Bahía Blanca | Sabado, 04 de mayo

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La balanza de la justicia se inclinó a favor del Rosa

En el día del abogado, venció con autoridad a Bella Vista por 4 a 2, en el Coloso. Pedro Fernández, Ianni, Sanhueza y Ovando marcaron sus goles. Gonzalo Antonio Martínez / gmartinez@lanueva.com
Con fuerza, grita Miguel Sanhueza el tercero de Rosario. El tricolor ganó un cotejo clave para mantenerse al pie del cañón.

El aplomo en las palabras de Gabriel Ianni una vez consumado el 4-2 de Rosario sobre Bella Vista, reprodujo el desenlace de una historia que terminó beneficiando al que más intentó.

Aunque pasando la media hora de juego, el tricolor se encontró con un 2 a 0 un tanto exagerado --Bella Vista manejaba la pelota con la proyección de sus laterales y la contención de Saccomani-- supo justificar el resultado final con eficacia en el complemento.

Primero, Pedro Fernández sacó provecho de una floja salida de Elizondo en un tiro libre de Ianni y, después, el propio Ianni conectó de cabeza un disparo de Ovando en una jugada gestada por él.

No obstante, la Loma se sintió tocada en su orgullo y reaccionó en la piel de Gabino Belleggia. El volante sacó a relucir su exquisita pegada para descontar y generó el penal que cambió por gol Roa. Con un poco de suspenso, es cierto, pero suficiente para volver a los vestuarios como habían arrancado.

En el complemento, el doble golpe del visitante forzó la mejor versión del equipo de Katz, que contó con dos remates desde la misma posición. Uno, el de Sanhueza, se fue pegado al palo; y otro, en los pies de Ovando, bien contenido por Elizondo.

El local insistió tanto que al final tuvo su recompensa: Zweedyk apiló marcas en la derecha y arrojó un centro para que Sanhueza, después de aguantar marcas, puntee a la red.

El visitante dilapidó un par de cabezazos y volvió a chocar con la efectividad del puntaltense.

Ovando encabezó una ofensiva y su diagonal, por méritos propios, pareció no tener obstáculos en su llegada al cuarto tanto.

Otra vez con una diferencia de dos goles, pero lejos de sentir el pavor por el antecedente de la primera mitad; Katz le puso el candado al partido (mandó a la cancha a Cornou y Mathías Álvarez a cumplir tareas defensivas).

Exceptuando al arquero, Rosario tuvo un goleador en cada línea. Y a Gabriel Ianni como abogado defensor en un juicio que culminó con sentencia a su favor.