Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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El nearshoring, una puerta que se abre por la pandemia del Covid - 19

Atravesadas por la situación de disrupción mundial en el transporte y logística, muchas empresas del mundo buscan relocalizar sus cadenas de producción y convertirlas en cadenas de cercanía. Argentina tiene posibilidades para atraer inversiones y también posicionarse fuerte como exportador.

Fotos Pablo Presti - La Nueva.

Pablo Laschiaza
Especial para La Nueva.


   En el mes de junio, en este mismo suplemento, Lisandro Ganuza, director del Ente ZFBBCR, habló sobre una expresión de encuentro que hay en nuestro país más allá de cualquier simpatía política: Argentina necesita exportar más.

   Pero para exportar más, hay que exportar mejor, brindando confianza y seguridad jurídica. En ese momento, el también director de la oficina de Latinoamérica de la World Free Zones Organization dejó en claro que era el momento de las zonas francas, que brindan beneficios logísticos e impositivos a la hora de la producción y exportación de productos y servicios.

   Estos beneficios deben servir para atraer inversiones y también, paralelamente, mantener un recorrido sostenible en el proceso de revalorización de la producción nacional.

   Con la situación global respecto a la pandemia del Covid-19, muchos países y empresas del mundo entero están buscando que sus cadenas de producción sean relocalizadas para evitar disrupciones en la logística.

   Es por esto que, una tendencia que venía en crecimiento hace algunos años, hoy está más que nunca sobre la mesa: el nearshoring, las cadenas de producción de cercanía.

   Todos hemos conocido a alguien que vio sus planes de viajar afectados, gente que no pudo retornar a su ciudad de origen, o con cambios de planes abruptos por las dificultades que trajo la pandemia a la hora de transportarse de un lugar a otro.

    Para ejemplificar, a grandes rasgos, la mayoría de las aerolíneas del mundo vieron afectada su actividad con una reducción de más del 50% de sus vuelos en comparación al año pasado. Lo mismo sucede con los bienes y servicios. Muchas empresas sufrieron enormes disrupciones en la primera mitad del año 2020 y se vieron derrumbadas económicamente frente a esta situación.

   En esta nueva normalidad, de la que tanto oímos hablar, producir en las zonas francas puede traer ahora, no solo beneficios impositivos y atracción de inversión directa extranjera, sino también el cumplimiento de muchas normas de salud, calidad y seguridad de las cuales las zonas francas forman parte. Además, un dato de mucha importancia: asegurarse de tener la producción cerca disminuye considerablemente la posibilidad de ruptura de cualquier cadena de valor.

   Juan Opertti, uruguayo y CEO de Hemistion, expresó en un webinar organizado por la Oficina Regional Latam de la World FZO que “un 95% de las cadenas de suministros han tenido al menos una disrupción. Es por eso que hoy aquellos países y zonas geográficas que cuenten con multimodalidad: aérea, marítima, fluvial, ferroviaria y vial van a ser muy observados por las empresas internacionales.

   Si a eso le sumamos que esos países cuentan con zonas francas se transforman en un nodo elegible para esta relocalización de empresas que ya no van a apostar a un único lugar para el desarrollo de su cadena global de valor. La variable no será el costo, sino contar con cadenas de suministro que, en el caso de producirse una disrupción internacional como la que sucedió en el primer trimestre de este por el efecto del Covid en China, no interrumpa el flujo de servicios, bienes y productos. La premisa del futuro inmediato va a ser acercar la mercadería al punto de consumo”. 

   Para nuestra región, el mes pasado fueron noticia los dichos de Mauricio Claver-Carone candidato de EEUU a la presidencia del BID en septiembre próximo. Claver-Carone dijo, en diálogo con Reuters, que la Casa Blanca está preparando un plan de “Regreso a las Américas”, con un proyecto de inversión entre USD 30.000 y USD 50.000 millones de inversiones que se han ido a Asia para que se relocalicen en América Latina y que sería un aporte importante para el crecimiento, la generación de empleo y la recuperación económica de toda la región. 

   No sólo la pandemia atrae estas posibilidades, las constantes tensiones ya conocidas por todos entre China y Estados Unidos, hacen que el país norteamericano vuelva a mirar con buenos ojos la posibilidad de instalarse en América Latina para reestructurar su producción. Tal es así que, en caso de ganar la elección, Claver-Carone se convertiría en el primer estadounidense en presidir el BID, la principal institución financiera de desarrollo de América Latina. Un dato no menor.

   La nueva normalidad logística trae nuevas oportunidades. Nadie discute hoy que la oportunidad de exportar más y mejor, así como también de atraer inversión extranjera directa, está latente para nuestro país en este nuevo contexto mundial atravesado por la pandemia. Hoy, las zonas francas son protagonistas y Argentina también tiene la posibilidad de serlo.