Crítica situación de las escuelas de la periferia: "Se necesitan máquinas viales adecuadas, no una maquinita"
En diálogo con LU2, Gustavo Escoteguy contó que “hay chicos que todavía, en cuatro meses, han tenido 15 días de clase nada más".
A cuatro meses de la trágica inundación que azotó a Bahía Blanca, para las escuelas rurales de la periferia la situación es caótica. Padres y alumnos de las escuelas N° 41, 56 y 44 de la zona se encuentran en un verdadero calvario debido al deplorable estado de los caminos, lo que impide el acceso normal a las instituciones y priva a los niños de su derecho a la educación.
En diálogo con LU2, Gustavo Escoteguy, reflejó con angustia el sentir del sector: “Hay chicos que todavía, en cuatro meses, han tenido 15 días de clase nada más. Esta cruda realidad es el resultado directo del deterioro de los caminos rurales que conectan estas escuelas. Ubicadas a unos 25 kilómetros de tierra desde la Ruta 35, en direcciones como El Alférez a Martín o el pasaje La Hormiga, estas vías son intransitables".
Se trata de vías de acceso cruciales para la comunidad educativa, especialmente para los más pequeños, incluyendo a niños de jardín de infantes de 4 años que se levantan a las 6:30 de la mañana para enfrentar un trayecto de 40 kilómetros de tierra.
"Los municipios se pasan la pelota uno al otro”, sostuvo, refiriéndose a Villarino y Bahía Blanca, que comparten el límite donde se encuentran estas escuelas. "Mientras uno argumenta que no le corresponde, el otro hace lo mismo, dejando a la comunidad educativa en un limbo de abandono", apuntó.
“¿Qué parte no entienden los dirigentes? ¿Los políticos qué parte no entienden?. No puedo ir a arreglar con una pala ancha una calle para que mi hijo haga 25 kilómetros de tierra. Tras las inundaciones, fueimos los propios padres quienes, pala en mano, ayudamos a limpiar las escuelas devastadas”, agregó, indignado, el vecino.
Las descripciones del estado de los caminos son alarmantes: “Son caóticas. Los socavones son profundos”. Se necesitan máquinas viales adecuadas, no una 'maquinita' o una minipala, para solucionar el problema. A esto se suma la situación del servicio de transporte escolar: las combis, vitales para el traslado de los alumnos, también sufrieron las consecuencias de las inundaciones y el mal estado de los caminos, dejando a los prestadores sin vehículos y a los estudiantes sin la posibilidad de llegar a las escuelas".
En medio de este escenario desalentador, destacó la tarea de las maestras.
"Si no fuese por la maestra en esta Argentina, ninguno tendríamos educación. A diario se enfrentan a las dificultades de los caminos con sus propios vehículos, demuestran un compromiso inquebrantable con la educación de los niños", sostuvo.
El sector exige respuestas y soluciones urgentes.
“Fueron votados para solucionar los problemas de la gente. Fueron votados para gestionar, para solucionar. No para sentarse tras un escritorio”, se les recuerda a los funcionarios. La falta de conocimiento de los concejales y políticos sobre la realidad de estas zonas rurales es evidente, y la indignación se acrecienta al escuchar justificaciones como “no, no me corresponde a mí, le corresponde al otro municipio”, cerró Escotegui.