Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Kioscos barco: un equipamiento urbano que consolida su uso

En la actualidad los únicos operativos son el de la plaza Rivadavia, el de la vereda de la Bolsa de Comercio y el de la plaza de Villa Mitre.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

A tres años de la licitación que permitió renovar y recuperar el uso de los denominados kioscos barco municipales, la administración comunal tiene entre sus planes volver a atraer interesados en explotar los que todavía se encuentran desocupados.

De acuerdo a fuentes consultadas la comuna considera analizar el estado actual de estas construcciones, estudiando las concesiones vigentes y la situación general. Existe una idea de cumplir con los pasos administrativos correspondientes y volver a convocar a interesados”.

La propuesta que se maneja principalmente es que cada kiosco tenga un destino gastronómico --de acuerdo a lo que indica la ordenanza correspòndiete--  aunque no se descarta que puedan darse otras alternativas, como es el caso de algunos escaparates de diarios que han sido readecuados para la venta de plantas o el de los históricos kioscos de chapa que alojan cigarrerías y venta de revistas.

En la actualidad los únicos kioscos barco operativos son el de la plaza Rivadavia, en la esquina de Alsina y Chiclana, el de la vereda de la Bolsa de Comercio, Chiclana y avenida Colón, y el de la plaza de Villa Mitre.

Luego de funcionar algunos meses, dejó de hacerlo el ubicado en avenida Colón y Vieytes, donde operaba La Boutique del Pan, empresa que incluso montó un espacio con mesas y sillas en la vereda. Es posible que la propuesta se haya visto perjudicada por la particular situación de la Escuela Nº 2 que ocupa esa esquina, rodeada por un cerco preventivo debido al mal estado de su frente, el cual resta espacio y no favorece la estética del lugar.

Tampoco se ocupó el kiosco ubicado en la plaza Brown, el cual se comenzó a adecuar para alojar una cafetería –se llegó incluso a anunciar su inauguración en diciembre del año pasado— y no encontró interesados el de la avenida Cerri al 700, en la vereda de la Estación del ferrocarril, un edificio emblemático pero sin uso.

El otro

Construidos entre 1938 y 1940 para reemplazar a los kioscos de chapa, tipo pagoda, considerados por entonces “vetustos y antiestéticos”, los kioscos barco fueron diseñados por profesionales del municipio en estilo art decó, variante náutica, una propuesta de diseño que por entonces se imponía en ciudades como Miami, Hollywood y Nueva York. 

La designación de “kiosco-barco” se comenzó a utilizar a fines de los 90, cuando la Bolsa de Comercio realizó la puesta en valor de su edificio de Chiclana y avenida Colón. 

El director de esa obra, el arquitecto Jorge Gazaneo (1928-2022), había sugerido su demolición  con la idea de favorecer la visual del edificio. La idea generó malestar en los vecinos, que redescubrieron esta pequeña obra. 

Gazaneo modificó entonces su postura y habló de “respetar el kiosco-barco”, desde el momento que era parte de la memoria colectiva. A partir de entonces los kioscos salieron del olvido (seis en total, ya estaba demolido uno de la plaza Rivadavia y los de Ingeniero White y Punta Alta), siendo además inventariados como bienes de valor patrimonial. 

La ordenanza que en marzo de 2021 aprobó la concesión de los mismos destacó que se trata de piezas “reconocidas por el ciudadano”, que han prestado un servicio a la comunidad” y forman parte del acervo cultural, “ligados al paisaje urbano”. 

Esa misma normativa fijó entonces los alquileres entre 10 mil y 20 mil pesos, de acuerdo a la ubicación, los cuales, actualizados con índices de la inflación, se ubican hoy entre 150.000 y 200.000 pesos. Lo recaudado debe ser afectado a obras civiles y tareas de mantenimiento de espacios públicos.

Hace tiempo

La primera licitación realizada para ocupar los kioscos barco fue realizada en noviembre de 1940, apenas terminada su construcción. Esa tarea demandó más de un año por algunos conflictos entre la constructora y la comuna, por un lado, y la demora en la supervisión de los trabajos, tarea a cargo de una comisión de vecinos.

La idea de construir nuevos kioscos fue de los concejales del partido socialista, a fin de reemplazar a “los viejos armatostes de hierro” que desde principios del siglo XX ocupaban varias esquinas de la ciudad. 

Si bien en principio se propuso convocar a un concurso, finalmente fueron diseñados desde la oficina de obras públicas del municipio, que los resolvió en estilo art decó y con estructura de hormigón armado. “Se tuvieron en cuenta normas de estética y buen gusto”, se dijo entonces, mencionando que su presencia conformaba “un evidente progreso en materia edilicia”.

Pero no todo era color rosa. Los posibles locatarios alertaron sobre algunas cuestiones que se deberían corregir o mejorar, relacionadas sobre todo con cuestiones de seguridad. 

“Los kioscos tienen cierres y herrajes poco seguros, vulnerables para los mal intencionados”, se dijo. 

También criticaron la falta de persianas en las ventanas, “todas cuestiones de detalles, fáciles de reparar”, se mencionó.