Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Para Liberman, recortarle a la política es el primer paso para bajar el gasto público

"No se puede ordenar la economía sin que esto produzca un costo para muchos sectores", afirmó el economista.

Foto: archivo-La Nueva.

   Oscar Liberman sostuvo esta mañana que "conforme va pasando el tiempo, cada vez más hacer un programa económico va a tener costos altísimos" y que "no se puede ordenar la economía sin que esto produzca un costo para muchos sectores".

   En ese sentido, señaló que "el primer sector al que tenés que operar es a la política, y decirle a los políticos que voten una intervención cuyo principal perjudicado van a ser ellos, es muy difícil".

   En su habitual columna de Panorama, por LU2, el economista recordó que "la experiencia histórica nos dice que cuando llegamos a explosiones muy grandes, donde todo peligra, incluso las dietas de los políticos, ahí están dispuestos a apoyar algo". Y citó a la Ley de Convertibilidad como antecedente.

En octubre se aceleró la inflación en Bahía, según IPC Online

   "Hoy el problema nuestro es que el tamaño de lo que tenemos que corregir es muy grande —continuó—. Y está lleno de promesas que no generan ningún correlato en la realidad, como ahora con los precios. Son grandes acciones que no preocupan en sí, el problema es que hay gente que cree que puede dar resultados. En esta confusión entre el objetivo y la militancia no se trata de estar o no de acuerdo".

   Por consiguiente, Liberman mencionó que "Argentina se está sentando frente al FMI sin un plan económico, con la inflación acelerándose y el dólar escapándose".

   "Hace mucho tiempo que la Argentina no presenta un programa económico, con una degradación importante en las últimas décadas. Hablo de un conjunto de reglas consistentes, compatibles con una estabilidad y crecimiento, y un sistema político-legal para sostener esas reglas todo el tiempo necesario para que la Argentina arranque", explicó.

   El economista subrayó que "el último programa consistente y completo fue la convertibilidad, con Menem-Cavallo".

   "Sobre el final del segundo mandato de Menen y el de De La Rúa se relajó la idea del equilibrio fiscal y se descontroló el gasto. Después tuvimos la competitividad cambiaria, que armó (Jorge Luis) Remes Lenicov y que se apropió (Roberto) Lavagna. Pero era un programa de estabilización para corto plazo, no para sostenerlo", añadió.

   "Y después de eso ya no hubo programas, sino correcciones. El último gobierno de Cristina (Kirchner) fue de un cortoplacismo absoluto. Con (Mauricio) Macri pasó algo parecido, con un diagnóstico parcial que no pudo controlar la inflación. Y ahora hay reglas que traban la economía, pero sin un programa global", completó.