Pasión, garra y legado: la psicóloga que forjó la identidad de Las Leonas, a 25 años de su nacimiento
Nelly Giscafré, pionera en psicología deportiva, recordó cómo ayudó a formar la mística de aquella gran selección femenina que cambió la historia del hockey.
Periodista. En La Nueva desde 2013. Especializado en el movimiento olímpico. Asistió a los Juegos Olímpicos de Río 2016, a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, a los Juegos Suramericanos de la Juventud Rosario 2022, a los Juegos Suramericanos Asunción 2022, a los Juegos Panamericanos Santiago 2023, los Juegos Olímpicos París 2024 y los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025, entre otros eventos internacionales.
"Estábamos creando una psicología del deporte adaptada a la realidad argentina: pasión, fuerza, entrega total y trabajo en equipo”
Hace 25 años, el hockey femenino argentino vivió un momento trascendental: se empezó a formar un equipo que cambiaría para siempre la historia del deporte nacional. En ese proceso, Nelly Giscafré, pionera en la psicología deportiva y socia fundadora y primera presidenta de APDA (Asociación de Psicología del Deporte Argentina), fue una pieza clave. Su rol no solo fue trabajar la parte mental de aquel plantel, sino también contribuir a la creación de una identidad cultural: “Las Leonas”.
En diálogo con La Nueva., Giscafré recordó sus primeros pasos con el seleccionado: “Estábamos en el Cenard con Luis Ciancia (NdeR: coordinador general de las selecciones nacionales de hockey entre 1997 y 2002); el conformó el equipo. Apostó por Sergio Vigil como entrenador, siendo muy joven. Él pensaba que el rendimiento tenía tres patas: una física, una técnica y una mental; y nos eligió a tres personas para ser protagonistas de su sueño. Yo me ocupaba de la parte psicológica, Cachito por ser un apasionado por el hockey con facilidad para la comunicación y Luis (Barrionuevo, el preparador físico) porque era un perfeccionista que sabía mucho”.
Su trabajo comenzó evaluando individualmente a cada jugadora y al propio entrenador. Fue allí donde detectó algo particular: todas las chicas del grupo de aquel entonces “desafiaban la competencia, no tenían miedo, querían estar en todos los partidos, pertenecer; se creó una simbiosis”. Giscafré recuerda haberle dicho a Cachito: “Este es un grupo de leonas”.
—¿Y cómo fue surgiendo ese nombre “Las Leonas”?
—En un viaje a Rosario, el marido de Vanina Oneto (Andrés Findor) le dijo a Cacho que ese equipo debería tener un nombre como lo tienen Los Pumas. A la vuelta, y en plena preparación olímpica, lo hablamos y le dije que me parecía una idea buenísima. Ahí reunimos a las líderes del equipo: Karina Masotta, Magui Aicega y Vanina Oneto, todas en mi consultorio del Cenard, con Cacho. La propuesta fue aprobada rápidamente y así nació la identidad que hoy conocemos.
Para Giscafré, la creación de ese equipo implicaba mucho más que un nombre: significaba establecer una cultura de trabajo, valores y mística. “Esas líderes tenían que transmitir los valores de la leona al resto del equipo. Estábamos creando una psicología del deporte adaptada a la realidad argentina: pasión, fuerza, entrega total y trabajo en equipo”, explicó.
—¿Qué características tenía ese grupo de jugadoras que lo hacían distinto?
—Era un grupo desafiante, sin miedo. Todas querían estar, participar, todas querían dejarlo todo en la cancha. Eso se reflejaba en la evaluación psicológica que hicimos en aquel entonces. Se fue armando el equipo con Cacho como líder, pero como líder democrático porque escuchaba mucho y nos daba lugar a cada uno de nosotros.
Claro, toda idea debió materializarse. La marplatense Inés Arrondo, quien fuera entre 2019 y 2023 secretaria de Deportes de la Nación, dibujó el boceto de la leona. El propio Vigil, a contrarreloj antes de viajar a los Juegos, se encargó del estampado. Sin embargo, las camisetas con el logo quedaron guardadas, esperando un momento especial. Y ese momento llegó.
En Sídney 2000, la Selección le ganó 3-2 a China y 1-0 a Gran Bretaña antes de caer 3-1 con Australia y 1-0 con España. Un error a la hora de interpretar el reglamento hizo que, de pensar en avanzar a la segunda ronda arrastrando seis puntos, pasaran en cero ya que solo se continuaba con los puntos obtenidos ante equipos clasificados. Así, debían ganar los tres partidos siguientes para soñar con una medalla: eran nada más y nada menos que Holanda, China y Nueva Zelanda.
Fue previo al duelo con las holandesas que la capitana Masotta tomó la palabra: "Vamos a usar esas camisetas que tenemos guardadas, las de Las Leonas". Con esa mística estampada en el pecho, Argentina ganó consecutivamente 3-1, 2-1 y 7-1 para acceder a la final, el 29 de septiembre, en la que cayeron 3-1 frente a las locales, que venían de ser oro en Atlanta 1996 y bicampeonas del mundo.
Los resultados deportivos fueron acompañando ese trabajo cultural. Argentina llegó a Sídney 2000 con una mentalidad distinta: “Éramos cuartas en el mundo, pero nuestra preparación mental nos permitió salir de esa posición y aspirar a lo más alto. Trabajamos sobre objetivos claros, visualización y la confianza de que podíamos competir con cualquiera”, mencionó Giscafré.
—Si Argentina no le ganaba ese primer partido a Holanda, ¿otra hubiese sido la historia de Las Leonas?
—Si no se daba, hubiéramos seguido. Estaba todo armado, no se trataba de un resultado. Fue la creación de una cultura y puede haber un millón de resultados. Si las chicas jugaban mal, no hubiera pasado esto. Tuvimos ese resultado porque teníamos unas fenómenas, apasionadas, que dieron más de lo que podían. Podíamos perder, pero la identidad de Las Leonas ya estaba definida.
Hoy, aunque su trabajo diario se centra en otros deportes —como el tenis femenino, donde también busca construir cultura y mística junto a Las Guerreras—, Nelly mantiene un vínculo inseparable con Las Leonas: “Fui a París 2024, pero no trabajo más en el día a día con Las Leonas porque tengo otros proyectos. Pero siempre voy a estar disponible para ellas, a lo mejor más como asesora, porque es una pertenencia de por vida hasta el día que me muera", se sinceró.
El legado de aquel grupo va más allá de los títulos y las medallas. Transformó al hockey femenino en un deporte popular, generó un semillero de jugadoras y consolidó una identidad que se convirtió en símbolo nacional.
“El hockey dejó de ser un deporte de colegios ingleses de élite y pasó a ser un ejemplo de pasión, entrega y trabajo en equipo. Las Leonas se transformaron en un emblema: todas quieren ser parte”, concluyó Giscafré.
Plantel de Las Leonas en Sídney 2000
Magdalena Aicega, Mariela Antoniska, Inés Arrondo, Luciana Aymar, María Paz Ferrari, Anabel Gambero, Soledad García, María de la Paz Hernández, Laura Maiztegui, Mercedes Margalot, Karina Masotta (C), Vanina Oneto, Jorgelina Rimoldi, Cecilia Rognoni, Ayelén Stepnik, Paola Vukojicic. Entrenador: Sergio Vigil. Asistente: Gabriel Minadeo. PF: Luis Barrionuevo. Jefa de equipo: Claudia Médici.
Campaña
1° Fase - Grupo B
Argentina 3-2 Corea del Sur
Argentina 1-0 Gran Bretaña
Argentina 1-3 Australia
Argentina 0-1 España
2° Fase
Argentina 3-1 Holanda
Argentina 2-1 China
Argentina 7-1 Nueva Zelanda
Final
Argentina 1-3 Australia
Selección femenina en los Juegos Olímpicos
Moscú 1980 - No clasificó
Los Ángeles 1984 - No clasificó
Seúl 1988 - 7°
Barcelona 1992 - No clasificó
Atlanta 1996 - 7°
Sídney 2000 - Plata
Atenas 2004 - Bronce
Beijing 2008 - Bronce
Londres 2012 - Plata
Río 2016 - 7°
Tokio 2020 - Plata
París 2024 - Bronce
(*) Fuente: libros "Leonas, la generación dorada del hockey femenino", "Corazón de Leona" y "Un viaje al interior".