / agonzalez@lanueva.com / Enviada especial a Villalonga

   En su primera visita a la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, en Villalonga, el 18 de agosto último, Cristina Goñi percibió el perfume a rosas, ese que se manifestó por primera vez el 8 de diciembre en el ornamento del cura José María Masson y que fue interpretado como un signo de la presencia de la Virgen.

   "Era como una ola de perfume que pasaba cerca, a veces más intensa y otras más sutil", contó.

   La segunda vez que concurrió, al mes siguiente, fue todavía más notorio.

Mirá también: La visita de la Virgen de Schoenstatt

   "El aroma fue permanente. Estuvo presente durante toda la ceremonia. Fue una maravilla estar ahí y sentirse acompañado por la Virgen", dijo la mujer.

   Cristina —quien tiene 63 años y vive en Bahía Blanca— se crió en la localidad de Saavedra, donde cada 12 de octubre la comunidad peregrina a la Ermita Nuestra Señora de Luján de la Sierra.

   "Con la Virgen siempre tuve muy buena conexión. La amo como a Dios. Si no hay Madre no hay Hijo", expresó.

   "El perfume se siente desde la vereda, antes de entrar a la iglesia", dijo.

   Cristina conoce al padre Masson desde hace unos 15 años, cuando oficiaba las misas carismáticas en la parroquia San Pantaleón.

   "Nos invitó a que compartiéramos con él lo que pasaba y fuimos a dar    testimonio de que sí; estaba pasando", contó.

   Por su parte, Marcela Cacia, quien vivenció la misa hace tres meses, también brindó testimonio.

   "Con una amiga sentimos el aroma ni bien entramos. Sabía que muchos no lo sentían y creímos que se daba en un momento particular, pero lo percibimos enseguida", dijo.

   Marcela fue criada en un hogar católico, pero tras la muerte de su mamá, cuando ella tenía 20 años, se alejó de la religión. Hace unos seis años volvió a acercarse.

   Tiene trabajo independiente porque le gusta estar al servicio de la iglesia, en Bahía Blanca.

   "A mí me llegó mucho para orar. Ni bien pongo un pie en el lugar me lleva a una profunda oración. Hasta mi cuerpo necesita ponerse en estado de oración", dijo.

   Aseguró que, en esos momentos, no piensa ni presta atención a lo que sucede alrededor.

   "Veo todo, pero estoy en la presencia de Dios. Es hermoso", dijo.

   El pasado 18 de octubre Ester Rosaura Fernández, nacida en Bordenave y docente por más de 50 años en nuestra ciudad —en jardín y secundario— participó de la misa en Villalonga, invitada por el padre Juan Francisco, de la iglesia San Luis Gonzaga.

   "Fue una experiencia muy linda. Soy muy devota de la Virgen. Cuando el padre Masson pasó cerca mío sentí un perfume inexplicable, a siete flores. El aroma iba y venía", dijo.

   "No dije nada por temor a que fuera mi imaginación, pero después le pregunté a mis amigas y también lo habían sentido en la Ermita", contó y dijo que la señora que tiene percepciones de la Virgen también lo tiene.

Quienes sintieron el perfume a rosas no dudan que es María

? Testimonios de los creyentes confirman haber percibido un aroma singular en las misas. “Eran ráfagas que te envolvían”, dijo una de las fieles.

Vivencias

“Creo mucho en la Virgen. Es una gran compañía”

Paz. Stella Maris Micheletto participó de la ceremonia en octubre. Está casada y tiene 4 hijos. Es ama de casa. "Es un lugar apacible, sereno, agradable y perfumado. Una sensación de mucha paz. Pude percibir el perfume. Fue muy lindo", manifestó.

Flores. "En el frente de la Ermita en construcción hay ofrendas de flores de plástico. Y en todo el patio no hay una sola planta con flores. No puede provenir de otro lado. Es María", dijo Micheletto.

Percepción. El olor está en el ambiente y también en la ropa de la señora que manifiesta recibir la visita de la Virgen. Estas cosas sorprenden, pero ocurren", indicó.

Emoción

"Fue un momento impresionante"

Silvia Tévez. Tiene 51 años y, desde los 18, participa del movimiento por la Virgen de Schoenstatt. "No entré a la iglesia pensando que iba sentir el perfume. Lo sentí y dije: ¿Eso qué es? Se sentía muchísimo", comentó.

Dos. "Fuimos cuatro personas, dos no sintieron el aroma. Nos embargó una situación de mucho llanto", dijo.